Virreinato del Perú, 1623. En una noche negra como ninguna otra, el demonio se hizo carne en la Ciudad de los Reyes cuando, en el convento de Santa Clara, una novicia dio a luz a una horripilante bestia de dos cabezas, lengua bífida y ocho extremidades. El nacimiento del engendro coincide con la aparición en la capital de una mujer de nombre Rosa, quien, se dice, es capaz de hablar con Dios y con el Diablo. Bruja o santa, se ha convertido en objetivo del Santo Oficio, que no descansará hasta revelar las verdaderas intenciones de la joven, así como su posible relación con el parto demoniaco y los terribles hechos que se desencadenarán con él.
En una ciudad enlodada por el crimen y la corrupción, asolada por malos augurios y vientos de incertidumbre, Alonso Morales, un novato alguacil del Santo Oficio, dará testimonio de la llegada del Maligno en tanto descubre cuán difícil es distinguir los caminos que separan el bien del mal.
UNA MISIÓN: LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL.
CUANDO UNO SE ACERCA DEMASIADO AL FUEGO, TERMINA QUEMANDOSE…
PARA ESTUDIAR EL PASADO, HAY QUE VIVIRLO.
En la Inglaterra de 2060, unos estudiantes se preparan para sus nuevos proyectos. Michael Davies va a estudiar Pearl Harbor, Merope Ward observará a los niños evacuados de Londres y Polly Churchill investigará los bombardeos desde unos grandes almacenes. Su misión: observar, desde un lugar seguro, la vida cotidiana en ese gran momento histórico. Al menos, en teoría.
Esta es una gran oportunidad para ellos, excepto cuando la Historia misma comienza a descarrilar. Y los historiadores, a medida que el tiempo corre, atrapados en los eventos caóticos que conforman la historia, se ven obligados a participar en ellos.
Con cuatro años, Marta Rota perdió a su padre, y en cierto modo también a su madre, pues Margarita Jovani tuvo que ganarse la vida para mantener a su familia.
Procedente de una familia de sastres barceloneses, Margarita se había criado entre telas, hilos y patrones, y se le daba muy bien percibir la belleza que puede sacar a la luz o realzar la alta costura, un don heredado y potenciado por Marta.
Esta niña, con una intuición fuera de lo común para combinar colores y prendas, abandonó a edad temprana unos estudios que poco le ofrecían, porque ella solo tenía un deseo: vestir a las mujeres.