En sentido y sensibilidad, Jane Austen explora con sutileza e ironía las opciones de la mujer en una sociedad rígida, donde el éxito o el fracaso dependen de la elección del marido. La historia se centra en dos hermanas, Elinor y Marianne, cuyas personalidades antagónicas ejemplifican dos posibles respuestas femeninas ante la hipocresía dominante: el «sentido común» y la «sensibilidad». Sin embargo, tanto un camino como el otro entrañan sus peligros.
Julien Sorel es un plebeyo provinciano, inconformista y rebelde que, si bien carece de recursos, ha recibido del bondadoso cura de su pueblo una educación privilegiada. Ello, unido a su afán de poder y a la seducción que jerce sobre las mujeres, despierta en él la inquebrantable resolución de hacer fortuna. La ascensión y caída de Sorel darán pie a una vívida descripción de una época que no ha ajustado cuentas con el pasado. Compleja y poderosa, esta obra cumbre del XIX sitúa a su autor como el primer novelista de genio de la era burguesa.
¿Cómo puedo yo decirle que nunca la va a encontrar, si ha gastado la vida buscándola? Con esa frase de resonancias míticas, se abre esta intensa historia de amor en medio de las rudezas del desplazamiento forzado. Un personaje enigmático al que llaman Siete por Tres llega a un albergue de emigrantes preguntando por una mujer a la que ha perdido en el tráfago de la guerra. Allí es atendido por una voluntaria extranjera, cuyo interés por el hombre va creciendo más allá del simple apoyo solidario. En el estrecho triángulo que se crea, la ansiedad por encontrar al otro se fusiona con la búsqueda de la tierra prometida. Y del amor: el imposible y, por qué no, también posible. La multitud errante, que ahora se presenta en edición revisada por su autora, narra de forma magristral el vacío del desarraigo pero también el poder sanador del amor y la amistad, y el anhelo por mantenernos unidos a aquellos que conforman nuestra patria interior, la única a la que no podemos renunciar.