Madrid, invierno de 1938. Pablo es enviado a la Unión Soviética en los últimos meses de la Guerra Civil por decisión de su padre, militante comunista que trabaja para los rusos. Clotilde, artista gráfica que dibuja caricaturas para los diarios republicanos, no logra impedir que su hijo de cinco años emprenda ese arriesgado viaje al país que Stalin está levantando sobre las ruinas del antiguo régimen.
Moscú, primavera de 1939. Allí es recibido por su nueva familia que, conmovida por su trágico exilio, acoge al niño con gran afecto. Anya no duda en cuidar de él como si fuese su propio hijo, mientras sus ilusiones naufragan en el ambiente cada vez más opresivo del terror estalinista: la miseria, la ausencia de libertad, la prisión y el Gulag. Pablo crece entre el recuerdo cada vez más tenue de su madre, que no cede en su empeño por recuperarlo, y el cariño de Anya, quien le transmite su amor por la música, la literatura y sus deseos de libertad. Dos mujeres unidas por el destino de un niño y enfrentadas al mismo espejo: el de las ideologías totalitarias a las que sucumbió el siglo XX.
UN VIRUS MORTAL. UN FUTURO DISTÓPICO.
Y UN ATRACO A VIDA O MUERTE.
2069. Ha pasado un siglo desde la llegada del hombre a la Luna y tanto el satélite como la Tierra han cambiado por completo. Un virus desconocido y agresivo ha causado la muerte del ochenta por ciento de la población, provocando también cambios radicales en las estructuras económicas, políticas y sociales. La única cura posible son las transfusiones de sangre no infectada, que se ha convertido en la materia más preciada, solo al alcance de una minoría. Para salvaguardarla, el principal e inexpugnable banco de sangre se encuentra en la Luna, y un hombre, movido por la venganza, intentará asaltarlo sabiendo que solo el éxito puede garantizarle seguir con vida.
Narrador inquieto, malicioso e inteligente, Philip Kerr combinó la ciencia ficción con el thriller para alumbrar una poderosa distopía que sobrepasa los límites de cualquier género.
Una novela espléndida, algo finalmente nuevo en nuestra literatura de hoy, algo pensado y al mismo tiempo lleno de libre invención». Italo Calvino La divina floresta (1969) es una sugestiva historia naturalis interpretada en clave lucreciana o, incluso, kiplinesca, y ambientada en una remota Sicilia en los albores de la creación. El protagonista es la vida misma o, mejor dicho, un ente vivo y pensante, primero indeterminado en su forma larvaria, que, tras una breve temporada vivida vegetativamente, toma la forma definitiva de un ave: un buitre filosófico que no tiene nada de la bajeza que su figura pudiera evocar, sino que, por el contrario, se nutre de la sabiduría clásica. El arco de su aventura que lo empujará hasta la extenuación en busca de un mensaje más allá de los confines de la isla, más allá de los océanos y hacia la luna inalcanzable no hace sino hablarnos de nuestra humana inquietud ante las incógnitas de la existencia. «Estoy realmente contento de este resultado, por ti y por la literatura italiana, que recupera lo que era su vocación específica en sus primeros siglos: literatura como “filosofía natural”. Espero que la crítica comprenda que tu libro es diferente de los muchos que se publican, pero, aunque no lo comprenda de inmediato, no importa, tu libro es de los que quedan».
La mayoría de las escuelas ansían ser las mejores, pero, ¿esta escuela? Esta ansía ser la peor. La Academia Calder es el lugar al que van los paranormales rebeldes, los que rompen las reglas o pierden el control. Y cuando se llena de vampiros, hombres lobo, brujas y faes, se vuelve bastante aterradora.
Yo lo sé mejor que nadie. Porque estoy atrapada aquí.
Toda chica de diecisiete años piensa que su madre es una tirana. Pero resulta que la mía dirige la Academia Calder, cosa que me ha convertido en una gran diana. La única manera que tengo de conseguir sobrevivir en estos oscuros pasillos es evitando las cosas (y los niños) que aparecen en mitad de la noche.
Especialmente Jude Abernathy.
Pero cuando una extraña tormenta azota nuestra recóndita isla, me quedo encerrada sin un plan B. No hay energía, todas las luces se han apagado… Y nuestras peores pesadillas de repente se han vuelto reales y están sedientas de sangre. Ahora, si quiero sobrevivir, debo aliarme con un mal para evitar otro peor, y, ¿qué puede ser peor que la idea de acercarme a Jude? Que en realidad y en secreto, amo cada minuto que paso con él.
La Florencia del siglo XVI requiere habilidad, discreción, lealtad, sensibilidad artística y comprensión política. Europa es un polvorín. Italia es el campo de batalla donde chocan Francia y España, las dos grandes potencias. El duque de Florencia, Cosme de Médici, no solo tiene que lidiar con la reina de Francia, su prima Catalina de Médici y aliada de su viejo enemigo, el republicano Piero Strozzi, sino también con el influjo de un Papa que es un inquisidor de la peor calaña, el que instituyó la prohibición de libros y obras de arte considerados inmorales. Y para complicarlo todo, ahora el viejo pintor Pontormo acaba de ser asesinado al pie de los frescos en los que trabajaba desde hacía once años. En la escena del crimen se descubre un cuadro obsceno de María de Médici, una de las hijas del duque. El gran Vasari, secuaz del duque, pintor e historiador del arte, se tiene que encargar de la investigación. ¿Quién es el asesino y quién el caricaturista? ¿Cuál es el móvil del asesinato y del crimen de lesa majestad?
En el invierno de 1930, llegan al barrio rural de Las Casetas Joaquina y su marido, un clarinetista de la banda de Zaragoza, sastre de profesión, llamado Mariano. Ha sido contratado para hacerse cargo de la exigua banda municipal de esa localidad de gente trabajadora, mayormente agricultores sin formación. Enseguida conoce a los que han de ser los miembros de su banda: campesinos con los dedos deformes y las uñas negras sin ningún sentido musical. Pero nadie parece querer ponerselo fácil, ni siquiera funciona la pequeña sastrería que abre y es Joaquina la que debe trabajar en un horno de pan y vendiendo bocadillos en la estación para sacarlos adelante.
Sin embargo, poco a poco, Mariano conseguirá ganarse la confianza de esa gente ruda y él mismo aprenderá a confiar en ellos. Firme creyente en las ideas progresistas de modernizar el país a través de la educación y la cultura, realmente conseguirá, a través de su pasión por la música, mejorar las vida de estas personas. Frente a sus logros, emerge sin embargo una curandera a la que llaman "la bruja", empeñada en expulsar a Mariano y su esposa de la comunidad. Y entre ambos se establecerá un pulso entre razón y magia, rechazo y deseo, mientras la amenaza de la guerra avanza inexorablemente.
Música en la oscuridad nos trae de vuelta al mejor Antonio Iturbe, a un excepcional contador de historias que, como ya demostró en La bibliotecaria de Auschwitz, tiene un don especial para rescatar del olvido un episodio real poco conocido de nuestro pasado reciente y escribir una novela conmovedora de superación en tiempos de guerra.
Un Madrid a principios de los noventa, convertido en un escenario a la vez muy preciso y fantasmagórico. Una peripecia detectivesca en la que Muñoz Molina otorga un papel preponderante a un registro irónico que convierte a este relato de aventuras y desventuras en una versión actual del Cándido de Voltaire. La misteriosa desaparición del Santo Cristo de la Greña lleva a Lorenzo Quesada a la capital española, en donde se suceden las historias más disparatadas, con los más variopintos personajes y situaciones de lo más descabellado. La conjunción de enérgica inventiva expresiva y honda percepción humana de esta obra personal llena de coherencia, confirmó en Muñoz Molina a uno de nuestros principales escritores.
Barcelona, 1969. Bertha es funcionaria en el Juzgado Especial de Vagos y Maleantes, donde se persigue a colectivos disidentes o excluidos de la sociedad por su pensamiento, oficio o inclinación sexual. Sin embargo, tiene problemas para acatar órdenes que conllevan el sufrimiento de inocentes. Cuando su hermano aparece muerto en extrañas circunstancias, se ve obligada a investigar una trama gubernamental que lleva la represión al límite y que podría acabar con su carrera y con su propia vida.
La primera novela de la abogada y jueza Purificación Pujol es un thriller trepidante, ambientado en Barcelona y Menorca, que combina acción e intriga y desvela los entresijos del poder político y jurídico antes de la Transición.
En una cálida noche de primavera, una joven camina por la carretera. Está desnuda y cubierta de sangre. Horas más tarde, el hallazgo de su cuerpo sin vida revelará su identidad: Clara Salvemini, la primogénita de la familia más influyente de la zona. Se habla de suicidio, pero ¿qué ocurrió realmente? ¿Qué la vinculaba a los turbios negocios de su padre? Y la relación con sus hermanos, sobre todo con Michele, el hijo bastardo, ¿tendrá algo que ver con su muerte?
Entre mansiones de la rica periferia de Bari, baches en un rápido ascenso social, un elenco de personajes inolvidables y las tensiones de una familia al borde de la desgracia, Nicola Lagioia –ganador del prestigioso Premio Strega y autor de La ciudad de los vivos– desmenuza y define nuestra despiadada contemporaneidad y teje una trama que explora la ferocidad latente en cada individuo, atrapando al lector en un laberinto de secretos y mentiras.