Estas novelas "huérfanas" -como mascullaba en sus diarios el autor- fraguan la epopeya conocida como Los Años Setenta con destellos de la materia más cotidiana y perenne: el goce de ser una víctima y llorar lágrimas de cocodrilo; la pasión del cash, nunca tan intensa como cuando el dinero se esfuma en los vértigos de la inflación, el juego o el despilfarro; el pelo como ícono frívolo-político, lacio-burgués o afro-revolucionario, y cierta peluca célebre por participar del secuestro que inauguró la década en cuya órbita legendaria, nos guste o no, seguimos moviéndonos.
Reunidas por primera vez en un solo volumen, Historia del llanto, Historia del pelo e Historia del dinero narran cómo se forma una sensibilidad al calor de un puñado de pasajes decisivos: del colegio privado a la solidaridad socialista; de la novela familiar a la intemperie del mundo social; de la ilusión amorosa al desencanto; del culto de la imagen al duelo; de la ostentación y la opulencia a una bancarrota que es mucho más que financiera.
Lúcido hasta el extravío, Pauls dirige su haz de luz directo a los ojos de quien lee para que en la ceguera aprecie la materia risible de la que se nutre toda experiencia humana. La singular. Y la política.
La Historia ha dejado una impronta indeleble en la familia que protagoniza esta saga: sus vidas accidentadas recorren más de cien años de la historia de Japón, desde la época colonial hasta la actualidad, pasando por la emigración a Estados Unidos y, sobre todo, la Segunda Guerra Mundial en el frente del Pacífico. Así, mientras un médico retirado debe afrontar las consecuencias morales de sus terribles actos en tiempos de guerra, una mujer revela en una entrevista un asesinato durante la dura Ocupación norteamericana, o un hombre en la edad adulta se entera de que no nació de sus padres japoneses, sino de un recluta coreano esclavizado para construir el búnker de guerra para el emperador nipón. Todos, en mayor o menor medida, se enfrentan a un legado de pérdidas, imperialismo y guerras.
La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, en el escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a lo largo de más de sesenta años, podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos, ya que García Márquez se complace en utilizar los más clásicos recursos de los folletines tradiciones.
Daniel Samoilovich y Stupía han colaborado en numerosos proyectos: desde una efímera revista poética en los años setenta hasta la codirección del periódico trimestral "Diario de Poesía" entre 1992 y 2011.
Con marcados rasgos autobiográficos, Klaus Mann nos presenta en El volcán la desgarradora imagen de un grupo de exiliados del régimen nazi. Estructurada a partir de las vivencias de una pareja de homosexuales, uno de los cuales se identifica habitualmente con el propio autor, los protagonistas se convierten, además, en portavoces de los movimientos culturales e ideológicos de su tiempo: el surrealismo, el humanismo liberal y católico, el esteticismo, el antifascismo idealista y militante y, con todo ello, quizá sea ésta la gran novela europea sobre el destierro, sobre el vacío al que el exilio lanza a sus víctimas un espacio en el que el paso del tiempo es sustituido por la disolución de la propia identidad, que queda en suspenso.
En 2010, Serena y James regresan a Baltimore desde Filadelfia, donde ella ha conocido a los padres de él y ha podido hacerse una idea del concepto tan distinto que ambos tienen de la familia. Durante el viaje, Serena revisa el pasado de la suya. Contada en varios tiempos, la historia de los Garrett comienza en 1959, cuando su abuelo Robin hace algo insólito: dejar el negocio en manos de su ayudante y disfrutar de unos días con los suyos en una cabaña del lago Deep Creek. Son las primeras vacaciones familiares, pero para entonces están ya muy alejados los unos de los otros: su mujer, Mercy, se debate entre su pasión por la pintura y hacerse cargo del cuidado del hogar, como dicta la sociedad; sus hijas adolescentes, Alice y Lily, no pueden ser más opuestas, y en cuanto al benjamín, David, anhela escapar de la órbita familiar, aunque nadie entiende por qué. Con el paso de los años, todos irán descubriendo la imposibilidad de liberarnos de quienes nos aman, y lo cercana y a la vez desconocida que resulta cada familia para sí misma.