En el futuro inconcreto en el que está situada esta historia, Japón ya no existe de puertas afuera: una catástrofe de la que nada sabemos ha causado un colapso medioambiental que le ha obligado a cerrar sus fronteras al resto del mundo. El país entero está contaminado, la gran mayoría de las especies animales se han extinguido y la comida se ha convertido en un bien escaso. Las ciudades se han despoblado debido al riesgo de la polución y mucha gente se ha ido a vivir a las periferias, en lugares remotos y aislados. La vida ha ido mutando (aunque el Gobierno ya ha sustituido el término «mutación» por el de «adaptación al medio ambiente»): los hombres tienen la menopausia, todo el mundo cambia de género al menos una vez en la vida, la tecnología ha perdido su foco, el lenguaje ha degenerado y las palabras caen cada vez más rápido en desuso. Los niños que nacen lo hacen débiles y enfermizos, y son los abuelos, que por lo general superan con creces los cien años pero aún conservan un gran vigor, quienes tienen que ocuparse de ellos. Así, la novela resigue un día de la vida del joven Mumei, un adolescente encantador y lleno de esperanza que, en medio del sinsentido que lo rodea, aún ve el mundo con los ojos de quien lo mira por primera vez, y de su bisabuelo Yoshiro, un anciano que vive con la eterna incerteza de lo que el futuro le depara a su bisnieto.
Dante Maroni, heredero de la infame organización Tenebrae, sabe esconder la crueldad con encanto, la brutalidad con trajes a medida y el amor con silencio. Sin embargo, tras infiltrarse en el Sindicato, la perversa entidad tras los secuestros de menores a los que su mundo de enfrenta, descubre una información que lo pone todo en peligro.
Amara Rossi es la hija del ama de llaves de los Maroni, y lleva enamorada de Dante desde que era una niña. Pero cuando la secuestraron y torturaron a los quince años, lo perdió todo y quedó exiliada. Ahora, más de una década después, su vida se derrumba de nuevo y debe volver a unirse al juego oscuro de la mafia.
Y así, mientras los secretos salen a la luz y el amor se convierte en una fuerza imparable, Dante, el rey renuente, y Amara, la reina inevitable, inician una partida mortal que decidirá su destino.
Es verano en Alegría Este, un rincón de Nueva Inglaterra en el que el tiempo parece haberse detenido y los espíritus del pasado se pasean entre coches abandonados. Alegría se alza sobre una costra de tierra a lo largo del río Connecticut; sobre el río se alza un puente de carga que lleva el nombre del jefe wampanoag que lideró una rebelión para recuperar su territorio de manos de los puritanos; y sobre el puente se alza Hai, de diecinueve años, pasando una pierna sobre la barandilla tras haber decidido lanzarse desde treinta metros de altura. Y entonces, de repente, algo interrumpe lo que parecía inevitable: una voz al otro lado del río. Es Grazina, una anciana atrapada en los laberintos de la memoria, con recuerdos de una guerra lejana y de su Lituania natal.
En un microcosmos de pérdidas y sueños rotos, entre las calles polvorientas y los paisajes melancólicos de Alegría Este, ambos construirán un refugio efímero contra el desorden del mundo. En ese pasado laberíntico y difuminado de Grazina, Hai se convertirá en el sargento Pepper, personaje de una guerra imaginaria que les permitirá navegar juntos las turbulencias de la extrañeza. Unidos por una existencia vivida en los márgenes de lo social, se forjará entre esa dupla improbable un vínculo basado en la empatía y el reconocimiento; una relación tejida entre confusiones y momentos de lucidez que se convertirá en un viaje inesperado hacia una segunda oportunidad.