Justo antes del amanecer, en una decadente ciudad americana, cientos de parados esperan la apertura de la oficina de empleo para reclamar uno de los mil puestos de trabajo que se han anunciado. Han hecho cola durante toda la noche. De pronto, invisible hasta que lo tienen prácticamente encima, un Mercedes surge de la fría niebla de la madrugada. Su conductor atropella y aplasta a todos los que encuentra a su alcance. Acto seguido, el coche da marcha atrás y vuelve a arremeter contra ellos. El asesino huye dejando atrás ocho muertos y quince heridos. Meses después, Bill Hodges, un policía jubilado que sigue obsesionado con este caso sin resolver, recibe una carta anónima de alguien que se declara culpable de la masacre. Brady Hartsfield vive con su madre alcohólica en la casa donde nació. Disfrutó tanto de aquella sensación de muerte debajo de los neumáticos del Mercedes que ahora quiere recuperarla.
«La biblioteca de los muertos fue un éxito internacional y ocupó los primeros puestos en el ranking de los más vendidos en Alemania, Italia e Inglaterra. Su continuación, El libro de las almas, lleva el mismo camino.» La Vanguardia
«Una obra que lleva más allá la maravillosa y terrorífica idea de La biblioteca de los muertos.» Corriere della Sera
Antonio y Cleopatra mantiene estrecha relación con otras dos obras de Shakespeare, Julio César (de composición anterior) y Coriolano (de composición posterior), denominadas las tres como «tragedias romanas». El tejido de interrelaciones de tradiciones textuales y orales que confluyen en Antonio y Cleopatra se perfila como una red compleja bajo la clave de escritura dramática. La representación de Antonio y Cleopatra como símbolos o arquetipos sobrepasa la instancia histórica o contextual y mantiene los elementos de individuación necesarios para aproximar la representación a la realidad, a la persona. Shakespeare trabaja en Antonio y Cleopatra, como también lo había hecho en Julio César, la colisión que se produce en los grandes personajes en su lucha entre las cuestiones de Estado y sus vidas
interiores. El centro de interés en Antonio y Cleopatra radica en la profundización de dos personajes legendarios, en un marco político conflictivo, que hace imposible su amor. La unión del contenido mítico de ambos personajes con sus características humanas constituye uno de los centros neurálgicos de la obra.
El amor debería ser una realidad en nuestra existencia, no solo un sueño o el tema de unos versos. Es un término que ha de cobrar vida. Y nunca es demasiado tarde para experimentar amor por primera vez. Debemos aprender a amar, ya que muy pocas personas^ saben cómo hacerlo. Todo el mundo piensa que el amor es necesario, que la vida sin él carece de sentido. Pero son muy pocos los que verdaderamente saben cómo amar y todo lo que hacen en nombre del amor no es amor, sino cualquier otra cosa. El amor muchas veces se funde con otros muchos conceptos: celos, cólera, odio, posesión, dominación, ego. Todos ellos venenos que destruyen el verdadero néctar: amar significa deshacerse de todas estas interferencias. Solo entonces, en ese preciso momento, un amor de una calidad inédita florecerá a nuestro alrededor.
La carretera, novela galardonada con el premio Pulitzer 2007 y best seller literario del año en Estados Unidos, transcurre en la inmensidad del territorio norteamericano, un paisaje literalmente quemado por lo que parece haber sido un reciente holocausto nuclear.
En un mundo apocalíptico donde llueve ceniza, un hombre y un chico cruzan a pie el territorio norteamericano en dirección al sur. El hambre es mucho más que una preocupación diaria: es la medida de todas las cosas, y las bandas de caníbales asolan el país convertido en un yermo donde solo la barbarie ha echado raíces. El amor de un padre por su hijo es, sin embargo, la única luz de una tierra que ha perdido a sus dioses. Quizá el fuego de la civilización no se haya apagado para siempre.