El 16 de julio de 1990, Liliana Rivera Garza, mi hermana, fue víctima de un feminicidio. Era una muchacha de 20 años, estudiante de arquitectura. Tenía años tratando de terminar su relación con un novio de la preparatoria que insistía en no dejarla ir. Unas cuantas semanas antes de la tragedia, Liliana por fin tomó una decisión definitiva: en lo más crudo del invierto había descubierto que en ella, como bien lo había dicho Albert Camus, había un invencible verano. Lo dejaría atrás. Empezaría una nueva vida. Haría una maestría y después un doctorado; viajaría a Londres. La decisión de él fue que ella no tendría una vida sin él.
Hace apenas un año decidí abrir las cajas donde depositamos las pertenencias de mi hermana. Su voz atravesó el tiempo y, como la de tantas mujeres desaparecidas y ultrajadas en México, demandó justicia.
El invencible verano de Liliana es una excavación en la vida de una mujer brillante y audaz que careció, como nosotros mismos, como todos los demás, del lenguaje necesario para identificar, denunciar y luchar contra la violencia sexista y el terrorismo de pareja que caracteriza a tantas relaciones patriarcales.
1498. En pocos años, Santo Domingo se convierte en una espectacular urbe que crece inmersa en un bullicio constante. A su puerto llegan aventureros de toda Europa atraídos por las promesas de abundancia y, por primera vez, ha atracado un barco repleto de mujeres. Muchas han cruzado el océano para reunirse con sus maridos, casarse con conquistadores o forjar una nueva vida. Pero en esa expedición también viaja Jimena, quien ha embarcado con un propósito muy distinto.
Durante la travesía, la joven ha trabado amistad con otras tres mujeres y se han hecho un juramento. Cuando en la isla las aceche el peligro, no solo tendrán que demostrar su arrojo y tesón, sino también confiar en su promesa: ayudarse las unas a las otras para sobrevivir en la primera ciudad del Nuevo Mundo.
¿Conoces esa historia de amor en la que la princesa se queda hecha unos zorros y tiene que irse a otro reino y empezar de cero?
No es bonita. Te lo digo yo, que la he vivido. Pero no te preocupes, siempre caigo de pie. Bueno, igual esta vez el patinazo ha sido un poco más sonoro y público. Tanto que he tenido que montarme en el coche, conducir seiscientos kilómetros, zurrar a una máquina expendedora por el camino y regresar al lugar al que ya no sé si puedo llamar casa. De momento, me está costando llamar a la puerta.
Dame un segundo para hacerme a la idea. Un segundo más.
El escritor venezolano más importante de su generación, Alberto Barrera Tiszka, vuelve con una novela cautivadora y ágil que invita a leer con avidez. El fin de la tristeza es un thriller psicológico descarnado que encierra una sugestiva reflexión filosófica sobre la salud mental.
Cuanto más lejos estés de las noticias, más cerca estarás de la felicidad. Así piensa y así vive Gabriel Medina. Hasta el día en que, sorpresivamente, la policía detiene a su psiquiatra. A partir de ese momento, un orden diferente parece tomar su vida y empujarlo hacia un destino inesperado. Al tratar de ayudar a su terapeuta, Gabriel se involucra en una trama policial y termina en el centro de un escándalo mediático. Desesperado, cree que sólo una historia de amor, nacida de una casualidad, puede ayudarlo a enfrentar la cotidianidad alucinante,donde lo real y lo imaginado se confunden, donde todo parece ser un permanente simulacro y la única certeza es la incertidumbre.
Han pasado seis meses. David Gurney apenas ha conseguido reincorporarse a una cierta normalidad después de haberse encontrado al borde de la muerte tras resolver el caso más peligroso al que se había enfrentado. Madeleine,su esposa, está preocupada. Gurney ha sido diagnosticado con síndrome de estrés post traumático y nada parece alegrarle.
Días después, el exdetective recibe una llamada. Connie Clarke, la periodista que creó la leyenda de superpoli y lo catapultó a la fama, quiere pedirle ayuda. Su hija Kim está realizando un documental sobre las familias de las víctimas de un asesino en serie al que nunca atraparon, el Buen Pastor, y Connie quisiera que Gurney supervisara sus investigaciones y la guiara. En parte por aburrimiento y en parte por hacerle un favor a Connie, Gurney acepta.
Han pasado cuatro meses desde que David Gurney resolvió el caso del Buen Pastor y las consecuencias han sido terribles: se perdieron vidas y hubo carrerasprofesionales afectadas. Uno de los que más ha sufrido ha sido Jack Hardwick, que violó la normativa por ayudar a Gurney.
Los superiores de Hardwick pensaron que despidiéndole arreglaban todos sus problemas. En realidad, se buscaron un enemigo acérrimo. Ahora, Hardwick se propone demostrar la ineptitud de sus antiguos empleadores presentando pruebas que sirvan para revisar algunas condenas muy sonadas.
Empieza con el caso Spalter, un rico empresario y promotor asesinado en el funeral de su madre. Su infiel esposa Kay fue condenada a cadena perpetua, pero Hardwick está seguro de que a la mujer le hizo la cama un detective corrupto y quiere que Gurney le ayude a probarlo.
Con la llegada del verano, Zaira deja de lado su faceta de maestra para echar una mano en el chiringuito que su familia regenta en la playa de Benalmádena. Son los meses de más trabajo, pero también de más beneficio para sus primos, con los que mantiene una estrecha relación desde que se quedaron huérfanos.
Sin embargo, una oleada de racismo sacude a esta familia gitana cuando uno de sus miembros es acusado de un grave delito. Con el apoyo de sus parientes y amigos, Zaira tratará de dilucidar la verdad y proteger a quien más quiere de ese odio irracional y descontrolado que los amenaza sin piedad.
Las vidas de Gloria Felipe y de Nuria Valencia se entrelazan en torno al robo de una niña pequeña que conmociona a la capital mexicana en la década de 1940. Por medio de una narradora que (en sus propias palabras) «no canta mal las rancheras», somos testigos de la batalla de los Miranda Felipe por recuperar a la menor de sus integrantes y de la crianza angustiosa de los Fernández Valencia para salvar a su propia niña de un peligro potencial que la policía no ha podido frenar y los medios reportan con el tono de un thriller.
Atravesada por diversas imágenes de agua –en forma de lluvia, mar, brisa, estanque o charco– que reflejan el estado anímico de sus personajes, Soñar como sueñan los árboles ofrece una mirada crítica de los mandatos de la maternidad, y muestra también las posibilidades de rebeldía y autodeterminación que abrieron las mujeres del medio siglo para nosotras. El sentido del humor sagaz y punzante de Brenda Lozano hace imposible soltar el libro hasta llegar a sus últimas páginas.
Atrapado en el recuerdo de Sandrine, sin salida ni futuro, Suso Corbacho no dispone de muchas opciones. A pesar de ser abogado, apenas sobrevive en Ceuta con el dinero que recibe de su padre. Por ello, cuando este le pide que se reúna con Zallas, un hombre de dudosa reputación involucrado en negocios turbios, muy a su pesar no puede negarse. Por otra parte, el Califa, un representante de artistas al que Suso debe tres mil euros, le ordena ir en busca del Pespá, un hombre desesperado, víctima de una extorsión relacionada con unas fotos comprometedoras tomadas décadas atrás en el conocido local gaditano Gadir. Inesperadamente, algo terrible sucede antes de que se despidan. ¿Quién podría estar detrás de todo?