UNA TRILOGÍA PARA LEER CON ORGULLO
Tras Un cóctel en Chueca, llega Dos copas en Sitges, un viaje emocionante a una de las capitales de la fiesta más gay en busca de risas, sexo y mucho orgullo.
Andrés se ha marchado del piso persiguiendo a un amor tóxico que él cree verdadero. Su novio quiere alejarle de sus amigos para siempre, pero ellos no lo van a permitir y están dispuestos a viajar hasta Sitges para rescatarle...
Mauro e Iker llevan un tiempo que no se aguantan, peleándose a todas horas. Está claro que son incompatibles y justo por eso son tan irresistibles el uno para el otro...
Gael sigue buscando la manera de quedarse en España, pero nunca pensó que en el camino podría darse de bruces, por primera vez, con el amor...
Blanca y Rocío acaban de conocerse y han empezado una relación «sin etiquetas» pero con mucha pasión y mucho sexo... ¿Quizá demasiado?
«Con mucha probabilidad, yo no me habría convertido en escritor si no hubiera leído a Franz Kafka, o si la obra de Franz Kafka no existiese. Si intento borrar la obra de Kafka de mi alma, me quedo sin vocación literaria. [...] Mi primera recomendación es leer, como primer plato, las tres narraciones largas de Kafka: "América", "El proceso" y "El castillo", por este orden. Y luego el diario, los cuentos, la carta al padre, los epistolarios, en fin, la obra completa. Kafka te manda amorosamente que te leas su obra completa. No te lo manda. Tú sientes esa necesidad, por una razón bien simple: cualquier frase de Kafka es un prodigio de la vida. Por eso acabas leyéndote no solo la obra completa sino todo cuanto se ha escrito sobre él».
«El entusiasmo y la capacidad de identificación que Jane despierta resultan tan profundos que la interpretación contemporánea ha colocado a la escritora en el centro de su familia, de su sociedad e incluso de su tiempo, y la contempla y debate sobre ella, sus gustos, sus amoríos, sus desgracias o sus características literarias conforme a la importancia de la que en la actualidad goza. Es agradable que el tiempo compense algunas de las crueldades con las que la Historia afligió a las autoras del siglo XIX, pero insistir en esa versión nos lleva a perdernos una de las miradas más interesantes, más inteligentes y peor comprendidas de la historia de la literatura».