Rick Dockery es un mediocre jugador de fútbol americano que, en el ocaso de su carrera, sigue marcado por ser el culpable del peor fiasco en la historia de su equipo. Harto de las mofas de la prensa y del odio de los aficionados, cuando recibe la oferta de un equipo italiano no duda en poner rumbo a Parma. Al principio le cuesta adaptarse, pero poco a poco le coge el gusto al estilo de vida mediterráneo: la ópera, el buen vino, los coches minúsculos.. . Y ser la estrella indiscutible del equipo tampoco está nada mal. Pero las sorpresas agradables pueden terminar (o no) cuando se cruce en su camino una bella joven estadounidense.
La mayoría de los autores y críticos han reconocido a Kafka como uno de los grandes escritores de su siglo, dotado de una interioridad y unos poderes de expresión extraordinarios. Kafka ansiaba encontrarle un significado a la vida y expresarlo en sus escritos. Lo que encontró fueron tan sólo paradojas. "El proceso" representa el mundo de un hombre dividido interiormente, inseguro de estar en la realidad: Josef K. jamás descubrirá cuál es su culpa y ni siquiera llegará a saber si es culpable.
El día que es arrestado, K. abre la puerta de su habitación para informarse sobre su desayuno. Acusado de un crimen que desconoce por jueces que no ve nunca y conforme a leyes que nadie puede explicarle, K. abrirá un número inimaginable de puertas intentando comprender la situación.
A medida que el proceso ocupe más y más lugar en su vida, cada puerta constituirá una traba cada vez más alienante en el proceso judicial al que se ve sometido. Solo K. parece darse cuenta, en una lucidez irrisoria e inútil hasta el fin, de la total ausencia de hechos o eventos que clarifiquen la interminable incongruencia de su confinamiento.
Junio de 1960. Un temporal mantiene aisladas en la idílica isla de Utakos, frente a Corfú, a nueve personas alojadas en el pequeño hotel local. Nada hace presagiar lo que está a punto de ocurrir: Edith Mander, una discreta turista inglesa, aparece muerta en el pabellón de la playa. Lo que parece un suicidio revela indicios imperceptibles para cualquiera salvo para Hopalong Basil, un actor en decadencia que en otro tiempo encarnó en la pantalla al más célebre detective de todos los tiempos. Nadie como él, acostumbrado a aplicar en el cine las habilidades deductivas de Sherlock Holmes, puede desentrañar lo que de verdad esconde ese enigma clásico de habitación cerrada. En una isla de la que nadie puede salir y a la que nadie puede llegar, inevitablemente todos se acabarán convirtiendo en sospechosos en una fascinante novela-problema donde la literatura policial se mezcla de modo asombroso con la vida.
―Haría falta un policía ―sugirió alguien―. Un detective.
―Tenemos uno ―dijo Foxá.
―Todos siguieron la dirección de su mirada.
―Eso es ridículo ―protesté―. ¿Se han vuelto locos?
―Usted fue Sherlock Holmes.
―Nadie fue Sherlock Holmes. Ese detective no existió jamás. Es una invención literaria.
―Que usted encarnó de manera admirable.
―Pero fue en el cine. Nada tuvo que ver con la vida real. Sólo soy un actor.
Me contemplaban esperanzados, y lo cierto es que yo mismo empezaba a entrar en situación, como si acabaran de encender los focos y oyese el suave rumor de una cámara rodando. Aun así decidí mantenerme silencioso, cruzados los dedos bajo el mentón. No había disfrutado tanto desde que rodé El perro de Baskerville.
Junio de 1960. Un temporal mantiene aisladas en la idílica isla de Utakos, frente a Corfú, a nueve personas alojadas en el pequeño hotel local. Nada hace presagiar lo que está a punto de ocurrir: Edith Mander, una discreta turista inglesa, aparece muerta en el pabellón de la playa. Lo que parece un suicidio revela indicios imperceptibles para cualquiera salvo para Hopalong Basil, un actor en decadencia que en otro tiempo encarnó en la pantalla al más célebre detective de todos los tiempos. Nadie como él, acostumbrado a aplicar en el cine las habilidades deductivas de Sherlock Holmes, puede desentrañar lo que de verdad esconde ese enigma clásico de habitación cerrada. En una isla de la que nadie puede salir y a la que nadie puede llegar, inevitablemente todos se acabarán convirtiendo en sospechosos en una fascinante novela-problema donde la literatura policial se mezcla de modo asombroso con la vida.
El problema de los tres cuerpos es la clave de todo: de la muerte de varios científicos, de una conspiración que abarca años luz y de la amenaza de la extinción de la humanidad.