En un mundo a punto de extinguirse, una mujer indomable busca cambiar el rumbo de su destino.
Corre el año 74 a. C. y en Pompeya conviven por igual comerciantes, esclavos y delincuentes. En sus calles es posible satisfacer todos los deseos y el burdel conocido como La Guarida del Lobo se ha vuelto famoso por complacer los gustos más exigentes.
Amara no es solo una más de las «lobas» que trabajan para Félix, el infame dueño del lugar, sino que es su favorita. Tras la muerte de su padre su familia se vio sumida en la pobreza y Amara tuvo que ser vendida como esclava; ahora depende de su astucia y valentía para darle un giro a su destino. ¿Tendrá Amara la valentía y el coraje que se requieren para recuperar su libertad?
Los relatos de este volumen son conmovedores y sorprendentes, y en ellos suceden muchas cosas: traiciones y reconciliaciones, amores consumados y lamentados. Pero los hechos que realmente subyacen en Las lunas de Júpiter son las transformaciones que sufren sus personajes con el paso del tiempo hasta observar su pasado con la ira, el resentimiento y la compasión infinita que nadie sabe comunicarnos como Alice Munro.
La inspectora Elena Blanco atraviesa el depósito de la Grúa Municipal Mediodía II de Madrid hasta llegar a una vieja furgoneta que expele un olor putrefacto. Dentro está el cadáver de un hombre atado a una silla, con un burdo costurón que asciende del pubis al abdomen. Los primeros resultados de la autopsia aclaran que a este toxicómano reincidente le arrancaron algunos órganos y le colocaron en el vientre un feto de casi siete meses. Los análisis de ADN revelan que se trata de su hijo biológico. A los pocos días, la Brigada de Análisis de Casos se desplaza a la zona portuaria de A Coruña, donde el cuerpo de un asesor fiscal de sesenta y cuatro años ha sido asesinado con el mismo modus operandi.¿Qué relación existe entre las dos víctimas? ¿Y dónde están las madres de los bebés?
Norte de Francia, años cincuenta. Cuando Albert, un joven huérfano y solitario, conoce a Solange, hija de una prostituta castigada socialmente por haber simpatizado con los nazis, de inmediato salta una chispa entre ellos. Solos frente al mundo, se vuelven inseparables y su amistad da paso a un amor salvaje. Su primer crimen es un accidente. El segundo, un delito perfectamente calculado. A partir de entonces, cada verano cometen un asesinato distinto. Sin embargo, ninguna llama puede durar para siempre.
Una relación que recuerda la de Bonnie y Clyde o la de los protagonistas de Asesinos natos de Oliver Stone. Una novela sentimental y oscura, hipnótica e inquietante, como la personalidad de sus dos torturados antihéroes: estas mariposas negras no dejarán de acecharte.
Louise tiene veinticinco años y aunque es parcialmente sorda hasta ahora ha conseguido construir su vida y maniobrar con esa incapacidad invisible, en gran parte gracias a su poética relación con el mundo:cuando se enfrenta a algún malentendido por su sordera acuden a su mente varios personajes, desde un soldado de la Primera Guerra Mundial a una excéntrica botánica, que la acompañan y ayudan a hacer frente a una realidad cada vez más complicada.
Su último diagnóstico es claro: ha perdido aún más audición de lo esperado y la única posibilidad es que se opere para llevar un implante pero esta decisión no es tan simple como pudiera parecer; el resultado es irreversible y si bien volvería a oír con claridad, implica perder su audición natural y oír todas las voces con un mismo tono metálico. ¿Será capaz de renunciar a reconocer la ironía, o la voz de su madre, y de entrar en un nuevo mundo sin matices?
«Hace poco un amigo me dijo que todavía sueña con la escolanía, con los pasillos por los que nos movíamos. Siempre que me junto con la gente de entonces las conversaciones acaban tratando sobre aquellos años, y así las historias se mantienen frescas. Creo que desde entonces he comido coliflor muy pocas veces. Le cogí manía. ¿Te acuerdas de la cubierta de bechamel? No sabíamos lo que había debajo. Veíamos las bandejas al entrar al comedor y pensábamos que eran canelones, y luego era una decepción cuando nos servían. [...] También me ocurre que hay conocidos de aquel entonces que han seguido trabajando en el mundo de la música, y cuando me topo con ellos empezamos a contar batallitas, y al final hay una red tan grande de recuerdos y anécdotas que uno no sabe dónde acaba aquella época y empieza esta, lo que sea que esté pasando ahora».