En el año 2021 la guerra mundial ha exterminado a millones de personas. Los supervivientes codician cualquier criatura viva, y aquellos que no pueden permitirse pagar por ellas se ven obligados a adquirir réplicas increíblemente realistas. Las empresas fabrican incluso seres humanos. Rick Deckard es un cazarrecompensas cuyo
La justicia no siempre se imparte en el tribunal.
Mark, Todd y Zola decidieron estudiar Derecho en Washington para cambiar el mundo, para hacer de el un lugar mejor. Pero ahora que están en el tercer año, se dan cuenta de que han sido víctimas de un fraude: pidieron un cuantioso prestamo para estudiar en lo que ha terminado siendo una escuela de segunda categoría, centrada en ganar dinero, y tan mediocre que los alumnos rara vez aprueban el examen final.
Investigando, descubren que la escuela es parte de una cadena operada por un fondo de dudosa reputación que, además, tambien dirige un banco especializado en prestamos estudiantiles.
Sin embargo, no todo está perdido. Puede que haya una forma de librarse de la deuda, desenmascarar al banco, destapar el fraude y sacar provecho al mismo tiempo. Pero para que su plan tenga exito, tendrán que abandonar la escuela sin graduarse, lo que sería una locura... O quizá no.
Me llamo Eric Zimmerman y soy un poderoso empresario alemán. Me caracterizo por ser un hombre frío e impersonal, que disfruta del sexo sin amor y sin compromiso. En uno de mis viajes a España para visitar una de mis delegaciones conocí a una joven llamada Judith Flores. Ella me hizo reír, me hizo cantar, me hizo incluso bailar, y yo no estaba acostumbrado a eso. Cuando me di cuenta de que sentía más de lo que debía, me alejé de ella, pero regresé, pues esa mujer me atraía como un imán. A partir de ese momento comenzamos una relación plagada de fantasía y erotismo, en la que disfruté enseñando a Judith a gozar del sexo de una manera que ella nunca había imaginado. Y tú, ¿te atreves a descubrir el lado sumiso, dominante y voyeur que todos llevamos dentro?
En esta edición de los Cuentos Completos de Oscar Wilde, puede apreciarse el germen de los temas que más tarde dominarán su teatro: la novela negra y la narración detectivesca, las preocupaciones artísitcas de la época, la delicadez imaginativa, el romanticismo de los sentimientos, o la descripción de la belleza despiada y cruel.
En la Barcelona de 1984, el capitán Blay, con su cabeza vendada y sus suspicacias sobre los escapes de gas que están a punto de hacer volar toda la ciudad, se pasea por el barrio sacudido aún por los estertores de la guerra perdida y acompañado por los espectros gimientes de sus hijos muertos. El pequeño Daniel le escolta a través de aquellas calles póstumas, en las que conocerá a los hermanos Chacón, quienes custodian la verja de entrada de la casa en la que convalece Susana, una niña enferma de los pulmones, hija de la señora Anita, bella y ajada taquillera de cine, y de Kim, un revolucionario, huido del país y nimbado por el fulgor mítico de los furtivos.
Pronto llegará a la casa un amigo y compañero de viaje de Kim, Forcat, que narrará a los niños la arriesgada aventura que el padre de la niña emprendió en Shanghai, enfrentado a nazis sanguinarios, pistoleros sin piedad y mujeres fatales que le salen al paso en los más sórdidos cabarets de la ciudad prohibida.
Dueño más que nunca de una extraordinaria fuerza evocadora y de un estilo deslumbrante, Juan Marsé construye aquí lo que es sin duda una de las obras maestras de las narrativas europeas de finales del siglo XX.
Colin Laney, la persona más sensible del mundo a los patrones de información, vive en la actualidad en una caja de cartón en Tokio. Mientras el cuerpo le tiembla a causa de sueños febriles, su mente viaja libre como siempre, y sabe que algo está a punto de ocurrir. No en Tokio, y no será algo que él llegue a ver. Algo está a punto de ocurrir en San Francisco.
La neblina hace que sea más fácil ocultarlo, si eso es lo que se quiere, y la realidad de aquel lugar parece tambalearse incluso en sus mejores momentos.
Un hombre misterioso avanza con elegancia a través de esa neblina y deja cadáveres a su paso, tantos que una acumulación de ausencias hace que Laney sienta su presencia. Un chico llamado Silencio no habla, pero sí que revisa a toda velocidad páginas web de información cibernética en busca de un objeto con el que se ha obsesionado. Y Rei Toei, la idoru japonesa, continúa su análisis de todo lo humano. Ella no es humana, al menos no a la manera tradicional, pero intenta conseguirlo. Y, en la neblina de San Francisco, en aquel momento tan extraño de la historia, quién puede afirmar lo que es posible y lo que no…