Para Simón Axier, uno de los principales actores teatrales norteamericanos, todo ha terminado. Ya sexagenario, ha perdido su magia, su talento y la seguridad en sí mismo. Imagina que la gente se ríe de él, no es capaz de fingir que es otra persona. Su mujer se ha ido, su público le ha abandonado, su agente no puede persuadirle de que vuelva a actuar. De repente estalla otra trama: un deseo erótico fuera de lo corriente que sirve de consuelo a su vida desposeída, pero que es tan arriesgado y aberrante que no apunta hacia el alivio y la gratificación, sino a un final aún más sombrío y espantoso.
El protagonista de Némesis es Bucky Cantor, un joven de veintitrés años responsable de las actividades al aire libre de los alumnos de una escuela de Newark, Nuevajersey. Este lanzador de jabalina y levantador de pesas vive volcado en sus pupilos, frustrado por no haber ido a la guerra a causa de un defecto de visión. Cuando la polio empieza a asolar el patio de recreo, Roth se concentra en los dilemas de Cantor y en las realidades cotidianas a las que este se enfrenta, y nos conduce a través de todas las emociones que una epidemia semejante puede engendrar: el miedo, el pánico, la cólera, el desconcierto, el sufrimiento y el dolor.
Together in one volume, here are a pair of literary touchstones from Truman Capote’s extraordinary early career: the transcendently popular novella Breakfast at Tiffany’s and Other Voices, Other Rooms, the debut novel he published as a twenty-three-year-old prodigy.
Of all his characters, Capote once said, Holly Golightly was his favorite. The hillbilly-turned-Manhattanite at the center of Breakfast at Tiffany’s shares not only the author’s philosophy of freedom but also his fears and anxieties. For Holly, the cure is to jump into a taxi and head for Tiffany’s; nothing bad could happen, she believes, amid “that lovely smell of silver and alligator wallets.”
Other Voices, Other Rooms begins as thirteen-year-old Joel Knox, after losing his mother, is sent from New Orleans to rural Alabama to live with his estranged father—who is nowhere to be found. Instead, Joel meets his eccentric family and finds a kindred spirit in a defiant little girl. Despite its themes of waylaid hopes and lost innocence, this semiautobiographical coming-of-age novel revels in small pleasures and the colorful language of its time and place.