Conspiración, traición, corrupción política bajo el techo de la sociedad aristócrata francesa.
La cuarta entrega de la saga de los Médici está protagonizada por María de Medici, primero reina consorte de Francia (1600-1610) y, luego, regente del trono en nombre de su hijo Luis.
La novela muestra a una mujer fuerte y valiente con gran talento para la estrategia política, obligada a luchar contra la ambición de poder de la aristocracia para salvaguardar el trono durante un periodo difícil para Francia. La historia gira en torno a las tres figuras más importantes de Francia en la época: la misma María de Médici, el cardenal Richelieu y el rey Luis XIII.
De cronología episódica, la novela cuenta los principales momentos de la vida de la protagonista, como la llegada al Louvre y su lucha inicial contra la desconfianza de los franceses, consiguiendo así una tensión constante entre tramas paralelas que crean una acción a la altura de las entregas anteriores de la saga.
En El matarife, Sándor Márai -uno de los grandes escritores del siglo XX- reflexiona con brillantez y hondura hasta qué punto un ser humano puede modificar su propia naturaleza sometido a los estragos de una guerra despiadada y cruel.
El indolente Otto Schwarz es un ejemplo escalofriante de abyección salvaje: para él, matar animales en un desolladero berlinés o soldados enemigos en el frente no supone una gran diferencia, sino una suerte de vocación. Sándor Márai ha sabido concentrar en un solo personaje el irreprimible trastorno psíquico que condujo a la Primera Guerra Mundial, con la irónica distancia y la fría concisión de un cronista, como algo perteneciente a una nueva y aterradora normalidad de la que es imposible salir indemne.
En esta brillante alegoría acerca del poder y la rebelión, la extensa familia de los Ventura, sus cónyuges y sus treinta y cinco hijos pasan el verano en una mansión señorial alejada de la civilización, que se alza como un espejismo en medio de la llanura. Por sus habitaciones deambulan los niños, poblandolas con intrigas y juegos que alteran el orden impuesto por sus padres decadentes. Y cuando los mayores deciden pasar un fastuoso día de campo solos, encierran a sus hijos en el enorme caserón, solo separado por una reja con lanzas de la naturaleza y sus fuerzas indomadas. Pero también en los niños anida la subversión.
La edición ampliada y definitiva de las memorias de Pablo Neruda.
En estas memorias Pablo Neruda narra los principales episodios de su vida y las circunstancias que rodearon la creación de su obra. Con la potencia verbal que caracteriza sus mejores escritos, expone tanto su concepción del arte y de la escritura como los motivos que lo llevaron a defender sus conocidas posiciones políticas, al tiempo que rememora su relación con personajes destacados, entre ellos, Federico García Lorca, Rafael Alberti y Miguel Hernández.
Neruda fue un testigo privilegiado de la historia del siglo xx y un poeta de muchas vidas. Confieso que he vivido, su proyecto autobiográfico más ambicioso, construye el relato de una experiencia vital que refleja el devenir político, social y cultural de un continente.
En los inicios de su carrera como dramaturgo, William Shakespeare (1564-1616) compuso su obra más alegre y desenfadada, Sueño de una noche de verano (1594). Mitología, costumbrismo cómico, bromas, equívocos, humor y poesía conviven dentro de ella en una zarabanda mágica ambientada en la noche pagana de San Juan, en la que todo es posible, si bien al final, frente al caos, se imponen el orden y la armonía. Esta alocada fantasía de amor está, como no puede ser de otra manera, teñida de elementos inconscientes y oníricos, y de entre la galería de personajes que la pueblan, Oberón y el duendecillo Puck han alcanzado fortuna en la memoria de los hombres.
Última obra teatral escrita en solitario por William Shakespeare (1564-1616), "La tempestad" pertenece a la serie de piezas de este autor que funden el ámbito de lo real con lo mágico y lo maravilloso. La trama gira en torno a Próspero -duque y mago, quien, traicionado y depuesto, tiene que exiliarse, con su hija Miranda, en una isla desierta en la que pasará doce años- y su relación con el genio Ariel y el bestial Calibán, personajes todos que se cuentan entre las grandes creaciones del dramaturgo. El examen de la relación entre realidad y ficción -«estamos tejidos de idéntica tela que los sueños»-, así como entre el hombre y mago y las criaturas a las que libera, pero también somete, otorgan a esta obra un lugar entre las más universales del autor inglés.