Kate Bowler believes that the cultural pressure to be cheerful and optimistic at all times has taken a toll on our faith. But what if we could find better language than forced positivity to express our hopes and our anxieties?
Have a Beautiful, Terrible Day! is packed with bite-size reflections and action-oriented steps to help you get through the day, be it good, bad, or totally mediocre. This is a devotional for the rest of us—which is to say, the people who don’t have magical lives that always work out for the best. As she composed these meditations during a season of chronic pain, Bowler understands how every day can be an obstacle course. She encourages us to develop our capacity to feel the breadth of our experiences. The better we are at identifying our highs and lows, the more resilient we become.
Like modern-day psalms, Bowler’s spiritual reflections look for the ways we can expand our capacity for courage, love, and honesty—while discovering divine moments with God. With bonus sections to use during the seasons of Advent and Lent, this is an easy book to read along with other people too.
If you want to build your daily habit of spiritual attentiveness, this book is here to say: May all your days be lovely. But for those that aren’t, have a beautiful, terrible day!
«Esta es la historia de una mujer sensata que, cuando se dio cuenta de que todo lo que le habían contado era mentira, fue al juzgado, denunció los hechos y lo puso todo patas arriba».
Hace casi veinticinco años, Nevenka Fernández, concejal de Hacienda de Ponferrada, dimitió y acusó al alcalde, Ismael Álvarez, de acoso sexual. Sin embargo, el valor para contar públicamente lo que estaba sufriendo en silencio no tuvo un efecto lógico: la justicia falló a su favor y el acusado se vio obligado a renunciar su cargo, sí, pero ella fue sometida a un juicio público y mediático paralelo que acabó forzándola a abandonar el país.
A partir de entrevistas con la protagonista y del seguimiento del proceso judicial, Juan José Millás narra en Hay algo que no es como me dicen la crónica de este caso real —hoy todavía vigente— de lucha contra el machismo, e investiga los mecanismos por los que alguien se convierte en víctima y sin embargo logra hacerse con los recursos internos para salir de esa situación.
A pesar de que solo vivió cuarenta y seis años, César Vallejo construyó una obra mayúscula y aportó una voz inconfundible a la lírica hispanoamericana del siglo XX. Su influencia solo es comparable a las de Huidobro, Borges, Neruda, Paz o Lezama Lima, y su revolución poética resulta asombrosa si tenemos en cuenta que en poco más de dos décadas se desembaraza de las ligaduras modernistas, da una versión personalísima de la vanguardia de entreguerras y, finalmente, ensancha su voz lírica a partir de un humanismo radical, crítico y de mirada compasiva. La poesía de Vallejo ha ejercido una profunda influencia en sucesivas generaciones a un lado y otro del Atlántico.