En concreto, la voz y las teclas de la máquina de la persona que está escribiendo esta novela. Ella sabe que es un personaje de novela y, por suerte, la novela es fascinante, divertidísima y profunda. Aunque a veces intentará cambiarla. Sus compañeros de historia son alucinantes. Por ejemplo, Laurence, su pareja, tiene una abuela encantadora y aparentemente inofensiva. Pero descubre que ella y una banda de espías podrían estar traficando con diamantes escondidos dentro del pan.
La Historia ha dejado una impronta indeleble en la familia que protagoniza esta saga: sus vidas accidentadas recorren más de cien años de la historia de Japón, desde la época colonial hasta la actualidad, pasando por la emigración a Estados Unidos y, sobre todo, la Segunda Guerra Mundial en el frente del Pacífico. Así, mientras un médico retirado debe afrontar las consecuencias morales de sus terribles actos en tiempos de guerra, una mujer revela en una entrevista un asesinato durante la dura Ocupación norteamericana, o un hombre en la edad adulta se entera de que no nació de sus padres japoneses, sino de un recluta coreano esclavizado para construir el búnker de guerra para el emperador nipón. Todos, en mayor o menor medida, se enfrentan a un legado de pérdidas, imperialismo y guerras.
Mucho se ha escrito sobre soldados, aventureros y pícaros y sobre lo que, en sustancia, estos modos azarosos de comportamiento social significaron para las gentes de la España del siglo XVII. Fauna plural y variada en gustos, cubría toda la escala de la sociedad desde el aristócrata hasta el estudiante; se nutría de hidalgos empobrecidos; capitanes de fortuna, sirvientes y lacayos, aventureros desengañados, beatos, gente de iglesia, rufianes, ermitaños y los ciento cincuenta mil vagabundos que a fines del siglo XVI circulaban por España. Inclusive los propios escritores se dejaban, a veces, arrastrar por tan gustosas ocupaciones. Algunos de estos sujetos escribieron acerca de sí mismos mezclando la realidad con la fantasía, esta última con caracteres de retórica adjetiva cuya excrecencia percibe el lector.
Un escritor próximo a ser padre y su familia se embarcan en un viaje por tierra, ilusionados con lo que ofrece su destino: un vuelo en globo aerostático para divisar desde los cielos los paisajes de la costa. A lo largo del recorrido se cruzan con personajes asombrosos y situaciones extraordinarias, y se ven abocados a la búsqueda de respuestas sobre su lugar en el universo. Escrita con el estilo lúdico que ha acompañado a Rubén Orozco desde sus inicios, y sembrada de reflexiones emotivas y cautivantessobre la paternidad, la creación, el tiempo y la mortalidad, y sobre muchas otras cosas, Absolutamente todo representa el primer regalo de amor de un padre a su hijo, y un regalo insospechado de un autor único a todo lector.
El señor March se encuentra sirviendo como capellán en la Guerra Civil Americana y sus hijas y esposa leen emocionadas las cartas que éste les envía desde el frente. Esta novela sigue las aventuras de sus cuatro hijas, Meg, Jo, Beth y Amy, que crecen al calor del amor de su madre y tratan de sobrellevar las adversidades que su condición de familia pobre acarrea.
Isabel Allende trae sus poderes mágicos como cuentista a un nivel muy personal y con un encanto peculiar a las entrelazadas y sensuales artes de la comida y el amor. Mezclando recuerdos personales con el folklore del mundo, leyendas históricas, y momentos memorables de la literatura erótica y de otros tipos, Allende enriquece su narración con porciones semejantes de humor y perspicacia.
Combinando un banquete de hechos fascinantes sobre los poderes afrodisíacos de los alimentos y las bebidas, Allende los sirve con convincente admiración y debida irreverencia. Ella ofrece sugerencias, tanto antiguas como modernas, para atraer a un amante, encender el ardor sexual, prolongar el acto sexual, reactivar la decadente virilidad. Metiéndose en el caldero de la historia, ella nos informa sobre los apetitos lascivos de todos, desde el emperador Nerón a Catalina la Grande hasta la notoria Madame du Barry de Francia.