El último apaga la luz es una amplia y cuidada selección de la obra de quien, según Harold Bloom, «es incuestionablemente uno de los mejores poetas de Occidente». El libro abarca desde el inaugural Poemas y antipoemas -que se incluye íntegro- hasta los Discursos de sobremesa, pasando por Canciones rusas, Sermones y prédicas del Cristo de Elqui, Lear, rey & mendigo y Hojas de Parra -que por su centralidad en el proyecto antipoético también se incluye entero-, más algunos poemas dispersos como «Quédate con tu Borges» o el rap de «La Sagrada Familia». Seleccionados por Matías Rivas, los poemas que conforman esta obra selecta están pensados como el legado esencial de Nicanor Parra, una gran puerta de entrada para quienes no conozcan cabalmente la antipoesía y, a la vez, la mejor síntesis para quienes ya la admiran, la estudian o, simplemente, la leen con renovada pasión.
Han pasado varios años desde que terminó la guerra de los Balcanes. Oleg y Nikola, un par de buscavidas al servicio del nuevo capitalismo, han llegado a N., una ciudad en la frontera con Bosnia y Herzegovina que parece haber sido olvidada por el mundo, para reabrir la antigua fábrica de turbinas. Con la ayuda de un antiguo ingeniero, Sobotka, intentarán ganarse el aprecio de la población local predicando el evangelio socialista yugoslavo de la «autogestión». Pero sus verdaderos objetivos se revelarán mucho más oscuros. Mientras cunde la desesperanza, Oleg y Nikola se mostrarán cada vez más incapaces de controlar a los trabajadores que, con la llegada de la «nueva prosperidad», sienten como se reviven viejas rencillas.
Fuera de la isla no hay nada: una niebla que mata todo lo que toca destruyó por completo el mundo. En la isla, sin embargo, ciento veintidós aldeanos y los tres científicos que los gobiernan viven en un paraíso idílico gracias al sistema de seguridad que los protege de la niebla.
En la isla, los días son plácidos y los isleños viven felices pescando y cultivando la tierra hasta que, para horror de todos, descubren que uno de sus tres amados científicos ha sido brutalmente asesinado. Y eso no es todo: el asesinato ha desencadenado una cuenta atrás que hará que, si el crimen no se resuelve en las próximas 107 horas, el sistema que los protege se desactive y la niebla inunde la isla y acabe con todos los que están en ella.