¿Qué diablo de Dios es este que, para enaltecer a Abel, desprecia a Caín? Si en El evangelio según Jesucristo José Saramago nos dio su visión del Nuevo Testamento, en Caín regresa a los primeros libros de la Biblia. En un itinerario heterodoxo, recorre ciudades decadentes y establos, palacios de tiranos y campos de batalla de la mano de los principales protagonistas del Antiguo Testamento, imprimiéndole la música y el humor refinado que caracterizan su obra. Caín pone de manifiesto lo que hay de moderno y sorprendente en la prosa de Saramago: la capacidad de hacer nueva una historia que se conoce de principio a fin. Un irónico y mordaz recorrido en el que el lector asiste a una guerra secular, y en cierto modo, involuntaria, entre el creador y su criatura.La crítica ha dicho... «Saramago elabora en Caín no la tan cacareada crónica de un desencuentro personal con la religión, sino una parábola de comprensión humana.» Francisco Martínez Hidalgo «A pesar de su edad, Saramago nos demuestra con Caín que es capaz de seguir ofreciendo a sus lectores obras atractivas, que buscan llegar a la médula de nuestros conflictos más acuciantes.» Javier Munguía
Con estas credenciales se nos presenta Colonna, el protagonista de Número Cero, que en abril de 1992, a sus cincuenta años, recibe una extraña propuesta de un tal Simei: va a convertirse en redactor jefe de Domani, un diario que se adelantará a los acontecimientos a base de suposiciones y mucha imaginación, sin reparar casi en el límite que separa la verdad de la mentira, y chantajeando de paso a las altas esferas del poder.El hombre, que hasta la fecha ha malvivido como documentalista y en palabras de su ex mujer es un perdedor compulsivo, acepta el reto a cambio de una cantidad considerable de dinero, y arranca la aventura. Reunidos en un despacho confortable, Colonna y otros seis colegas preparan el Número Cero, la edición anticipada del nuevo periódico, indagando en archivos que esconden los secretos ocultos de la CIA, del Vaticano y de la vida de Mussolini.Todo parece ir sobre ruedas hasta que un cadáver tendido en una callejuela de Milán.
.La crítica ha dicho...«El gran Gatsby es el primer paso adelante dado por la narrativa norteamericana desde Henry James.»T. S. Eliot«Él tenía una de las cualidades más raras en la literatura: encanto, encanto como Keats lo había tenido ¿y quién lo posee hoy día?»Raymond Chandler«Fitzgerald representa el estilo, la profundidad y la lucidez... Hay frases en sus libros que quedarán grabadas para siempre en tu memoria... Bienvenido sea cualquier pretexto cinematográfico si sirve para que los lectores jóvenes descubran a Fitzgerald. Los viejos nunca hemos dejado de releerlo.
Penguin Clásicos nos trae esta preciosa edición conmemorativa del sesquicentenario de la publicación original de este gran clásico.Alicia en el país de las maravillas traspasa el umbral que separa la realidad del sueño y se adentra en un territorio sin leyes ni normas donde todo es posible. Triunfo de la imaginación y del ingenio, esta narración recrea un mundo de escenarios y criaturas insólitos, y pone en entredicho todos y cada uno de los postulados lógicos del mundo convencional. Este volumen presenta, junto a la traducción magistral de Luis Maristany y las láminas clásicas de John Tenniel, una nueva edición de Las aventuras subterráneas de Alicia, la obra seminal que el reverendo Dodgson -Lewis Carroll era su seudónimo- escribió e ilustró a mano para Alice Liddell en 1864. Cierra el tomo Alicia para los pequeños, la adaptación infantil que el propio autor hizo de su propia obra en 1890. Virginia Woolf dijo... «Solo Lewis Carroll nos ha mostrado el mundo tal y como un niño lo ve, y nos ha hecho reír tal y como un niño lo hace.»
Las confesiones de Sayuri, una de las más hermosas geishas del Japón de entreguerras.Poco antes de su muerte, Sayuri, una anciana japonesa afincada en Nueva York, cuenta la historia de su vida a un joven amigo americano. El poder de seducción de la voz narrativa de esta geisha legendaria transporta al lector a un Japón de entreguerras, lleno todavía de ecos feudales, y a una de las tradiciones japonesas que más curiosidad inspiran en el mundo occidental: la de la geisha, una peculiar práctica cultural a la que están ligadas artes tales como la seducción, la danza, la pintura o la clásica ceremonia del té.
La imaginaria República Libre de Aburiria es el escenario en donde se sitúa esta corrosiva, humorística y terrible tragicomedia, con la que Thiong'o logra analizar con agudeza la dramática realidad poscoloniial del continente africano. El soberano de Aburiria, dictador inamovible, semidiós y genial estadista, ejerce su poder a capricho sobre todo un país y se regocija en la contemplación de las encarnizadas luchas entre subditos y ministros para gozar de su favor. El pueblo, sometido a la injusticia y el terror, deberá recurrir a la subversión para tratar de derrocar desde abajo el régimen del tirano. Cualquier arma es útil. Incluso la magia.