Me llamo Eric Zimmerman y soy un poderoso empresario alemán. Me caracterizo por ser un hombre frío e impersonal, que disfruta del sexo sin amor y sin compromiso. En uno de mis viajes a España para visitar una de mis delegaciones conocí a una joven llamada Judith Flores. Ella me hizo reír, me hizo cantar, me hizo incluso bailar, y yo no estaba acostumbrado a eso. Cuando me di cuenta de que sentía más de lo que debía, me alejé de ella, pero regresé, pues esa mujer me atraía como un imán. A partir de ese momento comenzamos una relación plagada de fantasía y erotismo, en la que disfruté enseñando a Judith a gozar del sexo de una manera que ella nunca había imaginado. Y tú, ¿te atreves a descubrir el lado sumiso, dominante y voyeur que todos llevamos dentro?
En medio de la noche, alguien llama por teléfono a Daniel Quinn, un escritor de novelas policíacas que firma bajo pseudónimo y que, descorazonado, ha renunciado a su carrera como poeta. La voz al otro lado de la línea pregunta insistentemente por un investigador, un tal Paul Auster, y quiere encomendarle una misión. Como si se tratara del protagonista de una de sus novelas,Quinn decide dejarse llevar por la casualidad, y asumir la identidad de detective, como si te tratara del protagonista de una de sus novelas.Las pesquisas le llevarán hasta Stillman, un curioso personaje que requiere protección para salvar su propia vida. Para ello el detective se perderá en el laberinto de la realidad y de las calles de Nueva York.Con Ciudad de cristal, la inauguración de La trilogía de Nueva York, Paul Auster reinventó el género policiaco con una aventura quijotesca y un diálogo sobre la identidad y la realidad contemporáneos.
Tras una boda y un viaje de novios de ensueño, mi vida con Judith comienza a normalizarse. Durante el día, mientras trabajo en mi empresa, mi maravillosa esposa sigue en sus trece de llevarme la contraria en todo lo que puede y más. A pesar de lo mucho que nos amamos, somos especialistas en enfadarnos y en reconciliarnos siempre? Pero un día llega a mis oídos un malicioso comentario contra ella que me hará perder la confianza en mi pequeña. Días liosos. Noches en vela. Discusiones. Problemas, muchos problemas. Por suerte, mi morenita me hace entrar en razón y me doy cuenta de lo tonto y cuadriculado, por no decir gilipollas, que soy, y una vez solucionado todo me suelta el bombazo: ¡voy a ser padre! Si mi vida ya había dado un giro de ciento ochenta grados al conocer a Judith, no me quiero ni imaginar cuánto volverá a cambiar cuando nazca nuestro bebé.
Una brillante y devastadora novela sobre las múltiples realidades que habitamos mientras las guerras se extienden a nuestro alrededor
August Brill tiene setenta y dos años y se está recuperando en la casa de su hija, en Vermont, tras sufrir un accidente de coche. No puede dormir y, acostado sobre la cama en la negrura de la noche, inventa historias para rehuir acontecimientos del pasado que preferiría olvidar, como la reciente muerte de su esposa y el horroroso asesinato del novio de su nieta, Titus. En una de esas historias, el jubilado crítico de libros imagina un mundo paralelo en el que Estados Unidos no está en guerra con Irak sino contra ellos mismos. En esta otra América, las torres gemelas no cayeron, los resultados de las elecciones del 2000 llevaron a la secesión y se produjo una sangrienta guerra civil. A medida que avanza la noche, la historia de Brill se vuelve cada vez más intensa, y aquello que no estaba intentando evitar recordar insiste en ser narrado.
La memoria de Shakespeare es el último libro de relatos de Borges, y quiz ís el menos conocido. Publicado por primera vez en 1983, tres años antes de su muerte, este volumen reúne cuatro cuentos: el que le da nombre, "25 de agosto, 1983", "Tigres azules" y "La rosa de Paracelso". Cada uno a su modo, es un testimonio tan ingenioso como definitivamente maduro de las exploraciones finales de Borges en torno a temas que lo obsesionaron durante toda su vida y que se hallan en el centro de su universo literario: la memoria, el doble, los límites entre cordura y locura, y las posibilidades de ciencia y fe como formas de conocimiento.