Un senador ha muerto, y Mark Sway, un chico de once años, es el único que sabe dónde está escondido el cadáver. En el FBI quieren que revele el paradero a toda costa, sea cual sea el perjuicio para Mark y su familia. Y el asesino quiere que mantenga la boca cerrada para siempre. Reggie Love lleva menos de cinco años ejerciendo la abogacía. Solo ella puede salvar a Mark de dos amenazas aterradoramente simétricas. Juntos deberán enfrentarse al poder del aparato estatal y a las tretas de un asesino sin piedad.
«Feliz aniversario, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte.» Así comienza el anónimo que recibe el psicoanalista Frederick Starks, y que le obliga a emplear toda su astucia y rapidez para, en quince días, averiguar quién es el autor de esa amenazadora misiva que promete hacerle la vida imposible. De no conseguir su objetivo, deberá elegir entre suicidarse o ser testigo de cómo, uno tras otro, sus familiares y conocidos mueren por obra de un psicópata decidido a llevar hasta el final su sed de venganza. Dando un inesperado giro a la relación entre médico y paciente, John Katzenbach nos ofrece una novela emblemática del mejor suspense psicológico.
Día 1 de octubre: Dios está en los cielos, la bolsa está a 10.140, la mayoría de los vuelos llegan a tiempo y Clayton Riddell, un artista de Maine, casi salta de alegría por Boylston Street, en Boston. Acaba de firmar un contrato para ilustrar un cómic que le permitirá mantener a su familia con su arte en vez de tener que dar clases. Ya ha comprado un regalo a su sufrida mujer y tiene claro lo que va a regalar a su hijo Johnny. ¿Por qué no también algo para sí mismo? Clay presiente que las cosas van a ir mejor, pero bruscamente se trastorna todo: se produce una devastación masiva, causada por un fenómeno que más adelante llamarán El Pulso, que se reproduce a través del teléfono móvil. De todos los teléfonos móviles. Clay, junto a unos cuantos supervivientes desesperados, es arrojado a una edad oscura, rodeados por el caos, la hecatombe y una masa humana degradada a su estado más primitivo.
Esta novela fascinante, absorbente y cruel no solo hace la pregunta «¿Me oyes?», sino que también responde, y de una forma muy, muy inquietante.
Francia, abril de 1625. En la polvorienta villa de Meung se cruzan los destinos de un joven gascón, una hermosa mujer y un misterioso hidalgo. Comienza así una de las mayores aventuras jamás escritas. Una carta de recomendación extraviada es la responsable de que el impulsivo D´Artagnan se adentre, sin saberlo, en un mundo de intrigas palaciegas, luchas intestinas,traiciones, celos, capas y espadas, en el que perseguirá su sueño de gloria.
¿Cuál es el secreto que encierra La casa verde?
La Casa Verde ocurre en dos lugares muy alejados entre sí: Piura, en el desierto del litoral peruano, y Santa María de Nieva, una factoría y misión religiosa perdida en el corazón de la Amazonía. Símbolo de la historia es la mítica casa de placer que don Anselmo, el forastero, erige en las afueras de Piura.
En el pueblo de Z, en la Costa Brava, el extraño homicidio perpetrado en una pista de hielo clandestina, erigida bajo un halo de misterio e ilegalidad, enturbia los calurosos días de un verano como cualquier otro. Tres voces dan vida al relato de los hehcos: la de Remo, chileno con pretensiones de escritor; la de Gaspar, mexicano aspirante a poeta que trabaja de noche como vigilante de un camping, y la de Enric, político catalán embelesado por una bella y veleidosa patinadora. Los testimonios de cada uno de ellos se entrecruzan y pugnan para hacerse con una verdad a la que solamente el lector, como un detective que debe lidiar con el peso de la investigación, tiene acceso. Los narradores, unidos en la tragedia y en el hastío existencial, dibujan con sus historias no sólo un asesinato, sino un crimen contra su dicha, que parece no tener fin.