Un hijo, una madre. Ella, joven todavía, ha enfermado. Intercambiando roles, él la cuida y, a la vez, se despide y la celebra. Todas y cada una de las palabras de este libro resuenan con temblor, intensidad y precisión, delimitando el dolor compartido con respeto amoroso. De hondura lírica y delicada sobriedad: así se revela su escritura. También su silencio.
Andrés Neuman escribió estos poemas en secreto, cuidando de su madre frente a la proximidad de la muerte: la poesía como testimonio y refugio para crear un espacio —una isla de sentido— donde fijar la presencia amada, traduciendo su cuerpo a una música íntima. Aquellos textos permanecieron al fondo de un cajón, garabateados en hojas sueltas y papeles de hospital, sin que su autor se atreviese a releerlos. Quince años más tarde, impulsado por la intuición de que sólo abriendo el manuscrito resultaría posible cerrar el duelo, hoy rescata estos versos que entretejen tristeza y luminosidad.
Perpetuación de la madre mediante la lengua materna, ritual de gratitud, Isla con madre se arroja a nombrar la difícil belleza y la cruda emoción que irradia.
En El libro de las hermanas, Amélie Nothomb nos sumerge en un relato sobre los abismos del afecto, el poder devastador de las palabras y la complejidad de las relaciones familiares. Tristane, hija de unos padres atrapados en la burbuja de una pasión mutua en la que no hay espacio para ella, lleva una vida vacía de amor. Su existencia solo se ilumina cuando su hermana pequeña, Laetitia, llega al mundo. A partir de su encuentro, la autora construye una sinfonía íntima y dolorosa que transforma lo cotidiano en un escenario donde amistad y rivalidad conviven con una intensidad sorprendente.
Un relato profundamente humano, y, a su manera, muy cruel, en el que se traza una crónica de los gestos invisibles, las miradas no correspondidas y las emociones sin nombre. Nothomb nos regala una meditación sobre la vida, el amor y la imposibilidad de unos lazos que no se entienden, pero que terminan, sin embargo, por definir nuestro destino.
La novela más bestial, conmovedora e hilarante que se ha escrito sobre el despertar sexual de un adolescente.
Dick Loveman es un galán espaciotemporal que vive todo tipo de peripecias lujuriosas a través de los siglos. Por desgracia, Dick solo existe en la cabeza de Franki Prats, un quinceañero católico, virgen y erotizado, a quien atormentan la propia imaginación y los «placeres solitarios». Durante cuatro meses de su vida, Franki, ayudado por su mejor ―único― amigo Bruno Berniola, alias el sexperto, atravesará una variopinta serie de pruebas eróticas (oníricas, familiares, amicales, incluso zoológicas) mientras lucha contra los traumas del pasado y la escuálida realidad de su pueblo natal.
Omar tiene diez años y pasa los días junto a la ventana, esperando a que su madre vuelva. Hace tanto tiempo que no la ve que ni siquiera sabe si está viva. Su hermano intenta animarlo, pero es incapaz: sin su madre, el mundo se desmorona. Solo le consuela la presencia de Nada, su forma de cogerle la mano, sus ojos celestes.
Nada tiene once años, una vena en la frente que le palpita cuando se enfada y un hermano, Ivo, lo bastante mayor para ser llamado a filas. Nada y Omar son niños en la primavera de 1992, en Sarajevo.
Para alejarlos de la guerra, una mañana de julio un autobús se los lleva contra su voluntad. Si es que la madre de Omar sigue viva, ¿cómo dará con ella? ¿Y si Ivo muere luchando? Mientras viajan por Italia, por carreteras reducidas a escombros, Nada conoce a Danilo, que tiene unas manos cálidas y una familia, a diferencia de ella, y que un día le hace una promesa.
Inspirada en una historia real, Me limitaba a amarte es una novela de formación sobre la pérdida de la inocencia, las heridas con las que cargamos y la imperiosa necesidad de encontrar anclaje y comprensión cuando todo colapsa a nuestro alrededor. Con una escritura precisa y conmovedora, que se inscribe plenamente en la tradición de la gran novela europea, Rosella Postorino indaga en las historias individuales que se ven afectadas por las convulsiones más estremecedoras de la historia colectiva.
Este es un texto sagrado. Este libro contiene poemas de magia y ceremonias —conjuros y cantos—, y también otros que se sirven del símbolo y la intuición para ofrecer un relato distinto de lo que nos precedió. Aquella otra realidad que quizá se conozca pero aún no ha quedado por escrito, que se intuye existente pero todavía por crear. Poemas desde una tradición que nos habla sobre la posibilidad de la ternura y la vulnerabilidad, y que nos brinda un mensaje dicho tanto con las palabras como con el cuerpo. Esa tradición a la que pertenece Conjuros y cantos apela a la expresión del deseo lesbiano, a la historia —en su profundidad del pasado, en su voluntad del relato— del amor entre mujeres, a los encuentros y las conexiones entre lo pagano y lo sagrado, a un espacio colectivo de vivencia y placer.
Sara Torres abrió con Conjuros y cantos un ciclo de escritura que después completaría con Phantasmagoria y El ritual del baño, ambos publicados por La Bella Varsovia; esta edición revisada por la autora ofrece una versión —y una visión— definitiva de esta obra, que ella considera «la más arriesgada y la más segura de sí». Un libro con el que afirmó el nacimiento de un mundo propio, desarrollado también en su obra narrativa: el de Sara Torres, cuyo lenguaje hipnótico y performativo se busca en su genealogía, alumbra —arte de magia— su propio canon.
Antes de que Jack Kerouac se convirtiera en la voz de una generación, La ciudad pequeña, la gran ciudad, su poderoso y conmovedor debut literario, ya capturaba el pulso vibrante de la América de posguerra. Inspirado por el duelo por la muerte de su padre, su infancia en Lowell y movido por la determinación de escribir la Gran Novela Americana, la historia sigue a la familia Martin, en especial a los hermanos Joe y Peter, en su trayecto desde una pequeña ciudad de Massachusetts hasta la bulliciosa Nueva York.
En este cruce de caminos entre lo rural y lo urbano, Kerouac captura la tensión, las esperanzas y las desilusiones de una juventud que busca su lugar en un mundo cambiante. Con una prosa lírica y evocadora, que recuerda a grandes novelistas estadounidenses como Thomas Wolfe, Kerouac traza un retrato íntimo y visceral de una América en plena transformación.
La ciudad pequeña, la gran ciudad no solo es el preludio de la revolución literaria que vendría con En el camino, sino también un testimonio de los primeros pasos de un autor que estaba destinado a romper moldes y a redefinir la narrativa contemporánea. Una obra imprescindible para entender el origen de la sensibilidad Beat y el despertar de una voz que cambió la literatura para siempre.
Se llamaba Sheindla-Sura Leibova Salomoshak-Bluwstein, aunque la historia la recuerda por su apodo: «Soñka, manos de oro». Había nacido en Varsovia en 1846, y a finales del siglo xix se convirtió en una leyenda por sus ingeniosas maneras de estafar. Ocupó las portadas de los diarios más leídos de la época: la llamaban «Diablo con falda», «La versión femenina de Robin Hood» o «La zarina del crimen». Engañaba y robaba a los hombres ricos en los hoteles de Odesa, Moscú y San Petersburgo, en las joyerías y en los trenes. La atraparon en 1888, y cumplió condena en la isla de Sajalín. Se decía que quien entraba allí jamás regresaba: así ocurriría con Soñka, que murió en prisión en 1902.
Pero antes hubo un juicio. Un juicio polémico y popularísimo en su tiempo, cuando Soñka —manos de oro— evocó la historia de su vida: una memoria bien diferente a aquella que la prensa había divulgado sobre ella.
Holly Golightly, la protagonista de Desayuno en Tiffany’s, es quizás el más seductor personaje creado por ese maestro de seducción que fue Truman Capote. Atractiva sin ser guapa, tras rechazar una carrera de actriz en Hollywood Holly se convierte en una estrella del Nueva York más sofisticado; bebiendo cócteles y rompiendo corazones, parece ganarse la vida pidiendo suelto para sus expediciones al tocador en los restaurantes y clubs de moda, y vive rodeada de tipos disparatados, desde un mafioso que cumple condena en Sing Sing al que visita semanalmente hasta un millonario caprichoso de afinidades nazis, pasando por un viejo barman secretamente enamorado de ella. Mezcla de picardía e inocencia, de astucia y autenticidad, Holly vive en la provisionalidad permanente, sin pasado, sin querer pertenecer a nada ni a nadie, sintiéndose desterrada en todas partes pese al glamour que la rodea y soñando siempre con ese paraíso que para ella es Tiffany’s, la famosa joyería neoyorquina.
Una pequeña fiesta llamada Eternidad habla de un mundo que se acaba, pero no todavía: del pasado que nos encauza hacia el futuro, de la noche —con su día— y de la revolución. En estos poemas se baila como bailan los cuerpos al sonar el amor y el deseo, las utopías y las decepciones, la rabia y la esperanza; también las ficciones que «nos ayudan a soportar la vida» frente a la misma vida que no sabemos si decir o no. De fondo se oyen los versos de Sylvia Plath, de Anne Sexton, acaso el golpe beat, tan altos y salvajes los de Carmen Ollé.
En esta celebración inagotable se ama y se promete todo, incluso la salvación. Desde la escritura, y desde el sexo, y desde la insurgencia: en Una pequeña fiesta llamada Eternidad hay fuego y purpurina. La primera persona se conjuga singular y se comprende plural, colectiva. Un libro en el que Gabriela Wiener se asoma hacia la eternidad que sigue a la derrota, y nos lo cuenta aún más personal, aún más político.
Gorbensdorf, Baja Silesia, 1913. El joven polaco Miecysław Wojnicz, estudiante de ingeniería, llega al sanatorio local en busca de aire puro y una cura para su tuberculosis. Se aloja en la pensión para caballeros de Wilhelm Opitz, donde coincide con otros enfermos de toda Europa. Por las tardes, entonados por el licor, los huéspedes conversan sobre lo divino y lo humano. ¿Habrá guerra en el continente? ¿Las mujeres nacen inferiores? ¿Existen los demonios? ¿Es preferible la monarquía o la democracia? Al leer un texto cuya autoría se desconoce, ¿puede deducirse si lo ha escrito un hombre o una mujer?
Maryse Condé, autora de Yo, Tituba, la bruja negra de Salem y de La Deseada, regresa a su isla natal de Guadalupe y a sus raíces en Victoire. La madre de mi madre, para narrarnos la fascinante vida de su abuela materna, Victoire Élodie Quidal, una cocinera que se convirtió en una figura legendaria de su época. Victoire, cuya piel era de una «blancura australiana» y cuya destreza culinaria fue codiciada por la élite, pasaba la mayor parte del tiempo encerrada en el templo de su cocina, que era como la propia Guadalupe: un crisol heterogéneo de razas y culturas en el que convivía la población negra, la mulata y los blanc pays que ejercían el poder en el archipiélago antillano. En este complejo cosmos dominado por la hegemonía francesa, una cocinera criolla que apenas podía pronunciar el nombre de sus platos en francés consiguió convertirse en una de las personalidades más importantes de la isla guiándose siempre por la profunda convicción que dirigía su existencia: ninguna labor es humilde si se aspira a la perfección.
Condé rastrea sus orígenes en una historia que fusiona con una sensibilidad exquisita memoria e imaginación. Tras sumergirse en su árbol genealógico, nos ofrece una de las historias más emotivas y cautivadoras de su trayectoria. Un testamento único y desgarrador de la vida en Guadalupe en el crepúsculo del siglo XIX.
Esta edición comentada e íntegra, a cargo de los escritores Fernando Iwasaki y Jorge Volpi, recoge los cuentos completos del universal Edgar Allan Poe, en una nueva traducción de Rafael Accorinti para acercar al autor a los lectores del siglo xxi. El volumen incluye nuevos prólogos de Mariana Enriquez y Patricia Esteban Erlés y comentarios para cada uno de los sesenta y siete cuentos firmados por las plumas más destacadas de la literatura breve en español. Las ilustraciones de Arturo Garrido, que consiguen traducir en imágenes las palabras del maestro, hacen de esta nueva edición una joya con múltiples lecturas, para poder seguir afirmando que sus cuentos siguen más vivos que nunca. ¡Larga vida a Poe!
Isaak Bábel nació en Odesa cuando esta era una ciudad con un importante gueto judío. Sus historias relatan la vida en este puerto en los últimos días del imperio ruso. Gánsteres, prostitutas, mendigos, contrabandistas aparecen en sus páginas: nadie escapa al agudo análisis de la pluma de Bábel. Desde los cuentos de la crueldad magnética de Benia Krik, infame jefe de la mafia y uno de los grandes antihéroes de la literatura rusa, hasta el devastador relato semiautobiográfico de un joven judío atrapado en un pogromo, esta colección de historias es considerada una de las grandes obras maestras de la literatura rusa del siglo xx.
Alexéi Ivánovich, el tutor de la familia del general Zagorianski, se ve arrastrado al vértigo del juego en la ciudad-balneario de Ruletemburgo, un escenario hostil habitado por almas deambulantes donde la fortuna y el destino se entrelazan de manera inextricable. A medida que Alexéi se entrega a la ruleta, la turbación de su espíritu, acentuada por sus sentimientos hacia Polina, la hijastra del general, hará saltar por los aires las relaciones de todos los personajes, atormentados por sus deseos y sobrepasados por la impotencia ante su ruina.
Dostoievski despliega toda su genialidad en una cartografía de pasiones y obsesiones humanas que reflexiona sobre el poder que nuestros deseos incontrolables ejercen sobre nuestra suerte y voluntad. Una obra de profundo cariz autobiográfico que el autor escribió en menos de un mes con la intención de saldar las deudas de su propia adicción al juego y que ahora permite a Navona ampliar su catálogo de Ineludibles con una traducción inédita de Marta Rebón.
Año 1468. Castilla se encuentra en un momento crucial de su historia. Alfonso de Trastámara ha muerto en sospechosas circunstancias y Enrique IV se alza como rey obligando a su hermanastra Isabel, la única que podría oponerse a sus planes, a firmar la paz. Ella acepta, pues está destinada a convertirse en Isabel la Católica y sabe que las grandes partidas no se ganan en el primer movimiento.
Madrid, 1991. Siete mujeres muy diferentes coinciden en una pequeña academia de costura donde compartirán la historia de sus vidas. Cada una tiene un motivo distinto para aprender a coser y, entre telas, patrones y alfileres, todas ellas irán conectando con partes de sí mismas que creían olvidadas, descubrirán el poder terapeutico de la amistad entre mujeres y, puntada tras puntada, hilvanarán el relato de sus amores, dolores y secretos familiares.
Una historia inolvidable que nos muestra que en la costura, como en la vida, casi todo tiene remedio; que equivocarse y aprender van de la mano, y que cada puntada siempre encierra una enseñanza.
Evelyn St. James no es el tipo de mujer que un hombre olvida fácilmente. Beckett Porter, desde luego, no ha sido capaz de hacerlo. Cuando Evie reaparece de repente en su vida, Beckett se da cuenta de que no tenía ni idea de que la increíble mujer que conoció es, en realidad, una influencer mundialmente famosa. Pero al terminar su trabajo en el pueblo, Evelyn se marcha y Beckett se propone, esta vez sí, olvidarla.
Sin embargo, Evie está harta de su vida online y no tarda en regresar a Inglewild y a la encantadora Lovelight Farms. Y no: su decisión no tiene absolutamente nada que ver con cierto granjero guapo con el que pasó dos noches increíbles. Nada en absoluto.
Reseñas:
«Borison tiene una magia especial con las palabras».
Elena Armas, autora de Farsa de amor a la española
«La serie Lovelight es mi lugar feliz».
Sarah Adams, autora de Las reglas del juego
«Un delicioso capricho para los últimos días del verano».
Chloe Liese, autora de Tú antes que yo
Maisie Jones usa un par de gafas diferentes cada día, ama las novelas policíacas y su trabajo como médica residente en el Hospital Whitestone, el cual no quiere perder. No por su asma y definitivamente no por Grant Masterson: el enfermero que sonríe cada vez que la ve y que logra que se le acelere el pulso. Pero es que Maisie nunca pensó mucho en el amor, hasta ahora. Y cuando decide finalmente permitirse sentirlo, podría ser ya demasiado tarde...
Nunca me mintió. No rompió ninguna promesa, porque nunca me hizo ninguna.
Cuando Tate Collins conoce al piloto Miles Archer, no cree que sea amor a primera vista. Ni siquiera irían tan lejos como para considerarse amigos. Lo único que Tate y Miles tienen en común es una innegable atracción mutua. Una vez que sus deseos salen a la luz, se dan cuenta de que tienen el acuerdo perfecto. Él no quiere amor, ella no tiene tiempo para el amor, así que solo queda el sexo. Su arreglo podría ser sorprendentemente perfecto, siempre que Tate pueda cumplir con las únicas dos reglas que Miles tiene para ella.
África es periodista, aunque la ilusión de su vida es ser editora. Gema está especializada en marketing y publicidad y es madre de dos hijos. Belinda es limpiadora en hoteles y hospitales. Ellas no se conocen de nada, hasta que un buen día coinciden en un local llamado Bébete a Tu Ex. A partir de ese momento forjarán una amistad que las ayudará a hacer frente a las distintas decepciones que han sufrido por amor y, ante una botellita de vino, se retarán a vivir la vida uno o varios puntitos más allá de hasta donde se habían atrevido a hacerlo. Eso significará un ¡ADIÓS! a los miedos y vergüenzas, especialmente al qué dirán, y un gran ¡HOLA! a vivir, atreverse, quererse y disfrutar. Porque por muchas veces que hagas caer a una mujer en su camino, ella siempre se levantará, se sacudirá el polvo y se hará más fuerte.