Marqués de Sade pronto cobró fama de libertino, término muy usado en esos tiempos sedientos de libertad para designar a quien hacía un mal uso de ella, esto es, a quien se entregaba a sus deseos más extravagantes y singulares principalmente en el terreno de la sensualidad y de la sexualidad. Esta edición de las Obras Maestras de Marqués de sade consta de cuatro volúmenes.
Las heroínas son Marianne, Elizabeth, Fanny, Emma, Anne o Catherine. En sus órbitas no tardan en aparecer caballeros de dudosa estirpe como John Willoughby o de impecable fibra moral como Mr. Darcy. Diferenciarlos, sin embargo, no es tan fácil como puede pensarse. Y el verdadero amor rara vez está donde se espera.
En estas seis novelas magistrales, que funcionan con la puntualidad de comedias clásicas, las jóvenes descubren que el camino hacia el matrimonio está tan lleno de encantos como de desencantos, y que perseguir los propios ideales supone a veces desafiar a la sociedad que los ha inspirado. Con ironía y amabilidad, Jane Austen demuestra que es no solo la gran observadora de su época, sino una analista insuperable del corazón humano. Sin duda, Virginia Woolf no se equivocaba cuando la llamó «la escritora de libros inmortales»; esta cuidada edición completa ofrece la oportunidad perfecta para comprobar que siguen tan vivos como siempre.
En la Italia del siglo xiv Petrarca se erige, con Dante y Boccaccio, como uno de los tres pilares de una nueva era en Occidente, marcada por el humanismo. Y es que, al redescubrir la tradición de los clásicos latinos, el poeta del Cancionero, laureado en 1341 en el Capitolio de Roma, se distanció de la teología e hizo del ser humano el principal interés del saber. Y precisamente su obra epistolar escrita en latín contribuyó a plantear ese proyecto inédito. En esta edición del monumental corpus en prosa integrado por las cartas familiares, de senectud, sin destinatario y dispersas, que abarcan buena parte de la existencia del poeta y casi un siglo de historia, Petrarca nos habla como observador de su convulsa época, de sus contemporáneos y de sí mismo, dialoga con autores del pasado convirtiéndolos en privilegiados interlocutores y crea su propia comunidad intelectual más allá del tiempo y el espacio. Así, forja la figura del hombre, singular y mortal, pero capaz de ejercer su libertad y trascender la finitud apelando a la posteridad. Con Petrarca el arte se vuelve alternativa existencial al sentimiento religioso, y el artista, paradigma humano.
Balzac aborda cuatro temas de novela en uno solo: el amor desinteresado y heroico de una cortesana por un apuesto joven; la asociación de ese apuesto joven con un personaje de dudosa moral que le ayuda a navegar las turbias aguas de la vida parisina; el lúbrico deseo de un anciano por una mujer hermosa; y los terribles enfrentamientos de un exconvicto con la policía. El autor convoca a los personajes de sus novelas anteriores, retoma temas que lo obsesionan, pero los trata con un estilo nuevo, el de la novela popular y el folletín. Honoré de Balzac (1799-1850) es uno de los autores más singulares e importantes del siglo XIX. Amante del lujo y de los placeres de la existencia, llevó una vida tan exagerada e impetuosa como su propia e ingente obra.
Cuando la oscuridad es parte de nosotros, huir es un sueño vano. Una partitura maldita lleva a la enajenación a un joven obsesionado con un dotado intérprete. Un crucifijo de poderes desconocidos enferma a turistas y peregrinos, hasta el punto de convertir sus milagros en demoníacos. Un juego, en apariencia inocente, revela espectros abrumadores, presencias que no han llegado a cumplir su misión en la Tierra.
En esta selección, Vernon Lee se insinúa entre el crepúsculo de las almas, en un juego de esperas y ambigüedades que empuja a sus protagonistas al borde de la locura. Cuatro siniestros relatos para sumergirse en el abismo del Yo. Y perderse entre las ruinas del inconsciente.
Julio Verne, maestro indiscutible de la literatura de aventuras y ciencia ficción, nos presenta una obra que sigue enamorando a generaciones enteras con su narrativa ágil y su capacidad única para mezclar realidad y fantasía. La trama nos introduce a William Kolderup, un millonario excéntrico cuyo sobrino, Godfrey Morgan, decide enrolarse en una expedición que cambiará su vida para siempre. La desafortunada mala suerte le hará naufragar en una isla desierta, donde deberá aprender a sobrevivir (junto a su inseparable Tartelett), adaptándose a las adversidades y descubriendo la verdadera esencia del ser humano cuando se enfrenta a la naturaleza en su estado más puro.
Una novela que nos recuerda que, aunque el mundo moderno avance a pasos agigantados, la esencia de la aventura y el deseo de conquistar lo desconocido siguen siendo una parte intrínseca de la humanidad. En definitiva, una lectura inolvidable que te llevará a través de océanos y selvas, demostrando que el verdadero viaje es el que emprendemos hacia el interior de nosotros mismos.