Un libro para comprender los conceptos fundamentales de la realidad económica.
No cabe duda de que vivimos en un mundo regido por los fenómenos económicos: el paro, la inflación, la política fiscal, el precio del dinero, los mercados, los tipos de interés, la política monetaria, el papel del Estado, la distribución mundial de la renta o la naturaleza de las leyes del mercado. Esos fenómenos afectan y condicionan nuestras vidas todos los días del año. Y, sin embargo, no conocemos bien los mecanismos de la economía, que nos parecen cosa de sesudos especialistas.
Pero, ¿por qué nos asusta la ciencia económica? ¡Si es muy fácil! Se trata de aplicar el sentido común y huir de los tópicos. Muchos de los términos de la economía, en apariencia técnicos, que manejan economistas y políticos, no se dirigen tanto a nuestro entendimiento como a nuestras emociones.
Alfredo Pastor consigue con este libro que, casi sin darnos cuenta, dominemos para siempre los principios básicos de una materia que todos construimos sin cesar: esa ciencia (en realidad humilde) que está o debería estar al servicio del ciudadano, y no al revés.
Desde los comienzos de la ciencia, la palabra «demonio» empezó a usarse para designar algo que rompía con nuestra comprensión de la naturaleza. A estos enigmas se les distinguió con el apellido del científico que se topó con ellos y que emprendió un viaje hacia lo desconocido, intentando comprenderlos mejor. El llamado demonio de Descartes —una criatura con el poder de alterar nuestra realidad sensorial— inauguró una tradición que siguieron Laplace, Maxwell, Einstein, Feynman, etc., y que continúa hasta hoy. Estos seres viven al margen del bien y el mal, sorprendiendo a sus víctimas con hazañas inesperadas. Las tecnologías que se han desarrollado durante su búsqueda cobran características que sobrepasan la previsión de los mismos investigadores. En referencia a ellos hemos podido probar los límites de lo posible y transformar lo inexistente en lo real.
En La crítica agotada, José Manuel Naredo no solo muestra la opacidad y lo vacío de estos "no-conceptos" y de dónde surgen, sino que además despliega toda la potencia del genuino pensamiento crítico cuando trasciende esos "puntos ciegos". Solo con ese cambio de perspectiva, solo pensando fuera de los márgenes delimitados por el sentido común dictado por la ideología económica dominante, podremos construir un nuevo paradigma civilizatorio que emancipe a seres humanos y devuelva la dignidad a la naturaleza.
Una defensa a la cultura de la libertad desde los conocimientos científicos hasta las tradiciones, usando como base el juicio crítico, las artes, los valores, las costumbres y los modos de vida. Desde este nuevo enfoque, Carlos Rodríguez Braun realiza un análisis sobre el liberalismo que va más allá de lo meramente económico, y nos ofrece una visión 360º de cómo influye en aspectos cotidianos como la Iglesia, el periodismo, la tauromaquia y la política, la desigualdad y la literatura. A través de estas páginas, nos transmite que la esencia de la cultura de la libertad es que «la libertad no ha de ser propiciada y defendida por sus benéficos efectos económicos, aunque los tenga». La libertad es buena de por sí, es buena por sí misma, independientemente de sus consecuencias. Porque la libertad no es un medio. La libertad es un fin. «Al afirmarse como soberano en el siglo XVI, la potencia expansiva del Estado alteró la trayectoria liberal de la historia de Europa y, en consecuencia, la de sus proyecciones extraeuropeas, determinada, como explica magistralmente Carlos Rodríguez Braun, por los Diez Mandamientos.
"La decadencia económica de los imperios" es uno de los grandes temas que se han planteado los historiadores: ¿cuáles son las causas de que incluso los imperios más poderosos y brillantes se hundan, reproduciendo el ciclo inevitable de crecimiento, decadencia y muerte de los seres vivos? Este libro demuestra que la razón está lejos de ser única y que cada caso ha de ser analizado en su contexto histórico concreto, pero que existen algunos factores comunes, como pueden ser el crecimiento desmedido del gasto, las tensiones inflacionistas o la resistencia a la innovación. Introducidos por un capítulo teórico de Carlo M. Cipolla (que se ocupa también de la decadencia económica de Italia), se presentan análisis de grandes especialistas que tratan los casos de España (Pierre Vilar y John H. Elliott), Roma (Aurelio Bernardi y M. I. Finley), Bizancio (Charles Diehl), el Imperio Otomano (Bernard Lewis) y Holanda (C. R. Boxer).
La vida de la empresa se va desarrollando a través de procesos de toma de decisión en los que la argumentación de carácter económico tiene una presencia prevalente, cuando no exclusiva. Sin embargo, para poder construir procesos de deliberación que atiendan adecuadamente a la responsabilidad ciudadana que la empresa debe asumir en estos tiempos, el pensamiento estrictamente económico resulta limitado, basado en estrategias argumentativas que, o bien niegan la moral apelando al mecanicismo del mercado (donde desaparecen los sujetos morales), o bien reivindican el valor moral superior de la libertad y de la propiedad privada. En esta obra se profundiza en la deliberación ética de la empresa recurriendo a las herramientas propias que la ética ofrece, abriendo de esta manera el terreno del análisis crítico, la reflexión valorativa y la decisión práctica a otros horizontes más allá de los estrictamente económicos. Y lo hace no solamente con el objetivo de ofrecer pistas para una correcta deliberación, sino haciendo de esta, además, una herramienta valiosa para elevar los estándares éticos de la organización.