¿Cuál era, en qué fuentes nacía la imagen -y la imaginación- europea del Oriente Lejano, antes de que los habitantes de nuestras metrópolis abrieran las páginas de este libro, pasando del interés al asombro y del asombro a la incredulidad? Frente a Europa, más allá de Europa, se extendían las inmensas tierras del naciente del Sol, los desconocidos, peligrosos y atractivos «reinos de los confines del mundo», de God y de Magog. Eran las tierras del Árbol Sexo y de la seda, de las especias y las maderas olorosas, de los brahmanes y los hechiceros, del Preste Juan y los siempre amenazantes invasores, de los dragones y los grifos... La presente edición de El libro de las maravillas del mundo de Marco Polo ofrece la versión íntegra de una obra que resulta fundamental para geógrafos e historiadores, para arqueólogos y antropólogos, y en definitiva -aún hoy- para curiosos y viajeros.
«Un día la hermosa mujer de un hombre que la quería muchísimo lo abandonó. Él empezó a buscarla. Allá donde fuera por la ciudad encontraba su rastro pero no a ella...» Así cuenta su caso Galip, un joven abogado que vive en Estambul y quiere reencontrarse con Rüya, su esposa y prima. Sospecha que ha huido con otro hombre, con alguien casi tan cercano como su propio hermanastro, Celál, un periodista excéntrico que también ha desaparecido. Cuando Galip da un paso audaz y asume la identidad de Celál, ignora el riesgo al que se expone. Porque hay juegos que desembocan en crímenes inesperados.
Encrucijada de todas las obsesiones e intuiciones de el autor y exponente de su singular talento para el relato, El Lobo estepario se inscribe dentro del empeño, patente a lo largo de toda su obra, por iluminar la zona oscura de la condición humana a fin de poner al descubierto su carga trágica y un incierto destino.