Una catedral construida por el pueblo y para el pueblo en la Barcelona medieval es el escenario de una apasionante historia de intriga, violencia y pasión. Siglo XIV. La ciudad de Barcelona se encuentra en su momento de mayor prosperidad; ha crecido hacia la Ribera, el humilde barrio de los pescadores, cuyos habitantes deciden construir, con el dinero de unos y el esfuerzo de otros, el mayor templo mariano jamás conocido: Santa María de la Mar. Una construcción que avanza paralela a la azarosa historia de Arnau, un siervo de la tierra que huye de los abusos de su señor feudal y se refugia en Barcelona, donde se convierte en ciudadano y, con ello, en hombre libre. El joven Arnau trabaja como palafrenero, estibador, soldado y cambista. Una vida extenuante, siempre al amparo de la catedral de la mar, que le lleva de la miseria del fugitivo a la nobleza y la riqueza. Pero con esta posición privilegiada también le llega la envidia de sus pares, quienes urden una sórdida conjura que pone su vida en manos de la Inquisición... La catedral del mar es una trama en la que se entrecruzan lealtad y venganza, traición y amor, guerra y peste, en un mundo marcado por la intolerancia religiosa, la ambición material y la segregación social. Todo ello convierte a esta obra no sólo en una novela absorbente, sino también en la más fascinante y ambiciosa recreación de las luces y las sombras de la época feudal.
«Los naipes le hablaban de forma confusa, con augurios inquietantes. Le anunciaban nubarrones tormentosos sin concretar su naturaleza, lo que la llevaba a temer por la salud de los suyos y el buen gobierno de Belcamino».
Siglo XIII. Época de la persecución de los cátaros, de las Cruzadas y del comienzo de la Inquisición. Ante la masacre que está sufriendo su pueblo, Braira de Fanjau, una joven cátara occitana, viaja a Zaragoza para escapar del exterminio, ocultando el secreto de su fe. Allí conocerá a la reina Constanza de Aragón, casada en segundas nupcias con Federico II de Hohenstaufen, rey de Sicilia y emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico, que la tomará bajo su protección tras descubrir el gran talento que atesora: la interpretación de las cartas de Tarot.
En muy poco tiempo, Braira ocupará un lugar privilegiado junto a los monarcas, lo que la convertirá en protagonista de aventuras tan fascinantes como peligrosas, donde el honor, las pasiones, intrigas y traiciones moverán los hilos del destino.
Isabel San Sebastián se adentra en la Edad Media de la mano de La cátara, dando vida con emoción y gran rigor histórico a unos personajes y un tiempo determinantes en la Historia de España y de Europa.
Corre el año 1833 y la Casa Neville, ubicada en el corazón de la City de Londres, se erige como el banco más importante del Reino Unido, incluso de Europa, con una influencia indiscutible sobre países y monarcas, empresarios y banqueros.
Y, sin embargo, lo que asombra al mundo es que esa potencia financiera esté a cargo de Manon, la hija menor de la familia Neville. De gran inteligencia y carácter decidido, la joven se verá envuelta en una peligrosa red de intrigas y ambiciones desmedidas, traiciones y alianzas, en la que, a veces, le resultará difícil distinguir amigos de enemigos. En la titánica tarea de proteger a sus seres queridos y preservar el patrimonio familiar, que se extenderá por escenarios tan distantes como China y el Río de la Plata, será su amor secreto por Alexander Blackraven, conde de Stoneville, lo que la sostendrá en la lucha, aun cuando amarlo ponga en riesgo sus vidas.
La Casa Neville. La formidable señorita Manon es la primera parte de una nueva saga histórico-romántica de Florencia Bonelli. Este thriller electrizante fascinará por igual a los lectores y a las lectoras que la siguen desde siempre y a quienes se acerquen por primera vez a la magia de su imaginación y su escritura.
Con La Casa lúgubre, Dickens afianzó su reputación de novelista serio a la par que de maestro del efecto cómico, presentando un relato que tiene tanto de historia de misterio como de crítica a una sociedad caracterizada por su estricta indiferencia. En un experimento creativo inusitado, el autor reparte el hilo de la narración entre Esther Summerson, quien conforma un peculiar perfil psicológico, y el narrador anónimo cuya perspectiva complementa y en ocasiones cuestiona la de la protagonista.
Giacomo Casadio era un hombre solitario de temperamento melancólico, dotado de una gran imaginación y con el talento de los visionarios. Tenía pocos amigos y cumplidos los cuarenta y cinco años no había tenido nunca novia. Hasta el día en que en una fiesta de pueblo una gitana se cruzó en su camino. Hacía tiempo que Giacomo se había fijado en ella: era alta, tenía un cuerpo esbelto y una cabellera negra que le llegaba a la cintura. Él siempre la había esquivado, cohibido por su arrogancia; pero ese día la gitana se le acercó, le leyó el futuro en la palma de su mano y poco después se casaron.
Con ellos nace una saga familiar que recorrerá dos siglos de historia. La mitad de sus descendientes serán soñadores de ojos azules y cabellos claros como Giacomo, mientras que la otra mitad tendrá el cabello oscuro, los ojos negros y la sensibilidad de Viollca. Todos ellos serán protagonistas del relato íntimo y épico de una familia marcada de forma indeleble por la oscura y terrible profecía que Viollca leyó en las cartas en una noche de tormenta.
La casa Girdlestone es la primera novela larga salida de la pluma del que sería padre del rey de los detectives, Sir Arthur Conan Doyle. Aunque terminada de escribir en 1884, no se publicaría hasta 1890, cuando su autor ya había alcanzado cierta notoriedad con Estudio en escarlata en 1887, El misterio de Cloomber en 1888 y Micah Clarke en 1889. La casa Girdlestone es una novela dickensiana a la vez que una novela de aventuras con ciertas referencias autobiográficas. Los capítulos que se desarrollan en Escocia son una buena prueba de ello. Con notables influencias de obras de otro autores, como Charles Dickens, Anthony Trollope y, sobre todo de la novela de Sheridan Le Fanu, El tío Silas.