En esta última entrega el comandante William Monk se enfrenta a una posibilidad impensable: la traición de uno de sus hombres.
La esposa de Harry Exeter, un poderoso y acaudalado constructor del Londres victoriano, ha sido secuestrada y sus raptores exigen que la entrega de la rehén a cambio del rescate se haga en una de las zonas más inhóspitas y oscuras a orillas del río Támesis. Para proteger tanto a Exeter como a su esposa, el comandante Monk es el encargado de supervisar la operación. Sin embargo, al llegar al lugar del encuentro, tanto él como sus compañeros caen en una emboscada.
Pronto se hará evidente que se trata de una traición por parte de uno de sus hombres y para averiguar quién ha sido el culpable, deberá indagar en el pasado de todos ellos. Así descubrirá quiénes esconden un terrible secreto y a quién profesan de verdad su lealtad. ¿Pondrá Monk su vida en juego para resolver el caso?
La protagonista de Mamut es una chica arcaica atrapada en la vida moderna. Su hábitat es la ciudad, donde trabaja para vivir. Quiere ser madre, y esto la obliga a acercarse a los hombres ¿Cómo resistir el hormiguero humano si tienes instinto de cazador solitario?
Un día abandona la ciudad, cambia de entorno y se convierte en la dueña de una casa completamente aislada. Allí solo están el pastor, la soledad y bestias que te alimentan o te amenazan. El instinto trabaja, la conciencia se altera y se gesta una transformación.
Esta no es una novela más sobre la huida al campo, esto es una bomba de relojería sobre las llagas de la sociedad contemporánea, una narración in crescendo que aúlla a merced de esta novelista salvaje que es Eva Baltasar.
Un delito menor durante uno de sus servicios ha enviado al superintendente de la policía de Copenhague Martin Juncker a una estancia forzada en la pequeña ciudad provincial de Sandsted. Junto con un aprendiz de policía y un joven sargento de policía, se le encarga la tarea de enfrentar los desafíos de un centro de asilo cercano, al mismo tiempo que tiene que cuidar a su anciano padre demente, con el que siempre ha tenido una relación complicada.
Cuando una atentado terrorista con bomba golpea un mercado navideño en el centro de Copenhague, y Juncker no puede participar en la investigación, se siente completamente fuera de combate. Su ex pareja Signe Kristiansen no. Ella comienza a buscar a los perpetradores, mientras lucha con el temor de que su hermana esté entre los muertos. La investigación termina muy rápidamente en un callejón sin salida. Sin embargo, Signe recibe un consejo que lleva la investigación a un lugar que no había imaginado ni en sus fantasías más salvajes.
Mientras tanto, para gran asombro de Juncker, un caso de asesinato aterriza en su escritorio: un hombre ha sido asesinado, golpeado con una tubería de metal, y su esposa ha desaparecido. Aparentemente, el asesinato parece un asalto violento común, pero cuando descubren que la víctima tenía conexiones con grupos neonazis, el caso adquiere una dimensión distinta.
En el Madrid de los años noventa, una joven logra sobrevivir a lo que parece un brutal ataque de violencia de género. La prensa y la opinión pública hacen eco de la noticia y, durante días, no se habla de otra cosa. Incluso hay quien afirma que se lo estaba buscando. Cuando por fin despierta del coma, Minerva no recuerda absolutamente nada, ni siquiera a su agresor que, desde ese instante, se mezclará entre sus amigos más íntimos para convertirse en su sombra y permanecer a su lado durante años esperando, a pesar de los cambios sociales, el momento oportuno para finalizar su «autoencargo». Pero ¿las cosas han cambiado tanto como creemos? ¿Por fin la sociedad ha dejado de juzgar a las mujeres que sufren agresiones de este tipo?
Construida a partir de pinceladas breves, Luz de verano, y después la noche retrata de forma peculiar y cautivadora una pequeña comunidad de la costa islandesa alejada del tumulto del mundo, pero rodeada de una naturaleza que les impone un ritmo y una sensibilidad particularísimos. Allí, donde parecería que los días se repiten y un invierno entero podría resumirse en una postal, la lujuria, los anhelos secretos, la alegría y la soledad enlazan los días y las noches, de forma que lo cotidiano convive con lo extraordinario.
Reinas, amantes, lolitas, prostitutas, bailarinas... Hasta no hace mucho, en la historia del arte las mujeres solo podían ser modelos: profesionales como Kiki de Montparnasse en las fotografías de Man Ray o musas por azar como Victorine Meurent, la Olympia de Manet. Iconos de las vanguardias como la alocada Henrietta Moraes, que inspiró a Bacon y Lucian Freud, o la surrealista Claude Cahun, quien en 1930 proclamó: «Neutro es el único género que me viene bien».
De la sonrisa de la Gioconda al color de la piel de Cleopatra, la cabellera de la Venus de Botticelli o el vello púbico que pintó Courbet y fascinó a Lacan, el misterio de sus identidades obsesionó a ladrones, moralistas y académicos. Sus rostros y sus cuerpos pautan aún hoy un ideal de belleza.
Modelo durante décadas, Teresa Arijón revisita la historia del arte en este libro excepcional que es a la vez novela, ensayo y crónica, y también un registro sensible y sensual del paso del tiempo en el que los roles se invierten y es la modelo la que retrata al artista.