UN CLÁSICO DE ABSOLUTA ACTUALIDAD
La mayoría de los incidentes de este libro tuvieron lugar, de una forma u otra, en la república popular húngara a mediados de la década de 1960. El resto, de una forma u otra, está a punto de suceder, o de volver a ocurrir, en algún lugar del planeta tierra.
«Una novela bella y extraña, una profunda meditación sobre el espíritu totalitario, atravesada por un humor negro y una cálida mirada. Oponiendo al absurdo su risa oscura, El epitafio de los perdedores evoca a los primeros Kundera y Nabokov. Andrew Szepessy es un descubrimiento maravilloso».
IAN MCEWAN
Durante una calurosa noche de verano, un hombre aguarda sentado en la celda de una lúgubre prisión húngara. Ignora por completo los motivos de su encarcelamiento y los hieráticos guardias mantienen al respecto un hermético silencio. Pero no está solo allí. Otros muchos se encuentran recluidos entre los gruesos muros de piedra: sabios, cantantes, espías, estudiantes... A medida que pasan los días, el hombre se verá envuelto en sus conversaciones y en sus vidas, convirtiéndose poco a poco en copartícipe de sus desesperados y extravagantes actos de rebelión.
Escrita a principios de la década de 1980 e inspirada por la propia experiencia del autor, El epitafio de los perdedores es una distópica y desasosegante novela sobre el poder, la justicia y la libertad, y sobre los estrechos vínculos humanos que surgen incluso en los lugares más insospechados. Una necesaria reflexión sobre el absurdo de los totalitarismos, deslumbrante por su potencia literaria y su resonancia con nuestro tiempo.
Considerado uno de los castrati más famosos del siglo XVIII, Farinelli cuenta en primera persona su vida, de la mano de la historiadora y escritora Vega de Martini (1949), a través de un jugoso texto que revela las aventuras del cantante napolitano. Sus estancias en Roma, Viena, Londres, Madrid, Bolonia. La gran amistad con Metastasio, el amor por Teresa Castellini, el estigma de la castración, los desvelos por las óperas, las afinidades y recelos de los artistas cortesanos, el desapego y la familiaridad trazan un panorama en el que resalta la enorme profesionalidad del astro italiano. El ensayo lo completa un epílogo de Bonet Correa, que abrocha con su sabiduría el retrato de Farinelli.
Zorro 8 siempre ha sido conocido como el soñador de la manada, al que sus otros compañeros zorros miran con desdén y por el que ponen los ojos en blanco. Hasta que consigue desarrollar una habilidad única: aprende a hablar "Umano" escondiéndose frenta a la ventana de una casa y escuchando las historias que una madre cuenta a sus hijos antes de dormir. El poder del lenguaje alimentará su curiosidad creciente por ellos, incluso después de que la construcción de un "Centro Comerzial" en las cercanías de la madriguera ponga en peligro la supervivencia de la manada y le embarque en un peligroso viaje para salvar a los suyos.
Escrita con mucha ternura, humor y una profunda convicción ética, y acompañada de las preciosas ilustraciones de Chelsea Cardinal, Zorro 8 es una carta de amor de un animal a los humanos y una llamada de atención a cuidar del medioambiente.
Un fascinante debut literario sobre el encuentro con un personaje singular que transformará la vida de la joven Virginia.
Al final de su adolescencia, Virginia viaja con su padre al norte para reunirse con los Kopp. Cuando el encuentro con sus amigos ingleses augura unas apacibles vacaciones, la aparición estelar de un invitado inesperado truncará todos sus planes: Bertrand es escultor y performer, con toda probabilidad padece algún trastorno mental, y está obsesionado con la idea de que «las esculturas son efímeras». Visionario y demente, envuelto en un aura de carisma y de peligro, Bertrand siembra el desconcierto en la vida de Virginia, que se acabará dejando arrastrar hacia un territorio ambiguo, inexplorado.
En su primera novela, Xita Rubert escribe con la misteriosa sabiduría que emerge del caos para preguntarse si acaso crecer es adentrarse en una ficción sin retorno. Mis días con los Kopp es una sugestiva novela de iniciación del siglo XXI que afronta con inteligencia la enfermedad, el fingimiento social y el desamparo. Una singularísima historia que nos anuncia la llegada de una nueva narradora con una voz poderosa y llena de matices.
Un mundo en el que los esclavos son los amos y los amos los esclavos.
De la ganadora del Booker por Niña, mujer, otras, una brillante sátira sobre la esclavitud.
Bienvenidos a un mundo al reves. Un buen día, Doris está jugando al escondite con sus hermanas en el prado de detrás de su casa, en Inglaterra. De repente, alguien se abalanza sobre ella, le pone un saco en la cabeza, y Doris termina en la bodega de un barco de esclavos que navega hacia el Nuevo Mundo.
En esta fantástica e imaginativa vuelta de tuerca a la trata transatlántica de esclavos -en la que los blancos son esclavizados por los negros-, Bernardine Evaristo nos invita a reflexionar con una sátira tan asequible y fácil de leer como inteligente y perspicaz. Raíces rubias nos acerca hasta la incomodidad a los grilletes, los lamentos y demás barbaries del esclavismo, planteando preguntas muy oportunas sobre la sociedad de hoy.
Dos chicas adolescentes viven al límite en la Valencia de los últimos años ochenta, justo antes de que la música mákina y las drogas sintéticas arrasen con todo.
¿Qué sucede cuando la madre de la que fue tu mejor amiga reaparece al cabo de veinticinco años para preguntarte qué llevaba su hija en un bolsillo de la chaqueta el día que la atropelló un tren? Es lo que le ocurre a la narradora de esta profunda y trepidante historia. Y a partir de ese enigmático y doloroso primer email, empieza a hurgar en la memoria para recuperar a la adolescente que fue, a la pareja de amigas que formaba junto a Carla, dos jóvenes intrépidas que querían vivir muy rápido. Recuerda entonces el liceo en el que estudiaban, y sus incursiones en los billares y las discotecas de una Valencia de finales de los años ochenta. Una época en que la música todavía importaba, y los paisajes sonoros eran el más potente conductor de emociones, el último hábitat de la adolescencia. Al hilo de la conversación con la madre de su amiga, la narradora reconstruye su propia memoria hasta llegar a la ruta del bakalao, donde la muerte de la melodía coincide con la de la propia inocencia.