Hijas de matrimonios mixtos, Tracey y la narradora se conocen desde la infancia, son amigas íntimas y comparten el sueño de llegar a ser algún día bailarinas. Sin embargo, su entorno familiar tiende a separarlas: el padre de Tracey está en prisión y su madre la colma de regalos y caprichos, mientras que en casa de la narradora se valoran el esfuerzo y la superación personales, urgida por una madre estricta y solícita. Así pues, a medida que las dos chicas emprenden sus propios caminos, las sutiles diferencias de clase y raza van minando todos los vínculos de confianza y lealtad forjados en la niñez.
Santa Montefiore, la reina del romance épico, une de manera magistral la convulsa historia de Irlanda a lo largo de varios siglos con una trama familiar y romántica que atrapa desde las primeras páginas. Arethusa Clayton siempre fue una mujer muy especial. acostumbrada a salirse con la suya. Ahora ya no está, pero dejó instrucciones precisas de sus últimas voluntades. En vez de ser enterrada en la acomodada Costa Este de EE.UU., donde ella y su difunto marido criaron a sus hijos, Arethusa quiere que sus cenizas sean esparcidas en un lugar remoto de Irlanda, concretamente en unas colinas frente al mar y junto a un castillo. Todo cuanto Arethusa le explicó a su hija Faye es que creció en el seno de una familia humilde y que dejó Irlanda, sola, para empezar una nueva vida en EE.UU., como hicieron tantas personas en tiempos de adversidades. Pero ¿quién era su familia? ¿Dónde están ahora? ¿Y quién es el misterioso benefactor de una parte importante de su testamento? Arethusa ha muerto y no tiene familia cercana que pueda contar su historia. O al menos, no en esa parte del mundo. Por eso, Faye decide viajar al pintoresco pueblo de Ballinakelly, dispuesta a cumplir con el deseo de su madre y descubrir todos los secretos que allí se ocultan.
Clanton, Mississippi, 1990. Stuart Kofer, ayudante del sheriff, se considera intocable. Aunque, cuando bebe más de la cuenta, algo bastante habitual, vuelca sus ataques de ira en su novia, Josie, y los hijos adolescentes de esta, elcódigo de silencio de la policía siempre le ha protegido.
Pero, una noche, tras golpear a Josie hasta dejarla inconsciente en el suelo, su hijo Drew sabe que solo tiene una opción para salvar a su familia. Cogeuna pistola y decide tomarse la justicia por su mano.
En Clanton, no hay nada que suscite más odio que un asesino de policías… excepto, quizá, su abogado. Jake Brigance no quiere encargarse de este caso imposible, pero esel único con suficiente experiencia para defender al chico.
Y cuando comienza el juicio, parece que solo hay un resultado en el horizonte para Drew: la cámara de gas. Pero, como la ciudad de Clanton descubre una vez más, cuando Jake Brigance se hace cargo de un caso imposible… todo es posible.
Clanton, Mississippi, 1990. Stuart Kofer, ayudante del sheriff, se considera intocable. Aunque, cuando bebe más de la cuenta, algo bastante habitual, vuelca sus ataques de ira en su novia, Josie, y los hijos adolescentes de esta, el código de silencio de la policía siempre le ha protegido.
Pero, una noche, tras golpear a Josie hasta dejarla inconsciente en el suelo, su hijo Drew sabe que solo tiene una opción para salvar a su familia. Cogeuna pistola y decide tomarse la justicia por su mano.
En Clanton, no hay nada que suscite más odio que un asesino de policías… excepto, quizá, su abogado. Jake Brigance no quiere encargarse de este caso imposible, pero es el único con suficiente experiencia para defender al chico.
Y cuando comienza el juicio, parece que solo hay un resultado en el horizonte para Drew: la cámara de gas. Pero, como la ciudad de Clanton descubre una vez más, cuando Jake Brigance se hace cargo de un caso imposible… todo es posible.
Gail Baines is having a bad day. To start, she loses her job—or quits, depending on whom you ask. Tomorrow her daughter Debbie is getting married, and she hasn’t even been invited to the spa day organized by the mother of the groom. Then, Gail’s ex-husband Max arrives unannounced on her doorstep, carrying a cat, without a place to stay and without even a suit.
But the true crisis lands when Debbie shares with her parents a secret she has just learned about her husband-to-be. It will not only throw the wedding into question but also stir up Gail and Max’s past.
Told with deep sensitivity and a tart sense of humor, full of the joys and heartbreaks of love and marriage and family life, Three Days in June is a triumph, and gives us the perennially bestselling, Pulitzer Prize-winning writer at the height of her powers.
Lucy is the tourist vacationing at a beach house on Prince Edward Island. Felix is the local who shows her a very good time. The only problem: Lucy doesn’t know he’s her best friend’s younger brother. Lucy and Felix’s chemistry is unreal, but the list of reasons why they need to stay away from each other is long, and they vow to never repeat that electric night again.
It’s easier said than done.
Each year, Lucy escapes to PEI for a big breath of coastal air, fresh oysters and crisp vinho verde with her best friend, Bridget. Every visit begins with a long walk on the beach, beneath soaring red cliffs and a golden sun. And every visit, Lucy promises herself she won’t wind up in Felix’s bed. Again.