Oliver Twist, publicada por entregas en 1837, consolidó la fama de Charles Dickens y es, sin duda, una de sus novelas más conocidas. Con ella se proponía demostrar que se podía «servir a la moral» mediante una historia con «personajes elegidos entre lo más criminal y degradado de la población de Londres», y donde sin embargo sobrevivieran la candidez y la fragilidad.
Edición conmemorativa de la gran novela picaresca de Charles Dickens
La historia del pequeño Oliver, criado en un hospicio, empleado en una funeraria y reclutado por una banda de ladrones que el no reconoce como tales, no solo es un soberbio escaparate de celeberrimas creaciones dickensianas, sino que además resulta un magnífico y apasionante relato sobre la inocencia acosada. Los distintos personajes que el heroe va encontrando en su camino nos descubren al Dickens idílico y sentimental, en una de las muestras más perdurables de su genio.
Esta edición especial, publicada cuando se cumplen ciento cincuenta años de la muerte del autor, no puede faltar en ninguna biblioteca personal con vocación de permanencia.
Los mejores libros jamás escritos El viaje de Ulises se ha convertido en un mito universal y la Odisea en una lectura para todos los tiempos Tras una década de guerra, una ofensa al dios Poseidón ha alejado de su reino al astuto héroe otros diez años, condenado a navegar sin rumbo y a sufrir las más diversas vicisitudes. La Odisea, que sucede a la caída de Troya, sigue los pasos de Ulises -el nombre latino de Odiseo, que esta traducción adopta- y nos acerca al relato de su largo peregrinaje para volver al hogar, Ítaca. Los mitos que configuran esta gran epopeya, la capacidad de Homero para retratar la vida en el Mediterráneo a finales del 2000 a.C. y la irrupción de un héroe deseoso de regresar a la patria han dejado huella en los grandes autores de la literatura -de Virgilio a Joyce- y han convertido la Odisea en una pieza clave de la cultura universal. La presente edición cuenta con un prólogo y la magnífica versión en verso de Fernando Gutiérrez, así como una introducción y un aparato de notas elaborado por el traductor y periodista Joan Casas, y un epílogo escrito por el poeta, ensayista y traductor José Ángel Valente.
No hay, probablemente, en toda la literatura occidental una obra más rica en motivos que la Odisea, compuesta a finales del siglo viii a. C. por un gran poeta que llamamos Homero. Aunque compuesto en hexámetros y según las técnicas tradicionales de la composición oral, el Poema de Ulises es mucho más moderno y vario que un cantar de gestas guerreras. Es, como se ha dicho muchas veces, un primer relato de aventuras casi novelescas, con diversos registros y ambientes, como es también diverso y versátil su protagonista, Odiseo. Sus grandes lances son bien conocidos por todos, incluso por quienes no han leído la obra, pero tener acceso a una traducción rítmica tan cuidada como la que ofrece este volumen, pulida a lo largo de muchos años, acentúa el placer de sumergirse en este texto.
Poeta magnus omniumque praeclarissimus, define Agustín de Hipona a Virgilio en su Ciudad de Dios (1,3). Y, aunque diga Suetonio que «detractores nunca le faltaron», lo cierto es que Virgilio ha logrado en la historia el raro privilegio de complacer a tirios y troyanos. No así Horacio, a quien Papini le propinaba los epítetos de «rechoncho y plagiario», mientras honraba al «celta Virgilio» con los atributos de «amoroso» y «tierno», y embellecía su corona de laurel con una bucólica descripción en que evocaba «al hombre del campo, al amigo de las sombras, de los plácidos bueyes, de las abejas doradas, al que había descendido con Eneas a contemplar a los condenados del Averno y desahogaba su inquieta melancolía con la música de la palabra?»La música de la palabra. En cierto endecasí-labo recuerda Borges «la voz de plata y luna de Virgilio», que coloca al lado de la antigua de Homero. Tal vez sea verdad que Roma no hubiera sido Roma sin Virgilio, como afirmaba un Andrés Bello en la indecisa frontera entre la reali-dad y la ficción. Y es que, en efecto, todos los imperios han caído menos el de sus hexámetros.¿Conoció Borges la traducción de Espinosa Pólit? Quizá la pregunta sea ociosa y su formulación correcta sería: ¿Pudo no conocerla Borges? Hay un célebre fragmento de hexámetro, aquel que dice: tacitae per amica silentia lunae (II 255),que tácitamente Borges rememora en el último poema de La cifra:La amistad silenciosa de la luna,cito mal a Virgilio?¿Conoció Borges la traducción de Pólit, que recrea la música de la palabra? En todo caso ese mismo verso había sido traducido por Espinosa del siguiente modo:El silencio amistoso de la luna?Solo que él prefirió no añadir: traduzco bien a Virgilio. Entre sus inclinaciones lectoras citaba Montaigne a Virgilio, y en particular sus Geórgicas, que consideraba «la obra más lograda de la poesía». A su lado, el libro quinto de la Eneida le parecía el más perfecto» (II 10).
Este volumen contiene: Las siete tragedias de Esquilo, Las siete tragedias de Sófocles, Las dieciocho tragedias de Eurípides, El Cíclope, drama satírico de Eurípides.