Novela que temáticamente explora el mundo de la violencia física y psicológica entre las parejas, así como el lastre de traumas pasados en los personajes involucrados. Ello con la herramienta de una prosa intimista que nos lleva de la mano a través de cada uno de los pensamientos e impulsos emocionales de los mismos.
Los testimonios del autor, producto de sus reminiscencias por lo vivido, o por entrevistas y documentos, ubican la historia de la fundación de Pedernales alrededor de 1909, cuando un grupo de colonos -procedente la mayoría de Duvergé- inició su camino hacia la entonces denominada Sabana de Sansón. Desde su llegada levantaron casitas de tejamaní y comenzaron sus cultivos, porque eran agricultores los hombres. Las mujeres, además de oficios del hogar y crianza de hijos, fueron improvisando sobre la marcha pequeños negocios, como dulces, lavado de ropas, lecherías, etc.
En 1943 aparecieron en la zona de Duvergé exploradores de petróleo, pero por asuntos políticos se impidió que continuaran con ese ; proyecto. Pocos meses después, Alcoa Exploration Company inició i otra meta: la exploración de bauxita. Esas inversiones produjeron en Pedernales empleos y desarrollo económico sin igual.
Personajes muy importantes en la obra, aparte de los colonos o los ; gerentes de la empresa minera, son los padres del autor: Vencedor Bello y Felicia Mancebo. El libro denuncia el trato dado a Vencedor Bello por Alcoa Exploration Co. después de más de 30 años de labor valiosísima en esa empresa. Trato vejatorio, sin liquidación violando las leyes de Trabajo, e incautación de bienes muy valiosos, dejando a la viuda e hijos en el desamparo y la obligación de emigrar.
El libro abarca desde 1909 hasta 1985, cuando la empresa minera salió del área. También el período de tres presidentes en República Dominicana: Rafael Leónidas Trujillo Molina, Joaquín Balaguer Ricardo y Salvador Jorge Blanco.
Esta quinta novela de Edwin Disla es una de las obras mejor estructurada e intensa de la literatura dominicana. Desnuda totalmente a la sociedad contemporánea quisqueyana, donde existen unos señores de doble moral que campean por sus respetos.
Quienes son estos señores que a veces aparecen en la prensa como delicados y pulcros empresarios que por estar por encima de la ley y de las buenas costumbres merecen ser llamados dioses de cuellos blancos? A este descubrimiento fascinante es al que el autor invita a los lectores, quienes encontraran también en personajes sinuosos como Caifas, La Calavera, el Baca, Latica y la Gata, a los peones del sucio ajedrez del bajo mundo de las drogas y el sexo. Ajedrez, en el que ademas juega el contacto, alto oficial siempre en la sombra, y funcionarios civiles y militares entremezclado con Abraham y Carlos, entre otras figuras de la burguesía dedicadas al lavado de activos.
En todas las publicaciones de Ángela Hernández se puede apreciar un extraordinario dominio de las técnicas narrativas del cuento así como el señalamiento de nuevos senderos para la narración breve, particularmente en lo que respecta a su exquisita creatividad en los niveles metaf´óricos del cuento y el sofisticado trabajo de la imagen, entendida ésta como una especie de red textual. La fluidez lírica completamente conectada a signos metafísicos articula la composición narrativa de sus cuentos. Fernando Burgos
Estas letras de Naiboa son un paso más a un largo camino. Un camino que se inició como encuentros de amigos y amigas para compartir la palabra en debates filosóficos, teológicos y sociales en espacios domingueros en diferentes lugares de la ciudad de Santo Domingo. Esta palabra luego se convirtió en versos, en inspiraciones de diversos compañeros y compañeras que escriben y describen la vida-poesía y la vida-prosa. Pero la vida transcurría y los compañeros de tertulia debían asumir rumbos diferentes en este transcurrir, lo que motivó la creación de un espacio en el que pudiéramos tener la oportunidad de seguir deleitándonos con sus creaciones narrativas y poéticas. Y así nació Naiboa Literaria, como la esperanza última de suprimir distancias... Esta antología es la invitación abierta a acompañarnos a esos espacios domingueros. A escuchar las distintas voces, los distintos estilos. A acortar distancias entre ustedes y nosotros, gracias a la palabra.
El oráculo ardiendo, título de una hermosura vital o de una reconditez existencial, bien pudo llamarse "elegía de mí mismo". El poeta atrapa los elementos, convoca los ciclos humanos y los fusiona en el entorno próximo, invoca los aquelarres del ser más íntimo, recupera en la otredad la noción poética de la materia cantarina, de su inventario inútil y lo hace descender a los infiernos de Rimbaud. El oráculo arde porque la narrativa del hombre es universal. Arde porque sus emanaciones revisten la catarsis del poema. Es la palabra con vida propia la que expropia los roles y las poses secuenciales de sus múltiples personajes, que como en un tiovivo rotan la edad de la infancia, en universo violáceo del tiempo perdido, que en su poética es sumatoria declinante, imposible de enhebrar en la primavera del amor. Tony Raful, Premio Nacional de Literatura 2014 de República Dominicana