Tras el descubrimiento de un barco fantasma, cuya tripulación al parecer murió intentando llegar a la isla de Akinah, rodeada por tormentas, Navani Kholin deberá enviar una expedición para asegurarse de que la isla no haya caído en manos enemigas. Los Caballeros Radiantes que vuelan demasiado cerca de Akinah se encuentran de pronto con su luz tormentosa drenada, por lo que la travesía debe realizarse por mar.
La naviera Rysn Ftori perdió el uso de las piernas, pero ganó la compañía de Chiri-Chiri, una larkin alada que se alimenta de luz tormentosa y pertenece a una especie que se creía extinta. La mascota de Rysn ha enfermado y la única esperanza de que Chiri-Chiri se recupere podría encontrarse en el hogar ancestral de los larkin, Akinah. Con la ayuda de Lopen, el Corredor del Viento que antes era manco, Rysn tendrá que aceptar el encargo de Navani y navegar hacia el interior de la peligrosa tormenta, de la que nadie ha vuelto con vida. Si su tripulación no logra desvelar los secretos de la isla oculta antes de que caiga sobre ellos la ira de sus antiguos guardianes, el destino de Roshar y de todo el Cosmere penderá de un hilo.
Explica la poeta Julieta Valero en el epílogo de Esta ira que las mujeres estamos «desentrenadas para mostrar la ira». «Entonces» se pregunta «¿cómo decir, cómo articular una ira que no responde estrictamente a los hombres, sino a la vida misma, a su designio duro? ¿Y cómo ser capaz de hacer de su objeto precisamente a las hermanas, a las mujeres?»
A esta dificilísima prueba del lenguaje se enfrenta María García Zambrano en su nuevo poemario. Una obra potente que reclama el derecho a expresar la ira y el dolor censurado de las maternidades no hegemónicas.
Como antídoto a la ira, Zambrano recurre al principio budista de que todo está en continuo cambio, que atraviesa la obra como un bálsamo y alcanza su máximo poder sanador en la cuarta y última parte: un canto esperanzador a la belleza que podemos encontrar incluso en los lugares más dolorosos.
Esta vez cumplirán su promesa. Esta vez no caerán en la tentación. Esta vez será diferente.
De vacaciones en la isla del Príncipe Eduardo, Lucy conoce a Felix, un lugareño con el que lo pasa genial. Sin embargo, lo que no sabe es que se trata del hermano de su mejor amiga, Bridget. La química entre ellos es tan innegable como los motivos que tienen para mantenerse alejados el uno del otro, de modo que prometen que no volverán a repetir aquella noche eléctrica que vivieron.
Así que, cada año, Lucy va a la isla y se promete a sí misma que no acabará en la cama de Felix (... otra vez). Lo bueno es que, aunque no puede resistirse a él, de momento ha logrado mantener su corazón al margen.
Cuando Bridget huye de Toronto a una semana de su boda, Lucy la sigue para ayudarla a superar la crisis. Pero, en el proceso, también deberá resistirse al único hombre que encuentra irresistible..., y puede que su corazón no esté tan a salvo de Felix como ella creía.