"El idiota" es una de las novelas más aclamadas de uno de los gigantes de la literatura universal de todos los tiempos. Dostoyevski, el maestro de la profundidad psicológica y del estudio del alma humana, busca en esta novela reflejar y encarnar a través de su protagonista, el Príncipe Myshkin, la cualidad de la bondad humana y la perfección moral.Su protagonista es un ser bueno e inocente, tan transparente y bienintencionado que carece de cualquier astucia o malicia y por ello es incluso considerado por los que le rodean como un idiota: de ahí el título de la obra. Su bondad extrema hacen que no sea capaz de ver cómo es el mundo real, y por lo tanto desconoce la esencia de la condición humana. Dostoyevski hizo a su personaje epiléptico, (enfermedad que por cierto él mismo también sufría), y es precisamente esta condición la que servirá de pretexto inicial para el traslado del protagonista, cuando es todavía un niño, a Suiza, con el objetivo de visitar a un médico que tratará de curarle laenfermedad.
Escrita después de Crimen y castigo y antes de Los demonios, de nuevo en un largo período de penu¬rias, El idiota (1868-1869) inicia el ciclo final de obras maestras de Dostoievski. Como todas ellas, ha propiciado múltiples lecturas: Hermann Hesse veía como la característica fundamental de su héroe el hecho de tener «una relación con el inconsciente más íntima y menos oscura que los demás»; Antonia S. Byatt decía recientemente que «como sus cómicos antecesores don Quijote y el señor Pickwick», la suya era una «inocencia que causaba daño». En cualquier caso, la fuerza de la novela estriba en situar a un personaje cándido, inteligente y a la vez lastrado por un déficit mental, generoso y en paz consigo mismo y con las adversidades del destino, en una sociedad no tanto frívola y volcada en lo material como desquiciada por la duda, la ansiedad y la insatisfacción.
Esta selección de cartas dirigidas a la escritora Louise Colet pretende ofrecer una muestra significativa de la teoría literaria innovadora que Flaubert expuso en la correspondencia que dirigió a su amante. La pasión amorosa va destilando la que quizá fue la mayor y auténtica pasión del autor de Madame Bovary: la pasión de la escritura. Flaubert nunca pensó que otras personas leerían estas misivas años después, y esa libertad y espontaneidad con que están escritas permiten que sean de lectura ágil y atractiva. La revolucionaria teoría literaria que expone en ellas, así como el proceso de creación de sus novelas adquieren una cercanía y expresividad sorprendentes. Muchos críticos consideran que la extensa correspondencia de Flaubert (casi cuatro mil cartas) constituye su mejor obra literaria.
Chesterton publicó la colección de relatas de El hombre que sabía demasiado en 1922, en cuyos episodios el investigador Horne Fisher resuelve los crimenes más por su profundo conocimiento de las intimidades y los detalles de los involucrados en cada caso, que por sus propios conocimientos en cualquier rama del saber. La obra está dividida en ocho capitulos independientes, ambientados en lugares parecidos y con idéntico tratamiento policiaco: El rastro en la diana, ' El principe fugaz, Alma de colegial, El pozo sin fondo, Ld manía del pescador, El agujero en el muro, El templo del silencio y La venganza de la estatua.
GILBERT KEITH CHESTERTON, más conocido como G. K. Chesterton, nació el 29 de mayo de 1874 en Londres, Fue periodista, novelista, ensayista y escritor de libros de viajes cuyo sentido del humor y sentido común lo convirtieron en uno de los autores más admirados del siglo xx. Su educación básica tuvo lugar de 1881 a 1886, e ingresó en 1887 en un centro educativo privado. Chesterton describió aquel sistema educativo por el que tuvo que pasar como ser instruido p: alguien a quien yo no conocía, sobre algo que yo no quería Murió el 14 de junio de 1936 en Beaconsfield. Al parecer, en un estado más lúcido de su agonía dijo: «El asunto está claro ahora. Está entre la luz y la sombra, y cada uno debe elegir de qué lado está».
Formidable escritor y poseedor de una personalidad arrolladora, Gilbert Keith Chesterton convirtió la paradoja y el sarcasmo en sus principales armas literarias.
Las historias de El hombre que sabía demasiado nos presentan a Horne Fisher, un investigador que no resuelve los crímenes gracias a su ingenio ni a sus dotes deductivas, sino por sus conocimientos sobre los entresijos de la política británica y por su intrincada red de contactos. Pero no es el único personaje peculiar de esta recopilación de relatos que subvierten el género policíaco y al mismo tiempo nos ofrecen una de las mejores obras de uno de los grandes autores que ha dado la literatura inglesa.
En esta fantasía de 1897, H. G. Wells advierte sobre los peligros de la ciencia mal utilizada y critica ferozmente las ambiciones de sus contemporáneos. La trama se centra en las investigaciones de un brillante científico que descubre la forma de hacerse invisible. Sin embargo, incapaz de revertir sus experimentos y trastornado por los sufrimientos que le causan, decide utilizar la invisibilidad para sembrar el mal, sin detenerse siquiera ante el asesinato.
Novela precursora de la ciencia ficción, El hombre invisible ha dado lugar a un sinnúmero de imitaciones y adaptaciones, enraizando como pocas en el imaginario popular.
Nuestra edición, en la traducción canónica de Julio Gómez de la Serna, se completa con una introducción a la vez amena y erudita a cargo de Lourdes López Ropero, Profesora Titular de literatura inglesa en la Universidad de Alicante.