Una ilustradora antifascista, la pasión femenina de Lorca, la fusilera que fue azote de los franceses durante la guerra de la Independencia, la mejor trapecista del mundo, la guerrera de Lepanto, las hermanas Sorolla, la creadora de la muñeca Mariquita Pérez, la cantante de ópera que pudo ser reina o la esclava que se convirtió en la dramaturga más importante del Siglo de Oro son solo algunas de las 50 vidas que recoge este libro. Los sufrimientos, luchas, esperanzas e increíbles gestas de todas estas mujeres que, con su visión talentosa, a veces compleja y silenciosa, y siempre polifacética, trataron de construir un mundo más igualitario a través de su excelsa capacidad y de su excepcional talento creativo.
Una estremecedora crónica de la fragilidad de la sociedad actual.
Pese a las intenciones de quienes lo perpetraron, el ataque con gas sarín que se produjo en el metro de Tokio en marzo de 1995 sólo se cobró once vidas. Sin embargo, miles de personas resultaron heridas y muchas otras sufrieron sus consecuencias y secuelas. El novelista Haruki Murakami entrevista a las víctimas, a los que vivieron y sufrieron en propia piel el atentado, para establecer con precisión qué ocurrió ese día en las distintas líneas de metro afectadas. También para desentrañar la verdadera historia que se ocultaba bajo un acto terrorista que convirtió una anodina mañana de lunes en una tragedia nacional. Pero, sobre todo, para contestar a una pregunta primordial: ¿por qué? ¿Por qué la violencia terrorista, o cualquier violencia? ¿Y por qué en ese momento y lugar concretos? Como contrapunto, Murakami nos ofrece los testimonios de los miembros de la secta que participaron en aquel ataque y sus posibles motivos.
Es este un libro de ambición lenta, que no tiene prisa por llegar ni esconde ningún as en la manga. Un libro que juega con todas las cartas encima de la mesa: un paisaje de origen en la raya extremeña con las tierras de Portugal; una curiosidad sin engolamientos hacia el arte de la fotografía y las miradas que se ocultan y desvelan detrás de las cámaras; dos o tres o cuatro nombres de mujer -Acácia, Lucía, Joaquina, Pascale- que trenzan el espacio del encuentro y de la pérdida; la historia que no se quiso escribir sobre el hombre que surgió del exilio; algunas viejas fotografías que giran y giran hacia alguna parte. Una mirada narrativa excepcional en diez momentos y un prólogo (y la lucha de clases).