la historia de un soldado veterano de los tercios de Flandes que malvive como espadachín a sueldo en el Madrid del siglo XVII. Sus aventuras peligrosas y apasionantes nos sumergen sin aliento en las intrigas de una España corrupta y en decadencia, las emboscadas en callejones oscuros entre el brillo de dos aceros, las tabernas donde Francisco de Quevedo compone sonetos entre pendencias y botellas de vino, o los corrales de comedias donde las representaciones de Lope de Vega terminan a cuchilladas. Todo ello de la mano de personajes entrañables y fascinantes: el joven Íñigo Balboa, el implacable inquisidor fray Emilio Bocanegra, el peligroso asesino Gualterio Malatesta, o el diabólico secretario del rey, Luis de Alquézar.
INTENSA. EMOCIONANTE. ABSORBENTE. BRUTAL. NO PODRÁS QUITÁRTELA DE LA CABEZA.
Desde las fascinantes marismas de Luisiana, un despiadado asesino en serie al que los medios apodan «el carnicero del pantano» está completando su proyecto más ambicioso: marcar de forma macabra a sus víctimas, que abandona en los pantanos dejando en sus cuerpos pistas dudosas que mantienen en vilo a la policía.
La brillante patóloga forense Wren Muller nunca se ha enfrentado a un caso que no haya podido resolver. Hasta ahora. Y su deseo de atrapar al asesino empieza a convertirse en una obsesión.
En una frenética carrera contra reloj, el duelo entre el asesino en serie más despiadado de la historia de Luisiana y la doctora Muller se librará en la mesa de autopsias, donde los cuerpos de las víctimas ocultan los secretos de una investigación que solo Wren puede desentrañar.
El 13 de agosto de 1476, Cristóbal Colón naufraga en aguas de Portugal. El futuro almirante acaba de cumplir veinticinco años. Milagrosamente, alcanza la costa sano y salvo, y se refugia en Lisboa, en casa de su hermano menor, Bartolomé, que ejerce el oficio de cartógrafo. Durante años, los dos hermanos trabajan juntos para preparar el viaje con el que Cristóbal sueña desde la adolescencia: llegar a Cipango (Japón) y el imperio del Gran Kan. Pero en lugar de seguir la ruta habitual, la de la seda, hacia el este, pretenden surcar el océano Atlántico rumbo al oeste. Y al hilo de este relato que narra, desde un punto de vista inédito, cómo fue posible la fabulosa aventura de descubrimiento de América, desfilan, entre muchos otros, un maestro cartógrafo, un rinoceronte, un fabricante de viudas, una prostituta, el siempre fascinante Marco Polo, fray Bartolomé de Las Casas y unos temibles perros devoradores de indios.
«—Ay, padre querido —exclamó María al fin—, ¿a quién le pertenece ese encantador hombrecito que está junto al árbol? —Ese caballero estará al servicio de todos ustedes, querida hija. Con sus dientes es capaz de romper las nueces más rígidas.
Aquel sofisticado hombrecito pertenecía a la familia de los Cascanueces y ejercía la misma profesión de sus ancestros.
—Puesto que el amigo Cascanueces ha elegido ser tu favorito, lo dejaré bajo tu custodia y cuidado.
De inmediato, María lo tomó entre sus brazos».