En esta irresistible novela, dos matrimonios de la alta sociedad, uno estadounidense y otro británico, coinciden en un balneario alemán en el período de entreguerras. La relación de amistad, celos e infidelidades que forjan da paso a una crítica demoledora de la sociedad victoriana y un conmovedor retrato de la naturaleza humana.
Con su proverbial maestría, Ford hace un uso innovador de técnicas narrativas con las que consigue mantener la tensión dramática y el interés del lector desde la primera página y hace de esta novela una de las grandes obras literarias del siglo XX.
Diego no es un muchacho cualquiera, es el hijo del mayor héroe de la época. Su padre, Rodrigo Díaz de Vivar, se ha esforzado por convertirlo en el mejor de sus capitanes. Algo que el chico persigue sin tregua a pesar de que la devoción filial que antes le profesaba ha ido desvaneciéndose ante la mirada inquieta de su madre, Jimena. En estos últimos años, el rencor ha hecho del Cid un hombre cruel, capaz de condenar a quienes más le aman. Y Diego, siempre dispuesto a servirle como lo haría un buen vasallo, tendrá que enfrentarse con la verdad sobre su padre y señor.
El burlador de Sevilla significa la irrupción en la literatura de uno de sus grandes mitos, el de don Juan, el aristócrata amoral y cínico que seduce mujeres por el mero hecho de conquistarlas. De todas las versiones, la de Tirso es la más despiadada: ostenta que el mayor "gusto que en mí puede haber / es burlar a una mujer / y dejarla sin honor", con lo que a la ofensa une la crueldad, el desprecio de las leyes divinas y humanas e incluso el mofarse de la otra vida.
Compuesto entre 1170 y 1181, paralelamente a "El Caballero de la Carreta" -publicado también en esta colección-, "El Caballero del León" narra las aventuras de Yvain, hijo de Urien, incorporando así al personaje a la extensa galería de las obras en prosa y en verso que forman la "materia de Bretaña". El elemento maravilloso procedente de las leyendas celtas que configura alguna de las aventuras principales (como la Aventura de la Fuente) se entrelaza con motivos de la Antigüedad clásica (como el del león agradecido) en una serie de episodios concatenados con una destreza que convierte a Chrétien de Troyes (ca. 1135-1190) en uno de los precursores de la novela moderna. Introducción y traducción de Isabel de Riquer
Compuesto entre 1170 y 1181, paralelamente a "El Caballero de la Carreta" -publicado también en esta colección-, "El Caballero del León" narra las aventuras de Yvain, hijo de Urien, incorporando así al personaje a la extensa galería de las obras en prosa y en verso que forman la "materia de Bretaña". El elemento maravilloso procedente de las leyendas celtas que configura alguna de las aventuras principales (como la Aventura de la Fuente) se entrelaza con motivos de la Antigüedad clásica (como el del león agradecido) en una serie de episodios concatenados con una destreza que convierte a Chrétien de Troyes (ca. 1135-1190) en uno de los precursores de la novela moderna.
Esta es la historia de Jaime de Castellnou, un joven caballero templario del condado de Ampurias que entra a formar parte de la Orden del Temple poco antes de su disolución. Esta la historia del ocaso de una época de ideales caballerescos y cruzados, eliminados por la ciega ambición de papas y reyes. Esta es la historia de una aventura prodigiosa con el objetivo de salvaguardar la reliquia más sagrada de la cristiandad: el Santo Grial.
Con el rigor histórico que le caracteriza, José Luis Corral nos guía por una época convulsa y llena de misterios. Una obra imprescindible para entender uno de los mayores enigmas del Medievo. Una novela inolvidable.
El protagonista de esta brillante novela detectivesca, Vice (así apodado por su cargo de vicecomisario de policía), es un hombre peculiar: esceptico, carcomido por el cáncer pero fumador empedernido, tiene colgado en su despacho el grabado original de Durero El caballero, la muerte y el diablo. Vice investiga el asesinato de un poderoso abogado y político, un crimen aparentemente cometido por unos terroristas que se hacen llamar "los Hijos del 89", en alusión a la Revolución francesa. Y mientras el vicecomisario se adentra en los entresijos del caso, esta ágil y sarcástica ficción policiaca va convirtiendose –como ocurre en la mayoría de obras de Leonardo Sciascia– en una amarga y lúcida reflexión sobre la desconcertante verdad del mundo en que vivimos, un mundo del que "el diablo estaba tan cansado que prefería dejarlo todo en manos de los hombres, más eficaces que el".