El libro que te prepara para el cambio de era.
Si quieres conocer el mercado laboral que se avecina, léete este libro.
Si quieres sobrevivir y prosperar en la nueva era, ponlo en práctica.
El mundo para el que fuimos educados está dejando de existir. Las reglas del juego económico han cambiado. Somos una generación de transición entre dos eras: la industrial/analógica y la del conocimiento/digital. De ahí que no nos quede más remedio que reinventarnos, cuestionando las viejas creencias y consignas con las que fuimos condicionados. En caso de no hacerlo, pronto quedaremos obsoletos y nos quedaremos fuera del mercado.
Lo más difícil consiste en vencer el miedo al cambio. Irónicamente, evitar el riesgo y permanecer en nuestra zona de comodidad es lo más arriesgado que podemos hacer. Ha llegado la hora de saltar al vacío y emprender la travesía por el desierto, descubriendo de qué manera podemos desarrollar una profesión útil, creativa y con sentido que aporte mucho valor añadido. Solo así lograremos gozar de ingresos económicos abundantes y recurrentes en esta nueva era.
Que la venta te acompañe te dará una estrategia brillante sin una ejecución efectiva es como un mapa sin alguien que lo siga. Imagina una tienda con una estrategia diseñada para aumentar las ventas y mejorar la experiencia del cliente. Ahora, visualiza a un equipo comprometido, capacitado y alineado con esa estrategia, ejecutándola con precisión y pasión. Esa sinergia entre estrategia y ejecución es la fórmula secreta para tener éxito en cualquier negocio. El modelo Retail J.E.D.I. es una herramienta para mejorar la ejecución de equipos de ventas basado en cuatro áreas clave: Justificación: Implica establecer la razón de ser del equipo de ventas, identificando metas concretas y alineadas con los objetivos; Empatía: Se enfoca en entender y conocer mejor a los vendedores, así como comprender cómo desarrollan sus tareas; Diseño: Orientado a crear un entorno óptimo para que los vendedores puedan desarrollar sus funciones sin barreras u obstáculos; Influencia: Dirigida a atraer, implicar e inspirar a los vendedores para lograr un alto rendimiento y compromiso con los objetivos establecidos.
¿Subir el Salario Mínimo beneficia a la población más desfavorecida o genera desempleo? ¿La inmigración y el comercio internacional dañan al empleo y a la producción nacionales? ¿Son los controles de precios efectivos para luchar contra la inflación? ¿La tecnología y la robotización nos «robarán» nuestro trabajo? ¿Bajar impuestos permite aumentar la recaudación? ¿Debe preocuparnos el cambio climático?
Te habrás encontrado con debates como éstos constantemente en la discusión económica que tiene lugar en los foros políticos, mediáticos y hasta académicos. Sin embargo, las respuestas que suelen darse a esas preguntas están condicionadas por la demagogia y la ideología. Álvaro Martín y Santiago Calvo se proponen combatir el populismo en el único ámbito en que éste prácticamente no se ha resentido, el económico, donde sigue campando a sus anchas, tanto a derecha como a izquierda.
El populismo económico se disfraza muchas veces de divulgación, a través de una simplificación excesiva de términos, teorías, modelos y comprensión financiera, para acabar ofreciendo conclusiones sobre determinados fenómenos que son empíricamente falsas, y cuyo marcado perfil ideológico hace parecer que existe una única solución válida para cada problema.
Preocupados por la proliferación de las falacias económicas en el debate público, y como firmes defensores de la utilidad de la evidencia empírica para el avance de la ciencia, estos dos economistas se esfuerzan en estas páginas por limpiar el nombre de la Economía como disciplina de toda esta demagogia.
A través de un profundo estudio de la evidencia empírica más robusta disponible para multitud de temas económicos, Martín y Calvo desmienten punto por punto, con modelos y casos prácticos, algunas de las principales mentiras económicas que oímos día tras día.
Las cartas a los accionistas de los líderes empresariales son una rica fuente de sabiduría empresarial e inversora y constituyen un valioso recurso a la hora de examinar el panorama empresarial en busca de compañías sobresalientes dirigidas por gestores de primer orden. Querido accionista contiene cartas de más de 20 líderes diferentes de 16 empresas. Entre ellos figuran Warren Buffett (Berkshire Hathaway), Tom Gayner (Markel), Kay Graham y Don Graham (The Washington Post y Graham Holdings), Roberto Goizueta (Coca-Cola), Ginni Rometty (IBM) y Prem Watsa (Fairfax).
Los temas tratados en estas cartas incluyen el enfoque a largo plazo, la cultura corporativa y el compromiso con los valores, la asignación de capital, las recompras, los dividendos, las adquisiciones, la gestión, la estrategia empresarial y la retribución de los ejecutivos. En definitiva, las cartas contienen una gran cantidad de conocimientos sobre los temas fundamentales de una gestión empresarial eficaz.
Reconstruir el pasado es tarea compleja y resbaladiza, no importa qué vertiente de ese pasado nos interese. Los historiadores se basan fundamentalmente en fuentes escritas publicadas, pero existe otro tipo de fuente: las correspondencias. Querido Isaac, querido Albert – un guiño a Isaac Newton y a Albert Einstein – reproduce, explicando el contexto en el que fueron escritas, un extenso conjunto de cartas de algunos de los mejores científicos de la historia.
Es imposible dar idea de la variedad de temas que tratan las cartas que aparecen en este libro, tanto en su dimensión humana y personal, como en la científica e institucional, un libro que no tiene paralelo en ningún otro publicado hasta la fecha y que en más de un sentido constituye una historia (parcial) alternativa de la ciencia. Entre los muchos episodios que se tratan, se cuentan, por ejemplo, las cartas que cubren el proceso mediante el cual Edmund Halley convenció, y soportó, al siempre reacio Isaac Newton para que escribiera su inmortal libro de 1687, Philosophiae Naturalis Principia Mathematica; la dramática carta que Lavoisier escribió en vísperas de ser víctima de la guillotina; las informaciones que Benjamín Franklin dio al presidente de la Royal Society inglesa de las ascensiones aerostáticas que presenció en París; la reacción de Charles Darwin cuando recibió la noticia de que Alfred Russel Wallace había llegado a la misma teoría de la evolución de las especies que él; la que Galois escribió a Auguste Chevalier la noche antes del duelo que acabó con su vida, resumiendo sus innovadoras ideas matemáticas; las que escribió Albert Einstein a su entonces novia, Mileva Maric, y otras a varios corresponsales que muestran la influencia que la filosofía ejerció para llegar a la teoría de la relatividad especial; la carta en la que Max Planck explicaba a Robert Williams Wood el sacrificio intelectual que tuvo que realizar para introducir los cuantos de luz; o una en la que Francis Crick explicaba a su hijo el descubrimiento de la estructura del ADN.