Una novela disparatada e inquietante sobre la familia, México y el empeño de escabullirse de la realidad.
El protagonista de esta novela regresa a su pueblo en México después de largos años viviendo en el extranjero, donde ha formado una familia y lleva una vida apacible. Vuelve a la casa de sus padres para ayudar a sus hermanos a cuidar de ellos, ya mayores y con achaques. Se supone que será un paréntesis breve y luego retomará la rutina. Sin embargo, una noche queda con un amigo de la infancia y la realidad se transforma en una sucesión de sobresaltos, en la cuenta que el hijo pródigo tendrá que pagar por haberse marchado y no entender cómo ha cambiado México durante su ausencia.
El mundo de Tue gira en torno a la granja. Allí, al final de una larga y polvorienta carretera, vive con sus padres y sus hermanos. Tienen ocho perros, unas cuantas vacas y un montón de cadáveres de animales apilados en la parte trasera del patio.
Encima de la cama de Tue, una estrella fosforescente está pegada con chicle. Su padre, un tipo bastante colérico, lee el periódico en orden inverso, siempre empezando por las esquelas. Su madre se dedica a jugar a las cartas online y apenas habla, aunque tiene una voz hermosa.
El desayuno consiste en pan duro con mantequilla y azúcar. La familia está en bancarrota, pero, gracias a la cría de perros, la venta de dientes de oro o el robo de cables de cobre, de vez en cuando pueden permitirse una botella de vino D.O. California y eso les hace sentirse como de vacaciones. Pero Tue anhela más, y lo único que lo mantiene a flote es su creatividad y su ingenio.
Novela inaugural de uno de los mayores escritores de principios del siglo XX, y llave de acceso imprescindible a su obra, se perciben ya en El pavo real blanco no pocas constantes de la literatura de D. H. Lawrence: las relaciones asimétricas y fluctuantes entre hombres y mujeres; el anhelo intelectual por la vida instintiva; una mística de la naturaleza, las flores y los animales; la desigualdad social y la fealdad del mundo industrial con sus cambios. Comenzada cuando tenía veinte años y publicada en 1911, fue un texto escrito y reescrito que en un sentido vital absorbió la juventud de Lawrence.
Partiendo de las premisas del idilio rural de la novela decimonónica, su escritura ofrece algunos de los pasajes más bellos de toda su obra y alcanza momentos de profunda emoción en las interacciones de sus personajes exquisitamente delineados.
La novela narra la historia de David Kepesh, quien se convierte en un pecho de 155 libras. Durante la novela, Kepesh enfrenta una lucha interna: parte de él desea sucumbir a sus deseos carnales, mientras que otra parte desea ser un ser racional. Kepesh, un profesor de literatura, compara su desdicha con la de Gregor Samsa en La metamorfosis de Kafka y la de Kovaliov en La nariz de Gógol. Asimismo, describe sus sensaciones sexuales mientras los enfermeros lo cuidan y cómo su novia practica sexo oral en su pezón.
Partiendo de su experiencia personal y de la lectura de numerosos libros de psicología, neurociencia, literatura y memorias de grandes autores de distintas disciplinas creativas, Rosa Montero nos ofrece un estudio apasionante sobre los vínculos entre la creatividad y la inestabilidad mental. Y lo hace compartiendo con el lector numerosas curiosidades asombrosas sobre cómo funciona nuestro cerebro al crear, desmenuzando todos los aspectos que influyen en la creatividad, y montándolos ante los ojos del lector mientras escribe, como un detective dispuesto a resolver las piezas dispersas de una investigación.
Ensayo y ficción se dan la mano en esta exploración sobre los vínculos entre la creatividad y la locura, y así el lector asistirá en directo al mismo proceso de la creación, descubrirá la teoría de "la tormenta perfecta", esto es, que en el estallido creativo confluyen una serie de factores irrepetibles, químicos y situacionales, y compartirá la experiencia personal de cómo Rosa Montero vivió en directo, y durante años, muy cerca de la locura.
El peligro de estar cuerda habla de que "las hadas" nos dan un don, y nos hacen pagar un precio por él; los normales no pagamos ese duro precio, pero corremos el riesgo de morir de tedio, en lugar de morir de amor. «Como en todo, la clave está en el equilibrio entre el porcentaje de desapego y el de sentimiento, en lograr cierta armonía entre el yo que sufre y el yo que controla», dice la propia autora.
Todos los días deberían ser el día de la Madre. Celebremos con este entrañable pequeño libro a esa persona que siempre ha estado, siempre está y siempre estará con nosotros.
Como dice 72 Kilos:
«Este libro es para todas las madres del universo, que son el origen de todo».
¡El mejor regalo para la mejor persona del mundo!