Cuatro novelas imprescindibles de Miguel de Unamuno reunidas en un único volumen. Las cuatro novelas aquí reunidas -Niebla, Abel Sánchez, La tía Tula y San Manuel Bueno, mártir- son consideradas, casi unánimemente, como las más destacables de su autor. Son también, sin duda, las más ampliamente conocidas, y las cuatro sumadas bastan para asegurarle el lugar excéntrico pero inesquivable que ocupa en el irregular panorama de la narrativa española del siglo XX. Pese a que sus protagonistas son, respectivamente, un alma cándida, un penitente, una virgen y un sacerdote, sus destinos carecen, hoy todavía más que en su día, de toda ejemplaridad, como carecen también de ejemplaridad, aunque en otro orden, las estrategias empleadas para narrarlos. Y esta es probablemente la razón que los sigue haciendo portentosos y atractivos.
La cuentística de Sergio Ramírez se destaca por su peculiar sentido de lo visual: mediante un juego de perspectivas logra crear efectos y sensaciones contrapuestas en el lector. A manera de sátira social, sus cuentos narran con tono irónico los más comunes sucesos de la cultura latinoamericana.
Historias frescas, personajes y diálogos pulidos muestran el gran talento del nicaragüense y la madurez que ha alcanzado su trabajo. Escritor de ficción que transforma las preocupaciones del acontecer cotidiano y político de su país en grandes historias icónicas.
Las mil y una noches es una recopilación de historias inspiradas por la tradición oral, cuya relevancia fue curiosamente marginal dentro del contexto de la literatura árabe medieval. No obstante, a ella le debemos la fascinación por lo oriental que surgió a partir del siglo XVIII gracias a estudiosos como Antoine Galland, el autor de la primera traducción al francés, o exploradores como Richard Francis Burton, que la tradujo al inglés respetando el alto contenido erótico de la obra.
La segunda y última entrega de la colección «Cuentos completos» de Isaac Asimov que contiene con cuarenta cuentos cortos.
Los miles de lectores de Asimov, que vienen apasionándose desde hace más de cincuenta años con sus cuentos de ciencia ficción, van topando muy a menudo con el problema de que se trata de un autor tan prolífico que resulta imposible tener la certeza de haber leído todo lo que publicó en este género.
En el escenario opresivo de un escarpado, oscuro y ventoso paisaje rural de la Inglaterra victoriana, entre las cumbres borrascosas que simbolizan el agitado mundo interior de los protagonistas, Emily Brontë situó la imposible relación entre el joven Heatcliff, de origen humilde, y la adinerada Catherine Earnshaw. Rechazado y humillado por su baja clase social, obligado a renunciar al paraíso, Heatcliff se rebelará contra su destino con el poder de un ángel caído que se rebela contra Dios, consagrando su fuerza y su energía salvaje, implacable, a destruir esos valores tradicionales y eternos que le han sido negados: “He vencido a mis antiguos enemigos y ahora puedo, si quiero, completar mi venganza en sus descendientes”.