La inspectora Keira Ibáñez y el duque de Lerma se reencuentran tras la aparición del cuerpo sin vida de una alumna de la universidad, suceso que pone de nuevo en entredicho el prestigio del atractivo y poderoso aristócrata. Ambos tendrán que colaborar en la investigación, aunque eso signifique lidiar con la inevitable atracción que palpita entre ellos.
Keira está convencida de que Ástor corre peligro y de que el asesinato emula una de las jugadas más brutales en el ajedrez: el famoso sacrificio de la dama para arrinconar al rey. Comenzará así una arriesgada partida que podría hacerles perder la razón y el corazón.
Todo está en juego.
Los relatos aquí reunidos son lo que podríamos llamar «cuentos escogidos», y si algo tienen en común es que no son de este planeta. Literalmente. Pues están ambientados en desopilantemente absurdos rincones de la galaxia. Con un humor y una imaginación que no se detienen ante nada ni nadie, Laura Fernández reinventa nuestro mundo desde otros infinitos mundos poblados por famosos detectives mutantes, periodistas fantasma, dinosaurios oficinistas, autodirigibles que hablan más de la cuenta, limoneros que no son exactamente lo que parecen y habitantes de otros planetas que podrían habitar perfectamente éste.
Después de una carrera plagada de éxitos sobre los escenarios operísticos más importantes, me he visto sumergida en una complicada situación profesional que se ha agravado aún más por mi situación personal.
Mi marido ha desaparecido, no me responde a las llamadas y, por si eso no fuera ya bastante humillante, he descubierto que me ha dejado con serios problemas económicos. Así que no me ha quedado más remedio que actuar en una ópera rock, con argumento romántico y características muy alejadas de mi registro como mezzosoprano, a pesar de que mi prestigio haya quedado en entredicho.
Si ya dudaba si aceptar o no ese trabajo, tras conocer al coprotagonista me pregunto si seré capaz de soportarlo: un roquero sin filtro verbal y de cuestionable estilo al vestir, que me birla el maquillaje y que siempre está rodeado de fans dispuestas a todo por su ídolo.
Y cuando creo que ya no puedo hundirme más, recibo una inesperada noticia sobre mi marido que me impacta como un monumental bofetón emocional.
Pero como reza el dicho: no se vayan todavía, aún hay más...