Una novela basada en una inolvidable historia real.
Basada en la gran historia real de Lale y Gita Sokolov, dos judíos eslovacos que consiguieron, contra todo pronóstico, sobrevivir al Holocausto.
Para Lale, los días transcurren entre el horror y su trabajo como tatuador de prisioneros. Entre estos prisioneros se encuentra Gita, una joven de la que queda enamorado. En ese momento, la vida de Lale cobrará un nuevo sentido y hará todon lo posible para que Gita y el resto de prisioneros sobrevivan.
Después de la guerra, deciden mudarse a Australia para poder comenzar de nuevo. Tras la muerte de Gita, Lale siente el peso de su pasado y la irremediable necesidad de contarlo.
Tras el reinado déspota y caótico de su padre, el joven Tutankhamón trata de poner orden en un país dividido. El faraón es apenas un adolescente y la despiadada lucha por el poder le ha sumido en la más absoluta soledad, pero todo cambia cuando aparece en su vida un humilde pescador llamado Nehebkau, que posee el increíble don de atraer a las cobras y encantarlas con su sola presencia. Será así como comience la profunda amistad que marcará la vida de ambos y será el hilo conductor de esta historia que nos transporta a una época fascinante.
Con el rigor y el ritmo propios de un gran maestro de la novela histórica, Antonio Cabanas nos sumerge en el convulso Egipto del siglo XIV a. C. Figuras como Akhenatón, Horemheb o la poderosa Nefertiti desfilan por las páginas de esta obra que también nos descubre las intrigas fraguadas a la sombra del faraón, los secretos guardados en las tumbas, cómo era la vida de quienes las construían y el alcance de las maldiciones de los dioses.
Las peripecias de seis mexicanos que hallan el remedio al tedio, el bochorno y la frustración en un traje de verano. El pintoresco encuentro en Chicago entre un punk y un anciano donde la hostilidad inicial se transforma en emociones inolvidables. Y la guardería del futuro: una prodigiosa habitación donde todos los deseos de los niños se hacen realidad.
La tarde del 12 de agosto de 1979, los hermanos Nicolás y Hugo y la pequeña Blanca desaparecen en una localidad del Baixo Miño. La niña es encontrada a la mañana siguiente dentro de una cesta de mimbre en la orilla opuesta del río sin recordar nada de lo ocurrido. Pese a la intensa búsqueda, los cuerpos de los dos niños nunca aparecen.
Veinticinco años después el hallazgo de unos restos óseos en un yacimiento arqueológico apunta a que se trata de los dos hermanos desaparecidos. A partir de entonces, Blanca y el periodista Lois Lobo inician una compleja búsqueda para descubrir qué sucedió a través de los caminos engañosos de la memoria y de los tabúes de una sociedad hermética acostumbrada a que los trapos sucios se laven en casa.
Martina acaba de llegar a Treviu, un pequeño pueblo de montaña donde ha veraneado toda la vida. Necesita huir de Barcelona y allí, rodeada de recuerdos de su niñez, se siente segura. Una vez instalada, se entera de que alguien ha profanado tres tumbas del cementerio viejo, una de ellas pertenece a una chica de identidad desconocida que falleció hace más de treinta años en el puente del Malpàs y que todo el mundo recuerda como «la chica del vestido azul». Todo indica que se suicidó, pero su muerte siempre ha sido un misterio.
Cuando Martina decide investigar qué le pasó a la chica, pone en marcha, sin saberlo, una serie de acontecimientos que la adentrarán en una peligrosa aventura, en la que se tendrá que enfrentar a alguien dispuesto a hacer todo lo posible para evitar que los secretos del pasado salgan a la luz.
Una rural noir, completamente absorbente, que sumerge al lector en la vida de un pequeño pueblo de montaña, lleno de gente entrañable, pero también de secretos y peligros.
Cuando estamos en medio de la fiesta y han cortado el pastel, en lo más alto, pienso en que este momento no va a durarnos nada. Mientras el anfitrión reparte platos de una tarta grandísima, yo me detengo. Y miro a cada niño, a cada padre, y me veo a mí: nos veo, papá, nos veo. Me detengo a pensar en que hace un rato estábamos soplando tranquilos a las velas y ya nadie se acuerda, supongo que era esto el carpe diem. Otra parte de mí, como un desdoblamiento, me insiste en agarrar mi trozo de tarta y no pensar, entonces cojo la cuchara y muerdo un pedazo y cuando me doy cuenta han pasado diez años y escribo este poema.