Una novela rica y compleja que se ha ganado bien merecidamente su prestigio
«Escribiré mi informe como si contara una historia, pues me enseñaron siendo niño que la verdad nace de la imaginación. El más cierto de los episodios puede perderse en el estilo del relato, o quizá dominarlo: como esas extrañas joyas orgánicas de nuestros océanos, que si las usa una determinada mujer brilla cada día más, y en otras en cambio se empañan y se deshacen en polvo.»
La luz es la mano izquierda de la oscuridad, y la oscuridad es la mano derecha de la luz. Las dos son una, vida y muerte, juntas como amantes en kémmer, como manos unidas, como el término y el camino.»
«Escribiré mi informe como si contara una historia, pues me enseñaron siendo niño que la verdad nace de la imaginación». Así comienza su relato Genly Ai, enviado al planeta Gueden —también llamado Invierno por su gélido clima— con el propósito de contactar con sus habitantes y proponerles unirse a la liga de planetas conocida como el Ecumen. Los guedenianos tienen una particularidad que los hace únicos: son hermafroditas, y adoptan uno u otro sexo exclusivamente en la época de celo, denominada kémmer.
La ciudad de Eden es conocida por la leyenda de E. Starling, una ermitaña autora famosa por escribir e ilustrar La Subterra... y esfumarse.
Todos en el pueblo evitan la tenebrosa mansión Starling y al solitario heredero, Arthur. Sin embargo, a pesar de que sabe que no debería relacionarse con hombres huraños ni casas encantadas, Opal no puede ignorar la oferta de empleo que le ofrecen. La mansión Starling no tarda en convertirse en algo que nunca ha tenido, un hogar.
Pero fuerzas siniestras acechan en sus muros, y Arthur y ella deben decidir si desenterrar el pasado y enfrentarse a él, o dejar que Eden sea devorado por las pesadillas. Y si Opal quiere tener un lugar al que pertenecer, primero deberá luchar por él.
Obra que se halla en los inicios de la novela de ciencia ficción, "La máquina del tiempo" (1895) sigue conservando el mismo poder de fascinación y vigor narrativo que le valieron el éxito inmediato en el momento de su publicación. Afortunada síntesis de los conocimientos científicos del autor, del maquinismo que hacía furor en la época y de la visión escéptica de Herbert George Wells (1866-1946) respecto al rumbo tomado por la sociedad que le tocó vivir, el relato (un clásico) describe un futuro inquietante en el que dos razas semibestiales, los eloi y los morlock, comparten en una peculiar simbiosis un planeta extraño y desolado sobre el que se han cernido catástrofes y transformaciones, pero en el que brilla aún, como tenue esperanza, un hálito de humanidad.
"Una historia que da voz a los que la perdieron y sentido a su emoción desde la literatura. Una novela muy especial."
Julio Llamazares
19 de abril de 1950. El agua ya ha alcanzado la piedra que sirve de testigo: en menos de diez días Hontanar desaparecerá para siempre inundado por el pantano. Todos están celebrando la inauguración del pueblo nuevo, solo quedan allí los hermanos Cristóbal. Pero un suceso terrible les obliga a emprender precipitadamente el viaje: Marcos descubre a su hermana Sara colgada de un machón de la cuadra. Envuelta en la colcha que bordó durante años para un ajuar que ya nunca será utilizado y oculta entre sacos de patatas, Sara recorre ese camino en el carro de su hermano. Despues de todo, siempre quiso irse del pueblo.
En pleno fragor de la batalla de Solferino, que en 1859 marcó para el Imperio austrohúngaro el comienzo de la pérdida de sus territorios italianos, el teniente Trotta salva inesperadamente la vida del emperador Francisco José. A partir de entonces el destino de la ennoblecida familia von Trotta -cuyos avatares narra esta novela- parece quedar irrevocablemente ligado al de la dinastía reinante y su declive, que correrá paralelo a lo largo de tres generaciones. Con una gran capacidad de evocación y una exquisita ironía no exenta de nostalgia, la novela nos transporta a un mundo en decadencia que se resiste a dejar de ser tanto como muchos se resisten a despedirse de él.