En 2003, Joan Didion tuvo que afrontar la repentina muerte de su esposo y la larga enfermedad de su única hija. Con una fascinante distancia emocional, la autora narra su reacción a la tragedia y al duelo en un libro que desborda honestidad y que ha cautivado a millones de lectores en todo el mundo.
Recuperamos esta obra en una edición muy especial, con ilustraciones inéditas de Paula Bonet, una de las artistas más reputadas en España. Didion pone las palabras y Bonet plasma su esencia, resultando en un viaje detallado por el dolor, la pérdida y la supervivencia en una conmovedora fusión artística.
Una tarde, poco antes de la pandemia, un encuentro imprevisto trae de vuelta a la vida de Nina un espectro largamente anhelado: Bárbara, de quien no ha sabido nada en casi cuarenta años, la mira desde la bruma del pasado. Los recuerdos emergen; los juegos, el candor y los secretos de su infancia cobran vida nuevamente; pero, esta vez, la memoria que los ilumina está desprovista de toda inocencia. Para descubrir qué sucedió con Bárbara, Nina se embarcará en un viaje que la llevará, como en un descenso a los infiernos, hasta un pueblo enclavado en los Andes que fue especialmente castigado durante los años de la violencia política.
Virreinato del Perú, 1623. En una noche negra como ninguna otra, el demonio se hizo carne en la Ciudad de los Reyes cuando, en el convento de Santa Clara, una novicia dio a luz a una horripilante bestia de dos cabezas, lengua bífida y ocho extremidades. El nacimiento del engendro coincide con la aparición en la capital de una mujer de nombre Rosa, quien, se dice, es capaz de hablar con Dios y con el Diablo. Bruja o santa, se ha convertido en objetivo del Santo Oficio, que no descansará hasta revelar las verdaderas intenciones de la joven, así como su posible relación con el parto demoniaco y los terribles hechos que se desencadenarán con él.
En una ciudad enlodada por el crimen y la corrupción, asolada por malos augurios y vientos de incertidumbre, Alonso Morales, un novato alguacil del Santo Oficio, dará testimonio de la llegada del Maligno en tanto descubre cuán difícil es distinguir los caminos que separan el bien del mal.
UNA MISIÓN: LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL.
CUANDO UNO SE ACERCA DEMASIADO AL FUEGO, TERMINA QUEMANDOSE…
PARA ESTUDIAR EL PASADO, HAY QUE VIVIRLO.
En la Inglaterra de 2060, unos estudiantes se preparan para sus nuevos proyectos. Michael Davies va a estudiar Pearl Harbor, Merope Ward observará a los niños evacuados de Londres y Polly Churchill investigará los bombardeos desde unos grandes almacenes. Su misión: observar, desde un lugar seguro, la vida cotidiana en ese gran momento histórico. Al menos, en teoría.
Esta es una gran oportunidad para ellos, excepto cuando la Historia misma comienza a descarrilar. Y los historiadores, a medida que el tiempo corre, atrapados en los eventos caóticos que conforman la historia, se ven obligados a participar en ellos.
Todo comienza con Rosa. Nacida en Sicilia en los albores del siglo xx, crece en un pueblecito sobre las montañas y, desde muy niña, revela haber sido formada de la misma materia de su nombre, es decir, de flores que siempre brotan, de frutos fecundos contra las dolencias, de madera resistente y espinosa. En 1925 conoce a Sebastiano Quaranta; se trata de un amor a primera vista, en el que la vista, sin embargo, no engaña. Rosa se escapa para casarse con él y juntos abren un mesón, que se convertirá en el lugar de referencia de los habitantes de los cuatro pueblos aledaños.
A través de las mujeres de esta familia ?Rosa, su hija Selma y sus nietas, Patrizia, Lavinia y Marinella?, la novela indaga qué significó ser una mujer en el sur de Europa a lo largo del siglo XX.
Con cuatro años, Marta Rota perdió a su padre, y en cierto modo también a su madre, pues Margarita Jovani tuvo que ganarse la vida para mantener a su familia.
Procedente de una familia de sastres barceloneses, Margarita se había criado entre telas, hilos y patrones, y se le daba muy bien percibir la belleza que puede sacar a la luz o realzar la alta costura, un don heredado y potenciado por Marta.
Esta niña, con una intuición fuera de lo común para combinar colores y prendas, abandonó a edad temprana unos estudios que poco le ofrecían, porque ella solo tenía un deseo: vestir a las mujeres.