La figura de la primera poeta del mundo occidental está envuelta en un misterio que ha suscitado curiosidad, admiración y rechazo a lo largo de los siglos. Su poesía pertenece a un conjunto de artes que los griegos llamaban mousike ("el arte de las Musas") y fue creada para ser cantada, acompañada de música y a veces de danza. En sus poemas se ocupa principalmente del amor y la belleza, y su estilo, natural y elegante, resulta asombrosamente actual. Cada epoca ha creído descubrir "su verdad" sobre Safo, pero el hecho de que conservemos su obra solo en forma de fragmentos hace que no deje de ser todavía un enigma.
Lucy Hutton y Joshua Templeman se odian. No es que se caigan mal, que no se entiendan o que no tengan feeling, no… simple y llanamente se ODIAN. Sí, en MAYÚSCULAS.
Ambos comparten oficina en el gigante editorial Bexley & Gamin, y mientras Lucy es encantadora y servicial, viste de colores alegres y lleva los labios de un rojo chillón, Joshua es frío, eficiente y calculador, y viste una camisa concreta para cada día de la semana. Agua y aceite, vamos.
Cuando surge la gran oportunidad de promoción laboral para ambos, lo de Lucy y Joshua se convierte en una lucha sin cuartel. ¿Quién conseguirá el codiciado ascenso, convirtiéndose así en el jefe —y tortura segura— del otro?
Y mientras ellos afilan sus cuchillos, un pequeño incidente en el reducido espacio de un ascensor lo pondrá todo patas arriba...
¡EL APOCALIPSIS SERÁ TELEVISADO!
Llega la saga más adictiva y meteórica: de autoeditado a superventas con 1.000.000 de lectores.
¿Sabes qué es peor que romper con tu novia? Tener que cuidar de su gata de exhibición premiada. ¿Y qué es aún peor? Una invasión alienígena, la destrucción de las estructuras terrestres creadas por la humanidad y la explotación de los supervivientes mediante un programa de entretenimiento sádico e intergaláctico.
Carl, un veterano de la Guardia Costera, y la princesa Dónut, la gata de su exnovia, intentarán sobrevivir al fin del mundo, o pasar al siguiente nivel, en una mazmorra de fantasía llena de trampas y digna de un videojuego. Pero la mazmorra es en realidad el plató de un reality show televisivo con espectadores por toda la galaxia.
Goblins explosivos. Pociones mágicas. Llamas mortíferas que trafican con drogas. No es un programa cualquiera: lo importa no es sobrevivir, sino garantizar la audiencia.