La vida de Lazarillo de Tormes sigue las andanzas de Lázaro, un muchacho que, en su intento por salir adelante en un mundo lleno de injusticias, pasa por diferentes amos y ocupaciones, y se enfrenta a situaciones muchas veces cómicas, pero cargadas también de realismo y crudeza, planteando, así, una fuerte crítica y proponiendo una reflexión sobre la corrupción, la impostura y las desigualdades de su sociedad.
A pesar de haber sido escrita hace ahora casi cinco siglos, esta obra innovadora —e incluso revolucionaria— anticipó la novela moderna y conserva la plena vigencia de los grandes clásicos.
Corre la década de los sesenta en Damasco cuando el joven Farid conoce a la hermosa e inteligente Rana. Para su desgracia, pertenecen a familias cristianas que se odian a muerte: los Mushtak, católicos, y los Shahin, de tradición greco-ortodoxa. La relación entre los jóvenes se convierte en un inaceptable desafío a la ley de los clanes rivales, un amor condenado a la clandestinidad y el exilio. La suerte de los amantes a lo largo de varias décadas concita una nutrida galería de personajes difíciles de olvidar. Y como formidable marco de esta historia está Damasco, ciudad misteriosa y fascinante, que palpita en estas páginas a través de una visión íntima pero certera de una cultura marcada por las convulsiones políticas y religiosas, y de un mundo en el que el valor del individuo queda relegado ante el omnipresente poder de la familia.