"Hacia donde voy en la vida destila sabiduría. Y tiene de especial que no sólo la ilustra sino que enseña a adquirirla y vivirla. No sólo la ensalza sino que propone fórmulas puntuales y eficaces
de conseguirla. No sólo la hace admirar y desear sino que la propone como fácil de obtener."
Constituye una propuesta creativa en aras de unificar a los ciudadanos productivos, laboriosos y a la juventud progresista que luchan en contra de la degradación, del populismo y del clientelismo con el que pretenden idiotizarnos a los dominicanos desde los estamentos del poder y de los "Organismos Superiore" de los partidos políticos tradicionales. Es un toque de consciencia para despertar a nuevas ideas creativas que nos ayuden a ser más eficaces en la lucha en defensa de una sociedad democrática, pluralista y productiva...
Con sus experiencias este dúo de intelectuales nos presenta en este magnífico texto de manera muy atinada “un método autodidacta”, el cual sabemos influirá de un modo extraordinario desde que el lector se adentre en sus primeras páginas; porque han sabido conocer la virtud de la política como ciencia y a su vez han visualizado que algunos le han dado otro matiz muy distinto a su esencia.
Su enfoque ha sido estratégico, ya que hacen una mezcla entre lo jurídico, la doctrina y lo partidario, “lo cual le pone la tapa al pomo”, utilizando estrategias y técnicas modernas que permiten que este instrumento pueda ser usado por cualquier escuela po- lítica, universidad, o institución partidaria; ya que no es excluyente, y transmite un sentimiento forjado en valores, como el compromiso social, la vocación de servicio, la buena voluntad, el optimismo y con un interés marcado en beneficio del desarrollo humano, social y sostenible de la familia política.
Haití, el eterno conflicto, es un libro que nos da un enfoque nuevo sobre la dinámica de las relaciones dominico-haitianas. Según su autor, los dominicanos deben prepararse para ser testigos del advenimiento de una nueva era en las relaciones de Haití y República Dominicana, y el crepúsculo de los tiempos en los cuales ambas naciones desarrollaban su vida, cada una al margen de la otra.
Tras finalizar la Guerra Fría, la caída del Muro de Berlín en 1989, y la desaparición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1991, el mundo es otro. El modelo para la geopolítica mundial ha cambiado. Las grandes potencias capitalistas ya no combaten el fantasma del comunismo, sino que ahora pretenden afianzar en todas partes la democracia liberal, el sistema de libre mercado y regímenes de derecho. Ese nuevo orden comenzó a repercutir en todo el planeta, especialmente, en las llamadas naciones del Tercer Mundo. La reposición de Aristide como presidente de Haití en ltJ94 fue uno de sus mensajes más elocuentes.
Fortuna ha logrado una exposición coherente y profunda sobre el tema demostrando con argumentos causales por qué República Dominicana y Haití transitan hacia el camino que podría conducirlas a la negociación de una Confederación dominico-haitiana, que con el paso del tiempo podría evolucionar hasta una sucesión o fusión de Estado.
¿Es posible que Haití y República Dominicana se involucren en la creación de una Confederación dominico-haitiana? ¿Esa Confederación podría evolucionar hacía una sucesión o fusión de Estado? ¿Estarían detrás de tales eventos Estados Unidos, Francia y ("añada? ¿Qué tuvo cíe realidad y qué de ficción la denuncia que en tal sentido hiciera el extinto presidente Joaquín Balaguer en 1994? ¿Qué tiene que ver la migración haitiana en todo esto? ¿Cuál es la orientación de las relaciones dominico-haitianas? Cassandro Fortuna, con notable lucidez, busca dar respuesta a esas y otras interrogantes, apoyándose en la historia de ambos pueblos, en el derecho internacional público y en la visión del porvenir obtenida a través de la metodología de los estudios del futuro.
En esos primeros pasos del día, la sentencia de la neurocirujana aparecía siempre como un borrón negro en su cabeza: «Poco a poco, perderás toda la movilidad en el cuerpo».
Joanca recordaba su pasado encerrado en su habitación: su infancia, sus amigos, República Dominicana y su maldita enfermedad que trataba de recortar su existencia.
Huía de su destino como podía, caminado por las calles, intentaba despistarlo. Sabía que no podía parar, si paraba el tiempo lo atraparía y lo dejaría sentado para siempre. Y así nació la idea de subir la montaña, a pesar de su condición, a pesar de todo. Sabía que era verdad, que no podía claudicar sin pelear, rendirse sin más.
Su amigo Joan Vila se encargó de regar su reto con disciplina y estímulo, convirtiéndose en su motivador personal, tirando al carajo todas las predicciones médicas.
En ocasiones, hay amistades inquebrantables como el acero, que no se dejan amedrentar por nada.