Tres relatos sobrecogedores, «Después del baile», «Tres muertes» y «¿Cuánta tierra necesita un hombre?», nos enfrentan a la realidad de la condición humana, a cómo encaramos nuestro fin. La destreza narrativa de Tolstói, la profundidad de sus observaciones y la precisión y finura con las que se acerca a sus personajes nos recuerdan por qué el gran novelista ruso es uno de los pensadores morales más fecundos y fascinantes de la literatura universal.
Los Diarios (I -18-10-1939 a 31-07-1949- y II -12-08-1956 a 16-06-1958) de José Lezama Lima, junto a Cartas a Eloísa y otra correspondencia, constituyen los fragmentos más íntimos de su escritura. En ambos se aprecian las dos grandes pasiones del habanero universal: la amistad y el insaciable apetito por la cultura, no para acumular sino como apropiación estimulante para sus muchas y laberínticas ideaciones.
Nada le es ajeno: lo inmediato ni lo lejano. Transcurren por las páginas de los Diarios las anotaciones y relumbrones que, más tarde, se transfigurarían en la encarnadura de su obra poética, ensayística y narrativa. Alerta, Lezama anota el aguijón, la semilla, el mimbre que su mano transforma.
María Zambrano supo ver en Lezama la “Araña que rodea a la tierra y teje desde dentro la tela que contiene y envuelve el caos […] araña que extraía de su propia sustancia el hilo inasible, la intangible memoria que reproduce en los aires el laberinto que hace permisible habitar el lugar justo del guardián de los ínferos mirándolos sin desafío con la necesaria fijeza.”
Con su reputación literaria plenamente asegurada gracias a Crimen y castigo y Los demonios, Fiódor M. Dostoievski volcó en el periodismo, entre 1873 y 1881, su prodigiosa capacidad de análisis psicológico y su extraordinario talento para la controversia. En esta selección del Diario hay dos temas obsesivos: el maltrato de los niños en la familia y las causas de los suicidios.