Un amor por el lenguaje, así, que se enrosca como una delicada espiral, y asciende solo para caer y besar con fervor su punto de partida, es del tipo de amor que profesa el autor de este libro por su idioma natal; uno que alcanza la hombradía de hacer potables en el español nuestro, giros y formas clásicas que se abrazan, sonrientes, con términos nacidos de lo castizo y de lo popular, de las redes sociales y el universo digital: minimalistas, hilarantes, magníficos…
Esta obra está cercanamente emparentada con otras dos publicaciones del autor: La Otra Historia Dominicana y Otras Miradas a la Historia Dominicana, con las cuales forma una trilogía necesaria para entender tanto el desenvolvimiento social del país como su evolución espacial.
Grecia es una de las cinco penínsulas Balcánicas ubicadas en el continente europeo. Su extención es de 131,957 Kms. La antigua Grecia, es decir, la que sirvió de escenario en la época más bella de la humanidad, estaba dividida en pequeños estados poblados por gentes de una misma raza pero de mentalidad diversa: los jónicos, los dorios y los eólios.
La autora hace un recorrido por la historia poco conocida de Cristóbal Colón y el descubrimiento de América en 1492, vinculándolo con diferentes situaciones que van desde la posibilidad de que el almirante haya sido templario hasta conocer de antemanto, por otras fuentes o por viajes anteriores, el destino que perseguía. Presenta también una serie de coincidencias entre las costas de una región llamada Adra, en España y la costa norte de la isla de Santo Domingo, el origen del nombre de los cayos Los Siete Hermanos, el porqué del nombre de la provincia Montecristi y otros datos de tipo religioso.
No era una tarde fria, pero ella parecia sufrir los efectos de un invierno devastador. Temblaba de pies a cabeza. Uno de los lados de su vestido estaba rasgado, el lazo suelto y su cabello semejaba un nido de pajaros deshecho por la furia del viento. Lo extraño era que, aun con todas esas señales, la atención no se centrara en ella, sino en el hombre derribado que no se atrevia a defenderse ante el atroz sometimiento, y el otro beato que yacía en el suelo.