Considerada la obra más madura de Lorca, La casa de Bernarda Alba cierra la llamada trilogía de la tragedia -formada también por Bodas de sangre y Yerma-. Su carácter realista y la opresión en el pecho que se siente ante la represión de unas mujeres atrapadas en un frío infierno de luto, celos, silencio y sueños truncados se ha interpretado como un presagio de los oscuros tiempos que se avecinaban y en los que el propio Lorca se convertiría en una víctima prematura.No obstante, la presente edición contrapone este texto tan magnífico como terrible a Los sueños de mi prima Aurelia, una comedia inacabada inspirada en la infancia del poeta y dramaturgo, que nos demuestra que no había abandonado la ironía y el sentido del humor.
La casa de las bellas durmientes sobresale en la obra de Yasunari Kawabata por su perfección formal. Comienza con la visita del viejo Eguchi a una casa secreta gobernada por una mujer ordinaria y práctica que, al final, como él mismo, revelará su esencia inhumana. En ese burdel, el protagonista, de sesenta y siete años, pasa varias noches junto a los cuerpos de jóvenes vírgenes narcotizadas. A la vez que admira el esplendor de las figuras dormidas, rememora su relación
con las mujeres: su esposa, su madre, su amante, sus hijas...
Erotismo, lujuria masculina, vejez y violencia se entretejen en esta fulgurante novela breve que amalgama, como es típico en la obra del Premio Nobel de Literatura, motivos tradicionales de la estética japonesa con temas modernos
en ambientes casi irreales. Magnífica pero profundamente perturbadora, La casa de las bellas durmientes es una escalofriante meditación sobre la sexualidad y la muerte.
«Breve, bella y profunda, La casa de las bellas durmientes deja en el ánimo del lector la sensación de una metáfora cuyos términos no son fáciles de desentrañar.» Mario Vargas Llosa
Fatma, acompañada por el enano Recep, hijo ilegítimo de su difunto marido, un médico fracasado, alcohólico y aperturista, vive aún en la casa a la que se trasladó cuando ambos decidieron abandonar Estambul iniciada la revolución de 1908. Sus hijos han muerto pero tiene tres nietos que la visitan cada verano. Faruk, el mayor, es un historiador al que su mujer ha abandonado y que encuentra en el alcohol un paliativo eficaz a su aburrimiento; Nilgün, una joven soñadora e idealista que desea una revolución social que no llega y cuya vehemencia le traerá más de un problema; y el joven Metin, un genio de las matemáticas que quiere emigrar a Estados Unidos para enriquecerse. Tbdos ellos, por diferentes razones, desean que su abuela venda la casa. A través de los recuerdos de Fatma, Recep y las opiniones de los nietos, Pamuk nos ofrece los cien últimos años de historia del pueblo turco hasta el pronunciamiento de Evren mientras nos habla de la búsqueda de las raíces, la necesidad del cambio social y el difícil equilibrio entre tradición e influencia occidental.
Una pequeña alfarería, regentada por una familia que comprende que ha dejado de serle necesaria al mundo, frente a un centro comercial gigantesco. Un mundo en rápido proceso de extinción, otro que crece y se multiplica como un juego de espejos donde no parece haber límites para la ilusión engañosa. Así, La caverna habla de un modo de vivir que cada vez es menos nuestro: todos los días se extinguen especies, hay oficios que se tornan inútiles, idiomas que dejan de tener hablantes, tradiciones que pierden sentido, sentimientos que se convierten en sus contrarios. Saramago despliega su visión del mundo actual a la vez que nos alerta: no cambiaremos de vida si no cambiamos la vida.
Un sacerdote francés, un joven médico norteamericano, una enfermera de Assam y un ex campesino indio que se gana la vida tirando de un rickshaw se encuentran un día bajo las cataratas del monzón y se instalan en el alucinante decorado de un barrio de Calcuta para cuidar, ayudar, salvar. Condenados a ser héroes, pelearán, lucharán y vencerán en medio de las inundaciones, las ratas, los escorpiones, los eunucos, los dioses, las fiestas y las setenta mil «luces del mundo» que pueblan La Ciudad de la Alegría. Su epopeya es un canto de amor y fraternidad; un reportaje desgarrador sobre la capacidad del ser humano de superar el sufrimiento, la miseria y la desgracia, que sigue más vigente que nunca en el veinticinco aniversario de su publicación.
La ciudad y los perros no es sólo un ataque contra la crueldad ejercida a un grupo de jóvenes alumnos del Colegio Militar Leoncio Prado, sino también una crítica frontal al concepto erróneo de la virilidad, de sus funciones y de las consecuencias de una educación castrense malentendida. Aunada a la brutalidad propia de la vida militar, a lo largo de las páginas de esta extraordinaria novela, la vehemencia y la pasión de la juventud se desbocan hasta llegar a una furia, una rabia y un fanatismo que anulan toda sensibilidad.