Un estudiante llega a una universidad de Colorado, en los Estados Unidos, en busca del sueño americano en su versión académica. La promesa del campus como un santuario en cuyas fronteras se han resuelto los problemas de Occidente -origen, raza, clase- sucumbe ante la realidad nocturna: los alumnos deambulan por los extramuros de la ciudad, a la caza de todo aquello que el día les niega: luz, compañía, ternura, certezas.
La mirada del protagonista explora las historias que se enhebran durante una noche interminable: la obsesión por Sudamérica como destino romántico, sexual y político; los amores paralelos y tóxicos; la necesidad de borrar las señas de identidad para crear otras nuevas; la literatura como resguardo; el futuro en la forma de una oscuridad apenas iluminada por algunas estrellas lejanas y ajenas.
Aurora Bernárdez, amorosa albacea literaria de Julio Cortázar, reunió veintiún relatos del escritor para conformar una colección única de la fauna que habita el universo cortazariano. Allí, como es sabido, conviven animales que conocemos con otros que solamente existen a través de las hermosas, divertidas y delicadas palabras del gran cronopio.
Anna Karenina es, junto con la monumental Guerra y paz, una de las obras clave Lev Tolstoi, en la que vemos todas las señas de identidad del gran realismo ruso: fina crítica social y multitud de personajes con una profundidad psicológica asombrosa. Las desventuras de Anna Karenina y su afán por integrarse en una sociedad hipócrita que la margina por adúltera, pero perdona los desmanes de su amante, nos hacen reflexionar sobre la invisibilización de la mujer a la par que nos ofrecen un fresco monumental de la Rusia decimonónica y todas sus contradicciones.