Robert Louis Stevenson fue uno de los gigantes de la novela de aventuras, pero también fue uno de los grandes conocedores de la mentalidad humana, por lo que era de rigor que tarde o temprano escribiera un clásico imperecedero como El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde (1886). Lúcido testigo de la Revolución Industrial ocurrida en el Reino Unido, Stevenson reflexiona acerca de los límites del método y de la ética científicos, pero, sobre todo y de una manera absorbente e inolvidable, de la dualidad entre el bien y el mal.
Obra maestra que aborda la dualidad del ser humano, Stevenson la escribió después de sufrir una pesadilla sobre la capacidad para el mal que se esconde en el interior de cada individuo. En una mezcla entre la novela gótica, psicológica, policíaca y de terror, el abogado Utterson investiga la misteriosa relación entre su amigo el doctor Henry Jekyll y el huraño y oscuro señor Edward Hyde. El primero es un científico bien valorado socialmente, que cuando ingiere una poción es capaz de convertirse en un criminal capaz de cometer las peores vilezas. El enorme éxito que alcanzó en Gran Bretaña y en Estados Unidos de América nada más publicarse en 1886 permitió a su autor abandonar la abogacía para centrarse exclusivamente en su carrera literaria. Víctor Coyote bucea en las sombras del relato para ilustrar de nuevo este gran clásico de lo tenbroso, traducido expresamente para esta edición por Susana Carral.
Publicada originalmente en 1942, El extranjero es la primera novela de Albert Camus y una de sus obras más emblemáticas. Ahora con nueva traducción al español de María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego, este libro capital para la cultura del siglo XX transcurre en Argelia y narra la anodina vida de Meursault, un joven oficinista que vive en perpetua apatía. Cuando recibe la noticia del fallecimiento de su madre, la encaja con la mayor impasibilidad. Obligado a abandonar la capital y viajar para asistir al funeral, Meursault desea que la ceremonia sea breve para regresar a su casa. Esa indiferencia existencial marca sus días, avanzando sin reaccionar a la muerte de su madre, al afecto de su amada y ni tan siquiera a un crimen que cometerá con idéntica desidia, incapaz de ver el alcance moral de sus actos.
Camus retrata magistralmente la indolencia del hombre del siglo XX, un hombre que no encuentra su lugar, extranjero en su propio mundo. Este personaje escéptico y desapasionado que ha abandonado su condición de sujeto autónomo sigue siendo hoy un imprescindible referente literario y existencial.