Más que una idea de clase social o política propiamente dicha, el poeta nos lleva a un viaje por las islas de la región caribeña donde descubre las huellas de sus habitantes.
En efecto, La vida no tiene nombre es el relato
psicológico, el drama épico de un hombre marcado
por un complejo de anti Edipo, y a quien
su pasado no lo deja vivir en paz. Su destino será
pues un eterno desasosiego. Vivió atenazado por
el rencor y el odio. Fue guerrillero durante tres
años, fugitivo y testigo de múltiples fusilamientos.
Fue herido seis veces en su travesía por toda
la geografía dominicana. Es capturado al regresar
a casa de su padre en busca de su herencia, y es
fusilado por el ejército de ocupación.
El humor de Nosotros los suicidas aligera lo trágico de quitarse la
vida al plantear que los asesinados por una dictadura se consideren suicidas
como logra establecer la lógica del relato.
Vamos por partes, si hay una obra contemporánea
dominicana que hace tiempo merece ser recogida y
presentada es la narrativa de Franz García.
Me piden que describa esta antología, así que le llamaré
discreta y estruendosa. Difícil conseguir que ambas cosas
convivan, y sin embargo en la literatura de Franz
encontramos exactamente eso: una geometría que
sostiene y atraviesa —con el pulso de los que saben—
todos sus relatos, que nos lleva con precisión hasta el
párrafo, hasta el personaje, hasta la línea en la que espera
el sentimiento que finalmente nos desencaja y nos deja
preguntando ¿por qué no había leído a este tipo antes?
Sumar los reconocimientos y premios que han
acumulado estos cuentos —que han sido muchos— sería
redundar, y no tenemos tiempo para redundancias. Le
propongo que abra la primera página y me permita
presentarle a uno de nuestros narradores más originales,
un conocido que merece ser reconocido, y una obra que
seguramente le será difícil de olvidar.
El título Seis ensayos en busca de nuestra desmitificación sostiene relaciones paródicas con los de otros dos libros bastante famosos: uno de Pedro Henríquez Ureña (Seis ensayos en busca de nuestra expresión) y otro de José Carlos Mariátegui (Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana). Puesto que a todas luces se trata de una decisión deliberada, cabe decir que la misma propicia el funcionamiento de ese designador como un guiño por medio del cual el autor resalta su intención de asignarle una determinada unidad de sentido a su selección.
Los algarrobos tambi n sue an, la novela magistral de Virgilio D az Grull n nos cuenta la odisea de la invasi n del 14 de junio de 1959 en las monta as de Constanza. Es una novela pica sobre un momento estelar de la historia dominicana. El autor, un estilista del idioma, nos presenta esta realidad en forma novelada de una manera ejemplar.La cr tica literaria especializada recibi esta novela con benepl cito y un jurado la declar como la mejor novela dominicana del 1977.
Ausencias es la historia de los efectos de la opresión y el miedo en tres generaciones de una familia que lo único que aspiraba era a vivir tranquilos. Desde la casi olvidada gesta patriótica de La Barranquita en 1916, pasando por acontecimientos como "El Corte" de 1937, las expediciones de Luperón en 1948 y Maimón, Constanza y Hestero Hondo en 1959, la familia Frías Rodríguez lo vivió todo y lo sufrió todo. Un país sometido al silencia desde el golpe de estado de 1930 hasta el tiranicidio del 31 de mayo de 1961. Una familia que quiso escapar hacia adentro y luego hacia afuera y nunca lo consiguió.
Pocos países estaban preparados para un choque sanitario que aceleró transformaciones de largo plazo como la robotización de las manufacturas, la automatización de los servicios y la deslocalización de las cadenas de suministro. En estos escritos la diplomacia se conjuga en la tensión entre eficiencia y resiliencia; la supervivencia a corto plazo y la aceleración de transformaciones de largo plazo; la continuidad de la gobernabilidad en momentos de cambio político; la dignidad de la política exterior frente a la crisis de la globalización y los requerimientos de mayor conectividad en momentos en que la competitividad y la competencia se encuentran amenazadas. Quizás desde la gran depresión no se vivieran momentos como los actuales en los que—sin importar los niveles de desarrollo o la localización geográfica de los países—todos confrontan los mismos desafíos, ofreciendo la posibilidad de respuestas comunes que les permitan superar las rivalidades norte-sur, para lo cual cuentan con un punto de partida cada vez más relevante: los ODS de la Agenda 2030 adoptada por consenso en la Asamblea General de la ONU en el 2015, en la cual la resiliencia es uno de sus principios rectores.